Hacia un diálogo sin provechos electorales

Actualizado
  • 10/10/2020 00:00
Creado
  • 10/10/2020 00:00
Es del todo absurdo y censurable participar en un diálogo nacional, teniendo al pueblo como auditorio, si no se tiene la seriedad de ubicar en su punto exacto la causa del pobre crecimiento del producto interno. Enrique Iglesias, la figura máxima del BID, expresó la semana pasada, con mucho pesar, que la mayoría de los países de la América Latina no tendrán un crecimiento mayor del 1% anual.
Hacia un diálogo sin provechos electorales

Al acercarse las fiestas patrias y seguramente como homenaje a su significación, los partidos políticos, aparentemente, vienen sugiriendo esfuerzos para encontrar en el diálogo puntos coincidentes en lo que a soluciones se refiere. Estos intentos revelan la existencia de cierta madurez política, aun cuando el texto de algunos documentos de trabajo elaborados para encuadrar las proyecciones del diálogo fueron escritos con tinta muy ácida y responden a un espíritu polémico, definitivamente impropio como preludio del conversatorio. Tal es la impresión que en lo personal me causó el pliego que presentó el PRD a la Presidencia de la República y que se denomina “Consideraciones del PRD en torno al entendimiento nacional”.

Me imagino que en la intimidad del gobierno, tales consideraciones cayeron como balde de agua fría o como un intento de desactivar el diálogo apenas en su etapa preparatoria. En la parte introductoria, el PRD formula un análisis crítico de la situación económica, fiscal y social del país, coloca tal situación en un abismo colindante con el peor de los descalabros y acusa que existe incapacidad gubernamental para frenar la corrupción, para disminuir el desempleo, para reactivar la economía y para garantizar la seguridad ciudadana. Y como para dar fundamento a sus críticas, de modo contundente denuncia que el aumento del producto interno bruto no llegará al 1% y que el desempleo está por encima del 16% de la población económicamente activa.

Es del todo absurdo y censurable participar en un diálogo nacional, teniendo al pueblo como auditorio, si no se tiene la seriedad de ubicar en su punto exacto la causa del pobre crecimiento del producto interno. Enrique Iglesias, la figura máxima del BID, expresó la semana pasada, con mucho pesar, que la mayoría de los países de América Latina no tendrán un crecimiento mayor del 1% anual. Fue un señalamiento objetivo el del señor Iglesias y nadie debe pretender alcanzar dividendos electorales al divulgar esa realidad mundial. Como el mundo político está ahora lleno de alianzas, se debe indicar que los partidos gemelos del PRD o de sus aliados que tienen hoy responsabilidades gubernamentales en América Latina, confrontan un crecimiento del producto interno bruto semejante al existente en Panamá.

Los grandes estadistas argentinos, brasileños, colombianos, mexicanos, centroamericanos o del Caribe que gobiernan en la actualidad, confrontan la misma crisis o peor a la que padece el Gobierno panameño. Y sería incorrecto que a los gobernantes del mismo signo ideológico o gastronómico del PRD que dirigen esos países en crisis, se les señale como los responsables políticos de las desventuras económicas o que son tan incapaces que no pueden conjurar o resolver el fenómeno del desempleo, de la inseguridad o de la parálisis de la economía.

Es absolutamente cierto que la mala situación económica del mundo, cada día peor, es ideal para que los partidos de la oposición obtengan el mayor provecho a la hora del sufragio. Es tan rotunda la crisis, que países como Argentina, dirigidos por partidos y hombres de gran experiencia, no han podido superar la quiebra de su economía, y el Partido Justicialista, de la oposición, ha logrado capitalizar el descontento popular en sus recientes elecciones parlamentarias, a pesar de que su crisis es de arrastre y de que su último presidente justicialista Carlos Mennen se encuentra en prisión acusado de corrupción cuando él y su partido ejercían el mando. A esas paradójicas realidades conduce el aprovechamiento electoral de las crisis, y sobre todo si la divulgación docente de lo que ocurre y de lo que se hace es escasa por no decir deficiente.

La línea correcta de la divulgación y de la polémica esclarecedora la acaba de dar el gerente del Banco de Desarrollo, Abelardo Amo Zakay. El PRD en su pliego al gobierno propone para aliviar la crisis “reducir o eliminar temporalmente el cobro del Fondo Especial o de Compensación de Intereses (Feci) a los préstamos personales y comerciales”. El gerente del BDA con claridad, mesura y sensatez impugnó la propuesta porque el “Feci es un mecanismo de financiamiento del sector rural que no representa sacrificios fiscales ni gravámenes onerosos para otros sectores productivos”.

La metodología adoptada por el BDA, de comentar por separado en lo que le atañe las propuestas del PRD, como debate en la antesala del diálogo, debería hacerlo cada dependencia oficial en torno a las propuestas del PRD que causan por añadidura dos impresiones importantes: una, que el gobierno no ha hecho nada en las esferas críticas; otra, que el PRD es el núcleo político salvador de la situación del país. Si tales impresiones toman fuerza por falta de reputación docente, se repetiría en Panamá el fenómeno del justicialismo en Argentina a pesar, repito, de que su último presidente justicialista, que gobernó durante diez años, se encuentra en prisión por corrupto, según el juez que lo mantiene a buen recaudo.

En el manejo de la seguridad ciudadana, que es otro tema a debatir, todos deben aceptar que la infracción de la Ley Penal no surge por generación espontánea, siempre tiene su causa o móvil. En el caso panameño su causa directa es la crisis económica mundial y local con su secuela de desajustes sociales, y también la cultura del crimen que se inyecta diariamente en los medios masivos de comunicación. Es desleal sacar provecho electoral de la inseguridad ciudadana, porque la inseguridad es un fenómeno acumulado que no encuentra su origen ni en el gobierno de Endara ni en el de Pérez Balladares ni en el de Moscoso. Lo que importa es informar acerca de lo que se hace en estos estratos conflictivos y sensibles en la apreciación social.

La seguridad social es lo que más reclama la población. El político que llega a personalizar la imagen dura contra la delincuencia se alzaría con el botín electoral. Es lo que ha ocurrido en otros países. Me refiero, por supuesto, a la seguridad que emana del cumplimiento de la ley, no la que sucumbe en el sepulcro como ocurría durante la dictadura militar.

En el diálogo social en proyecto, el gobierno debe poner sus cartas sobre la mesa, como lo ha hecho polémicamente el PRD. La agenda oficial debe ser conocida. Solo así quedaría neutralizado cualquier provecho electoral derivado del diálogo. El único beneficiario sería el interés nacional. Nadie pescaría en el río nacional, tan revuelto por petardos de diversas facturas.

Publicado originalmente el 20 de octubre de 2001.

Hacia un diálogo sin provechos electorales
FICHA
Un vencedor en el campo de los ideales de libertad:
Nombre completo: Carlos Iván Zúñiga Guardia
Nacimiento: 1 de enero de 1926 Penonomé, Coclé
Fallecimiento: 14 de noviembre de 2008, ciudad de Panamá
Ocupación: Abogado, periodista, docente y político
Creencias religiosas: Católico
Viuda: Sydia Candanedo de Zúñiga
Resumen de su carrera: En 1947 inició su vida política como un líder estudiantil que rechazó el acuerdo de bases Filós-Hines. Ocupó los cargos de ministro, diputado, presidente del Partido Acción Popular en 1981 y dirigente de la Cruzada Civilista Nacional. Fue reconocido por sus múltiples defensas penales y por su excelente oratoria. De 1991 a 1994 fue rector de la Universidad de Panamá. Ha recibido la Orden Manuel Amador Guerrero, la Justo Arosemena y la Orden del Sol de Perú.
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