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- 02/09/2018 02:00
Manu Leguineche (Arrazua, Vizcaya, 1941- Madrid 2014), uno de los periodistas españoles más galardonados, trabajó en su juventud bajo las órdenes del escritor Miguel Delibes, director de El Norte de Castilla y, a partir de 1960, inició una carrera de corresponsal que le llevó a India, Pakistán, Vietnam, Líbano y Guinea Ecuatorial, entre otros países.
En 1965, con 23 años, el reportero vasco se unió a la expedición Trans World Record, que había comenzado en Nueva York y pretendía dar la vuelta al mundo en coche a través de Europa, Asia, Australia y América, y batir un récord mundial.
En un mesón de la Plaza Mayor de la capital de España, el periodista cantó la canción ‘Granada' con todo el ‘fuelle' de sus pulmones y Harold Stephens no tuvo más remedio que aceptarlo entre tragos de vino, pinchos de tortilla y baile.
‘Sabía jugar al mus y al fútbol, cantar canciones en euskera, escribir reportajes y otras cosas igualmente inútiles y nada prácticas para dar una vuelta alrededor del mundo', dejó escrito Leguineche.
‘ERA MUY BUEN TIPO'
Stephens o el ‘Jefe' era, según el periodista español, ‘alto y vigoroso, descendiente de rusos', pero también de ‘formas suaves', ‘espíritu dionisíaco, vitalista y trotamundos'.
Los otros componentes de la expedición eran el ‘mercurial' Albert Podell, el ‘hipocondríaco' Woodrow Stans y el fotógrafo suizo Willy Mettler, ‘terco y muy curioso', a bordo de un Totoya Land Cruiser y un Jeep que venderían en Nepal.
A pesar de que Leguineche defraudó al Jefe porque no sabía conducir, fue ganándose su amistad y admiración gracias a su sentido del humor y sus charlas sobre historia, literatura y el oficio de escribir.
‘Manu Leguineche era una de las mejores personas que he conocido (...) Era muy buen tipo, ¿sabes?', señala a Efe Stephens, de 91 años, en una entrevista en su residencia de Bangkok (Tailandia), donde vive desde hace varias décadas.
En El camino más corto: Una trepidante vuelta al mundo en automóvil , el reportero español relata este periplo épico a través de países convulsos, conflictos, desiertos y montañas, mezclando anécdotas con ensayos de contenido periodístico o histórico.
Enfermó de disentería en Libia, siguió las rutas de Alejandro Magno y Genghis Khan en Afganistán; caminó por los Himalayas con el sherpa Tenzing Norgay; tomó el té con Indira Gandhi; y jugó al fútbol con el futuro rey camboyano Norodom Sihanuk.
El periplo le llevaría también a Tailandia, donde un mono se comió su pasaporte y trabajó como vendedor ambulante de vitaminas por las aldeas, según narra el propio Leguineche con un estilo elegante y divertido.
VERSIONES CONTRADICTORIAS
No obstante, algunos fragmentos de El camino más corto , impreso por primera vez en 1978, se contradicen con el libro Who Needs a Road? (¿Quién necesita una carretera?), que publicaron Stephens y Podell diez años antes que Leguineche acerca de la misma expedición.
Por ejemplo, el español relata un viaje junto con Stephens a lomos de sendos elefantes en el parque natural de Kaziranga, en el noreste indio, entre ‘rinocerontes blancos de un cuerno', búfalos, leopardos, tigres y ‘boas que surgían de la selva virgen'.
Según Who Needs a Road? , Stephens y Leguineche estuvieron juntos en India, pero el periplo en Kaziranga lo realizó el norteamericano en solitario.