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‘El Canal es como un juguete frágil, si te pones a pelear se cae y se rompe’

- 02/06/2025 00:00
El analista geopolítico y empresario Ángel Ricardo Martínez ha viajado a Medio Oriente como periodista para cubrir el conflicto Israel-Palestina y la primavera árabe, visitado India y otros países del continente asiático, así cómo recorrido África desde Marruecos a Kenia. Ahora, comparte con La Estrella de Panamá su perspectiva sobre el ajedrez geopolítico actual.
Países por distintos motivos en la nueva configuración internacional sienten que es el momento y que tienen la capacidad de revertir cosas que ellos consideraban injustas. Llámese por ejemplo Azerbaiyán en Nagorno Karabaj, llámese Ruanda en el Congo, llámese Rusia en Ucrania, Israel en Gaza, hay muchos lugares donde hay países que están diciendo ‘este es el momento, esta es la oportunidad para cambiar el estatus quo’. Yo creo que India es uno de esos, y definitivamente que el tema de Cachemira es el más importante en Pakistán.
Lo interesante es que India es un país que en mi análisis está jugando el juego muy bien, porque entiende que tienen el tamaño y la capacidad para decirle que sí a lo que le tienen que decir sí y no a lo que no les conviene.
India está en el centro de la masa euroasiática e India. Por su control de las islas Andaman y Nicobar, India juega un rol estratégico con respecto al comercio chino. Si India bloqueara ahí, por ejemplo, China tiene un gran problema. Entonces, ¿hacia dónde va a agarrar India? Es una de las grandes preguntas que van a definir el destino, pienso yo, del mundo.
Uno de los grandes objetivos geopolíticos chinos en esta cuestión, diría yo, es mantener a India ocupada en su frontera norte, tanto con China como con Pakistán, para que India no pueda proyectarse hacia el Océano Índico. Es un escenario mucho más complicado, porque más allá del Océano Índico está el Pacífico, y está la parte donde probablemente, si hay un conflicto entre China y Estados Unidos, va a ser ahí.
A nivel militar, estamos en un momento mundial en el que yo creo que a mucha gente le pican los pies y tienen ganas, ¿sabes? Eso pasó más o menos antes de la Primera Guerra Mundial. Había ganas de entrarse a puñete, había ganas de guerra, y yo pienso que estamos entrando en un momento así.
Yo creo que lo estamos viendo en vivo y en directo en Gaza, en Ucrania, en muchos lugares, y definitivamente que esto que hubo entre India y Pakistán, cómo se usaron las armas chinas, los drones turcos, lo están observando gobiernos, ejércitos y servicios de inteligencia del mundo.
Yo creo que esto se va a poner mucho más intenso. No soy optimista para nada, pero sí creo que India es un país que está manejando muy bien su ascenso, y creo que Pakistán es un país que está seriamente en problemas, porque Pakistán es un país creado a imagen contraria de India.
Pakistán si no tiene al ogro indio, no tiene justificación de ser, y eso es lo que hace que lo único que lo sostenga sea ese ejército, ese establecimiento de seguridad, que en Pakistán lo es todo. Pakistán no es un país con un ejército, sino es un ejército con un país. Y eso es insostenible a nivel político-económico. Si no hay una amenaza externa, tienes que fijarte en los problemas de verdad, en el hambre, en la pobreza, en la miseria, y obviamente ahí se te empieza a salir el país de las manos. Es mucho mejor dirigir las armas hacia afuera que dirigirlas hacia adentro.
No sabemos si es a propósito o si simplemente es que el tipo tiene déficit de atención o demencia senil, pero definitivamente lo que está caracterizando, sobre todo este segundo mandato de Trump, es la aleatoriedad, la impredecibilidad, lo errático. Hoy te pongo impuestos, aranceles, mañana te lo quito, pasado no sé qué.
La visión de él no es una visión tradicional estadounidense, no creo que Trump considere que el orden internacional depende de Estados Unidos, o que él quiera eso. Creo que Trump y la gente que lo apoya consideran que Estados Unidos no puede seguir metido en todos los conflictos del mundo, en todas las situaciones del mundo, y de alguna manera quieren ir cediendo poder local a las diferentes potencias que se alineen con cualquier cosa que ellos deseen que se alineen.
Esa idea se la hubiera preguntado alguien hace 30 años o 40 o 50 y hubieran dicho que era absurda, te iban a decir que Estados Unidos sostiene el sistema internacional, Estados Unidos garantiza la seguridad en altamar, Estados Unidos es el ancla del sistema de comercio internacional. El estadounidense no siente que tiene la responsabilidad de garantizar un orden internacional, que antes era lo que ellos consideraban obvio.
Ese aflojamiento de todas esas cosas es lo que nos está poniendo en este momento tan complicado y tan realmente aterrador.
Yo creo que el problema que tiene Panamá hoy en día con su política exterior es la manera como se ha concebido y enfocado el Estado panameño después de la Invasión. Aquí se heredó el país y se perdieron de vista las cosas más importantes. Una de nuestras palabras favoritas es soberanía, pero en los últimos 30 años se ha usado desde un punto de vista muy superficial. Al final del día la soberanía es la capacidad que tiene un ente político de tomar decisiones sin que nadie influya en mayor o menor medida.
Pensamos que la soberanía que recuperamos con el sacrificio de muchísima gente, ya pues, hasta ahí llegó, se acabó, se firmó los tratados del canal, nos entregaron el canal y listo. Nadie se ocupó de decir bueno, ¿y cómo defendemos este país? ¿Cuál es la visión de país que tenemos? ¿Hacia dónde? ¿Qué queremos que sea Panamá ahora?
Omar Torrijos dijo “este tratado no es perfecto, seguimos bajo el paraguas del Pentágono”. Había que seguir trabajando.
El Canal para efectos prácticos, para todo lo que importa, es panameño. Está en territorio panameño, está administrado por panameños y los que saben operarlo son panameños. Además es un punto extremadamente frágil de la geopolítica internacional, del tablero geopolítico internacional y sobre todo del mundo marítimo, que es por el que se mueve el 90 y pico por ciento del comercio mundial.
Entonces, si tú lo analizas así, ¿quién tiene el poder? Al final del día el Canal es como un juguete frágil y si te pones a pelear, a lo mejor se cae y se rompe. El Canal, si deja de funcionar, no le conviene a nadie tampoco.
¿Pero qué pasa? Ese análisis tú solo lo puedes hacer y llevarlo a sus máximas consecuencias si existe la voluntad real de llegar a un punto como es de luchar, de amenazar. Ya sabemos que Torrijos y los militares estaban dispuestos a bombardear, a sabotear el canal si no se ratificaban los tratados. No se habla tanto de eso, pero está en la historia. Esa era la clave, decir bueno, si no es para mí, no es para nadie.
¿Qué tan dispuesto estás tú como líder? No solamente tú como líder, el pueblo panameño a pasar por sacrificios para defender una soberanía o para defender una autonomía del país o una idea del país. Eso es lo primero.
Y lo segundo a nivel táctico es qué margen de maniobra tienes. Por treinta años hemos ido tomando decisiones que nos han ido quitando soberanía cada vez más. Entonces, tienes poco espacio y margen de maniobra para tomar estas decisiones.
Ahora, también hay que decir que donde sí hay más margen de maniobra es en la manera como tú le comunicas esto al país y le comunicas esto al mundo. Y a mí me parece que se ha manejado muy mal la narrativa.
Si tú no tienes tu patio controlado, es difícil que puedas proyectarte y hacer de frente a una amenaza de este tipo con fuerza. Porque estás en arena movediza. No puedes descuidarte de un lado porque se te prende otro.
Tú sabes que yo estoy aquí en la isla de Bocas del Toro y llevamos un mes sitiados. Estamos secuestrados, estamos todos sufriendo a nivel social, a nivel económico, a nivel de todo. Y sin embargo, vemos que el Estado, el Gobierno, que tiene el deber de protegernos, pues simplemente no da respuesta.
Mucha gente se concentra en decir si lo que está pasando es un genocidio o no, yo creo que hay que concentrarse en las cosas que son hechos. La Corte Internacional de Justicia se ha pronunciado, los líderes de la mayor parte de los países del mundo ya están pronunciándose, ya han cambiado su manera de digamos de entender lo que está sucediendo.
Creo que se ha permitido que se haya llegado a un nivel de deshumanización de la gente que vive en esos territorios tan grande que ya no hay vuelta atrás. Hay que recordar que Israel entrando en Gaza o bombardeando Gaza no es del 2023 pasó en el 2021 y en el 2014 y en el 2008 pasó. Desde que Hamás se toma la franja de Gaza ha pasado 4, 5, 6 veces obviamente nunca a esta escala ni con este nivel de crueldad pero ha pasado y yo creo que así mismo como Estados Unidos tomó las decisiones que tomó al calor de lo que le había pasado el 11 de septiembre pues aquí se han tomado decisiones que cada día que miramos hacia atrás nos estamos dando cuenta que había una intención que la verdad que da miedo, da hasta miedo a hablar de ella. Se han relajado las reglas de lo que le está permitido a un soldado. Se pueden pasar horas discutiendo si ese niño muerto es a propósito o no, pero lo cierto es que está muerto el niño.
La mayoría de los países del mundo incluyendo Panamá, están en ese tema con la cabeza metida porque no saben qué hacer, por un lado es un país con el que tienes una relación muy buena, es un país que te ha ayudado mucho, tiene mucha presencia aquí, ha hecho cosas muy buenas y hay una comunidad judía importante también, pero por otro lado, es un país que ya abiertamente está en contravención de todo lo que tú crees. Se supone que el multilateralismo, que las instituciones internacionales son la piedra angular de la política exterior panameña. Entonces, Panamá es parte de la Corte Penal Internacional, Panamá es parte del sistema de la ONU ¿qué hacemos?