Evaluación para el aprendizaje: encrucijada entre lo tradicional y lo auténtico

La situación a nivel mundial, producto de la pandemia del SARS-CoV-2, ha obligado a redescubrirse en diferentes aspectos, tomar correctivos, destinar recursos en diferentes direcciones, implicando una serie de cambios que deben llevarnos a meditar en muchas situaciones; por ende, a establecer prioridades para la época en que vivimos y la época postcovid-19.

La situación a nivel mundial, producto de la pandemia del SARS-CoV-2, ha obligado a redescubrirse en diferentes aspectos, tomar correctivos, destinar recursos en diferentes direcciones, implicando una serie de cambios que deben llevarnos a meditar en muchas situaciones; por ende, a establecer prioridades para la época en que vivimos y la época postcovid-19.

Sin duda alguna, uno de los sectores al cual se le debe prestar vital atención, aparte del sector Salud, por supuesto, es la educación. Es necesario preguntarnos hacia dónde va dirigida la enseñanza de nuestras futuras generaciones, más aún cuando los calificadores internacionales, en lo que a educación se refiere, nos han ubicado siempre en los últimos lugares a nivel mundial.

En tal sentido, la evaluación de los aprendizajes juega un papel preponderante en esta época, en la que recién se ha implementado por parte del Estado, la educación virtual a través de diferentes plataformas adecuadas para la enseñanza mediante el uso de dispositivos electrónicos. La evaluación constituye uno de los pilares fundamentales en la educación. Además, tiene un carácter académico en el cual se determina el nivel de desempeño y aprendizaje logrado por los estudiantes. Por lo tanto, constituye un proceso sistemático que le permite al docente evaluar las evidencias de aprendizaje de los estudiantes en sus múltiples facetas y verificar si se están cumpliendo los objetivos propuestos.

El proceso de evaluación en nuestro sistema educativo se desarrolla tradicionalmente mediante pruebas objetivas, generalmente para determinar los aprendizajes de tipo conceptuales, en algunos casos procedimentales y esporádicamente actitudinales, centrando su atención de manera muy específica en la obtención de calificaciones de tipo cuantitativa, las cuales determinarán el nivel de acreditación y promoción en los diferentes niveles del sistema educativo.

Cabe destacar la urgencia en la aplicación de estrategias didácticas y de evaluación, que permitan la concreción de métodos, técnicas e instrumentos capaces de evaluar de forma más holística los desempeños y evidencias de aprendizaje de los estudiantes, mediante las herramientas y recursos virtuales, desde el punto de vista cuantitativo y a la vez cualitativo.

La evaluación para el aprendizaje examina las habilidades, destrezas y capacidades de dichos aprendizajes y marca los pasos para seguir desarrollándola; también se encamina hacia los procesos de enseñanza-aprendizaje dinámicos. Así mismo, muestra tanto al estudiante como al docente lo aprendido y asimilado mediante su desempeño a través de diferentes actividades, en las cuales se implementan diferentes procedimientos y técnicas de evaluación.

Recientemente en su informe final de asignatura, los estudiantes de la maestría en dificultades del aprendizaje de la matemática, de la Universidad Especializada de las Américas (Udelas) extensión Azuero, destacaron la importancia de la evaluación auténtica, a través de tareas en los procesos de enseñanza-aprendizaje. En dicho informe, dirigido por el magíster Dillian Staine, se establecieron importantes aspectos sobre este tipo de evaluación, como una herramienta que les permita a los docentes, no solo del área de las matemáticas, sino de otras disciplinas, involucrar a los estudiantes con tareas contextualizadas a resolver situaciones relacionadas con diferentes ámbitos.

Tanto la evaluación cualitativa como la evaluación auténtica forman parte de la evaluación para el aprendizaje y conllevan procesos que nos permiten direccionar, mediante la retroalimentación, las nuevas decisiones a nivel didáctico, puesto que los estudiantes se integran de manera consciente a los procesos evaluativos, incrementando de esta forma el desarrollo de competencias blandas de autorreflexión y compromiso, de manera colaborativa.

Las tareas auténticas demandan una evaluación auténtica, de tal forma que tanto las estrategias como técnicas e instrumentos se convierten en lo pertinente para evaluar conocimientos, habilidades, comportamientos, destrezas y desempeños, para los cuales se requiere instrumentos de índole cualitativo y de evaluación auténtica.

El informe narrado por los estudiantes se puede apreciar en la siguiente dirección web: https://www.youtube.com/watch?v=4ZDQ1mmdlew.

Por: Estudiantes de la maestría en dificultades en el aprendizaje de matemáticas
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