José Cambra: Reforma educativa debe ser de abajo hacia arriba y con la participación de todos

El desarrollo de una reforma educativa integral es una de las grandes deudas que tienen todos los gobiernos, indistintamente de su signo político, en los últimos 40 años.

Un desafío que implica incorporar diversas visiones de todos los actores en el sistema educativo, y que en opinión del docente universitario José Cambra, no puede ser una “imposición” desde el gobierno de turno, sino una construcción colectiva.

“El fracaso de la reforma es venir de arriba hacia abajo. Hay que comenzar por un trabajo de intercambio de buenas prácticas educativas entre los educadores (...) intercambiemos y contruimos de esa manera”, subrayó el también sociólogo y miembro de la Asociación de Profesores de República de Panamá (Asoprof).

Para Cambra, lo mismo debe aplicar para la revisión y actualización de los contenidos, ya que algunos presentan graves desfases.

“A veces veo los contenidos y es como si no hubiésemos avanzado en las ciencias desde la década de 1940. Es terrible”, indicó el profesor, quien enfatizó en la necesidad de romper los viejos esquemas que asumen los teléfonos móviles únicamente como un elemento distractor y el potencial pedagógico de esta tecnología.

“Hay que pasar de dejar de prohibir los celulares y las laptops en los colegios (...) lo que hay que tener es internet bueno para los 1.800 colegios y escuelas (del país) y ponerlo a las 1.300 escuelas que no lo tienen”, subrayó el docente y agregó: “debemos modernizar la educación comenzando con mejor formación para los decentes, (algo) que siempre los gremios hemos pedido”.

En perspectiva sobre lo hecho antes, Cambra considera como un error terrible el rechazo a la reforma educativa de 1979. “La dirigencia de Asoprof decía revisión de la reforma educativa, no su eliminación. Lamentablemente el movimiento siguió un curso que permitió la derogación”, explicó

Sobre las críticas de que los sectores magisteriales se resisten a las evaluaciones, Cambra reconoció que algunas dirigencias gremiales rechazan ser evaluados por el Ministerio de Educación (Meduca).

“Hay una mentalidad conservadora en algunas dirigencias gremiales que opinan que eso sería terrible”, dijo. A pesar de eso, enfatizó que la mayoría de los educadores si está dispuesta a ser evaluada y que también debe regularse la carga horaria para que se puedan desarrollar de manera eficiente los mecanismos de “intercambio de buenas prácticas escolares”. El cuerpo docente puede revisar, ajustar y mejorar los procesos pedagógicos.

Sobre el 7% del PIB para educación, una de las promesas asumidas por el gobierno tras las protestas de julio pasado, Cambra tiene dudas de que se cumpla lo acordado con los gremios. “Dijeron que iban a darle $1.221 millones al Meduca y solo le dieron $350. Nosotros sabemos perfectamente que están ahorrando la plata para gastarla en la campaña electoral”, señaló.

Denunció, además, que más allá de las cifras y obras que ha anunciado el gobierno, persisten muchas escuelas sin laboratorios, sin agua potable y con deficiencias estructurales.