Celi Pizán:

Diseñadora colombiana: ‘Panamá me cautivó, me enamoró y me lo dio todo’

  • 03/06/2025 11:01
La diseñadora colombiana fusiona intuición, raíces caribeñas y elegancia funcional en una marca de moda que celebra la feminidad, el color y la capacidad de florecer

Celi Pizán es una diseñadora de moda colombiana que ha logrado consolidar una marca con identidad propia: elegante, tropical y profundamente conectada con las emociones. Su historia comenzó en Barranquilla, entre muñecas, telas y la influencia de su abuela y su abuelo maternos. Desde entonces, ha sabido traducir su intuición en colecciones llenas de color, frescura y feminidad. “Elegancia sin complicaciones” es la frase con la que define su estilo, y esa esencia recorre cada una de sus prendas.

Radicada en Panamá —país que, según ella, le ha dado todo—, Pizán ha logrado posicionarse también en mercados internacionales como México y Colombia. Sus creaciones nacen de momentos cotidianos o profundamente simbólicos: una carrera matutina, la floración de los guayacanes o el deseo de que cada mujer pueda florecer más de una vez al año. Su proceso es espiritual y sensible, guiado por la oración y el deseo de conectar con quienes usan su ropa.

Para Celi, la moda es más que estética: es una forma de entender los cambios internos y externos, de aceptar que cada cuerpo, gusto y emoción merece un vestuario que acompañe su evolución. Y desde ahí, diseña con propósito.

¿Cómo fueron sus primeros acercamientos al mundo del diseño?

Inicié con mi abuela. Ella me compraba muñecas y me ayudaba a vestirlas. Siempre me apasioné por los colores y por crear un mix and match para mis muñecas y de ahí nació mi pasión. También aprendí mucho del padre de mi mamá.

¿Qué recuerdos tiene de su vida en Colombia que sigan influyendo en su estética o su forma de crear?

Mis raíces. Soy una mujer de Barranquilla y mis diseños parten de ese lado caribeño con muchos colores alegres y estampados alusivos a lo tropical. De hecho, nuestra última colección tiene un guiño panameño y eso es por el cariño que tiene este país para mí.

¿Qué fue lo más difícil —y lo más hermoso— de mudarse a Panamá?

Lo más difícil, sin duda, fue dejar a mi familia. Recordarlos todos los días y no poder estar con ellos es duro. Adaptarse a nuevas culturas y costumbres también es difícil, pero Panamá es un lugar increíble y siempre me gusta regresar cuando estoy fuera.

¿Cómo describiría la esencia del ‘estilo Celi Pizán’ en una frase?

Elegancia sin complicaciones.

¿Cuál fue la primera prenda que diseñó y cómo la hizo sentir?

Soy amante de la tela denim y mi primera prenda fue una falda jeans que combiné con rayas. No me lo podía creer cuando la vi lista. Al verla puesta en alguien y que le quedaba bien me asombró muchísimo, y ver que les gustó y se sentían cómodas fue una satisfacción enorme.

¿Qué la motivó a abrir su marca en Panamá? ¿Qué le ofreció este país que no encontró en otros?

Vine a Panamá por motivos de paseo y turismo. Panamá me cautivó, me enamoró y me lo dio todo. Aquí nació mi marca y este país me ha abierto muchas puertas hacia el mercado internacional, en lugares como México y Colombia.

¿Cuánto hay de intuición y cuánto de estrategia en sus colecciones?

Casi el 99 % de mis colecciones se crea desde mi intuición. Sin embargo, la estrategia debe ser muy acertada porque es lo que vende, lo que te permite desarrollar disciplina y te lleva a un punto de enfoque con un cliente. Mi intuición me ha llevado a crear colecciones muy interesantes, como la más reciente que nació desde que comencé a correr en las mañanas y pude apreciar algo llamativo en el ambiente. Esa intuición me permite identificar una buena idea para una colección y de ahí reflejarlo en las estadísticas, las prendas, telas y diseños.

¿Cómo ve el panorama del diseño latinoamericano hoy?

Es una industria que va en constante y acelerado crecimiento. Hemos apreciado una ola de diseñadores emergentes y creaciones de todos los estilos. Las ganas de la juventud en seguir aprendiendo, superándose y formalizando esta profesión es increíble.

¿Cómo equilibra las tendencias globales con su identidad personal?

La moda es lo tradicional y clásico que siempre veíamos. Las clientes piden las tendencias amarradas a su esencia. Trato de manejar los mismos cortes clásicos como un producto de mi marca, pero los colores, telas y diseños se adaptan a la necesidad y gusto del cliente.

¿De dónde nace una colección suya? ¿De un concepto, de una emoción, de un color...?

En nuestra nueva colección me quise enfocar en la belleza de los guayacanes y de esa idea de que cada año florecen y muestran su encanto. Como mujeres, siempre tenemos la oportunidad de florecer, aunque, a diferencia de este árbol, nosotras no solo lo hacemos una vez al año, sino en cada ocasión que encontremos. Quise plasmar esa idea en las telas para que la mujer entienda que no solo florece una vez al año, o dependiendo de una prenda, sino que pueda brillar todos los días.

¿Tiene algún ritual antes de sentarse a diseñar?

Mi ritual todos los días es orar. Me encomiendo mucho a Dios y a leer la Biblia. En esos momentos pido recibir ese enfoque de lo que las personas desean ver en sus diseños.

¿Qué ha aprendido de sí misma a través de la moda?

La moda es cambiante y esto sobre todo con la idea de que la comodidad permanezca en cada vestuario. Nos vestimos de acuerdo a cómo nos sentimos en el día, nuestro estado de ánimo o nuestro estado físico y no nos podemos regir bajo un solo estilo. La moda ayuda a entender los cambios por los que pasamos. No me vestiré igual hoy en comparación a dentro de un año, y es que los gustos, el cuerpo, el tono de piel y cabello y hasta nuestra esencia cambia constantemente.

¿Qué significa la moda para usted?

Todo. La moda es sentirme y verme bien, pero lo que más me gusta es que puedo reflejar ese amor en ella a través de cada prenda, accesorio o vestuario.

¿Qué sigue para Celi Pizán?

Es la pregunta que me hago todos los días [ríe]. Siempre estoy en movimiento y me surgen ideas constantemente para nuevos proyectos, conceptos, prendas y estilos. Vamos a ver qué traerá el futuro.

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