El Omar que conocí

Actualizado
  • 14/10/2015 02:01
Creado
  • 14/10/2015 02:01
Para Omar Torrijos, el proceso negociador con los Estados Unidos solo podía destrabarse aumentando la presión internacional y la movilización interna

Para Omar Torrijos, el proceso negociador con los Estados Unidos solo podía destrabarse aumentando la presión internacional y la movilización interna de la mayoría del pueblo panameño. Para los generales del Pentágono —que veían el enclave militar de la Zona del Canal como un inmenso resort vacacional— ese poderoso movimiento nacional que zarandeaba las cercas limítrofes era un mensaje premonitorio de lo que podía ocurrir.

Bajo la conducción de Torrijos, Panamá había logrado concentrar un poderoso movimiento internacional de solidaridad cuyos caminos se iban radicalizando al punto de convertirlo en un elemento fundamental de presión ante las élites políticas y militares de Estados Unidos. Torrijos sabía que los tiempos de la negociación se estaban agotando. Su equipo había sufrido bajas sensibles con la salida de Juan Antonio Tack y Aquilino Boyd y el protagonismo egoísta de algunos de sus miembros. Torrijos nos revelaba su angustia ante esos hechos. Decide crear una comisión política bajo control directo y coloca a Rómulo Escobar como representante principal. Nunca permitió actas escritas , y los informes se grababan y enviaban por correo diplomático.

En 1973, se había fundado la Comisión Trilateral, integrada por las principales corporaciones del mundo. David Rockefeller, el mismo que se reunió con Torrijos en mayo de 1969 y que había apoyado financieramente los primeros pasos de su gobierno, es su creador. ‘El conjunto de potencias e intelectuales mayor que el mundo haya conocido nunca', tal como lo describió Zbigniew Brzezinski. Ellos tenían una visión diferente sobre el uso de nuestra posición geográfica y el Canal de Panamá. Parte de los negociadores norteamericanos eran directivos de ella. Torrijos envía a figuras ligadas a los conservadores norteamericanos para persuadirlos. Gabriel Lewis Galindo es designado embajador. La figura emblemática de esa derecha, John Wayne, se convierte en defensor de las negociaciones. Wayne envía una carta al vocero de esas fuerzas, Ronald Reagan, instándolo a que ‘no llegue tarde a la historia'. La carta la elabora Flavio Velásquez, negociador y correo de Omar.

A mediados de 1975 nace el Grupo de Contadora, integrado por Colombia, Venezuela y Costa Rica. Surge la Declaración de Panamá. Rómulo encabeza una delegación para informar a todos los ejércitos de América Latina y el Caribe. Torrijos hace su último gran periplo internacional y aterriza en la reunión de los países no ‘alineados'. El tiempo se agota.

Por su parte, EE.UU. era un país sacudido por graves acontecimientos políticos internos, cargando la derrota histórica de Vietnam, un poderoso movimiento pacifista, y el desafío del tercer mundo. La victoria presidencial del demócrata James ‘Jimmy' Carter, miembro de la Comisión Trilateral formada en noviembre de 1976, acelera el proceso negociador. Quince ejecutivos de ese organismo se integran al gabinete del nuevo gobierno. Carter reestructura totalmente el Departamento de Defensa y le pide al Comité de Revisión Política una definición del tema Panamá. Este plantea negociar un nuevo tratado de ‘buena fe y rápidamente'. Carter señala que con un ‘buen tratado se protege mejor el Canal, y que ‘es necesario abandonar su control y convertir a Panamá en socio'. El presidente Carter inicia la política del consenso multilateral en sus relaciones internacionales.

En marzo de 1977, Torrijos recibe la copia de ambos tratados. Demora dos días en tomar la decisión. Se deprime, porque sabe que la lucha no se completó: habíamos logrado lo más posible; pero, habíamos cedido por igual. Es su responsabilidad personal ante la historia. Su famosa frase ‘hemos quedado bajo el paraguas del pentágono', le obliga a empeñar todo su prestigio nacional e internacional. Finalmente lo acepta.

El 7 de septiembre se realiza formalmente la firma por parte de ambas naciones. Torrijos intensifica el patrullaje nacional por todas las partes del país. Hay un suspiro de alivio. Habría que inyectarle, ahora, alegría. Torrijos es el más interesado en extender el período de transición. Hubo la posibilidad de que, en términos militares, éste se diera para 1990. La nación no estaba preparada. Necesitaba de una nueva generación nacida dentro del proceso. Se avecinaba otra batalla, mucho más intensa: la ratificación en el Congreso.

Las fuerzas conservadoras estadounidenses enfrentaron con ahínco ese consenso multilateral. Pusieron condiciones: El repliegue de los militares a sus cuarteles y el abandono de su beligerancia política, la legalización de los partidos políticos, la convocatoria a elecciones directas para elegir las autoridades del Estado, democratizar los medios de información, y el retorno de los alborotadores conocidos como exiliados políticos, entre otras cosas.

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‘Torrijos se deprime, porque sabe que la lucha no se completó: habíamos logrado lo más posible; pero habíamos cedido por igual'.

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