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- 26/12/2015 01:00
Cartones y piso son el colchón perfecto para cientos de cubanos que esperan el aval del Gobierno costarricense para cruzar la frontera de Paso Canoas y seguir su trayecto por Centroamérica, rumbo a Estados Unidos.
El conteo extraoficial indica que en el paso trasnacional hay unos 640 isleños que, en su intento por llegar a suelo estadounidense, han pasado la Navidad entre policías fronterizos. La cifra es levemente inferior a la que se registraba hasta hace unas semanas en Puerto Obaldía (700), el primer foco de crisis por la llegada de migrantes cubanos.
La situación es más dramática con el pasar de los días, por las restricciones de entrada a Costa Rica. El país vecino se ha negado a que más cubanos pasen por su territorio. Por día las autoridades costarricenses permitían el paso de 50 cubanos, pero los permisos están suspendidos, tras una reunión de cancilleres centroamericanos, este mes, para buscar una solución a la crisis migratoria.
‘Pedimos, por el amor de Dios, que nos ayuden, hemos salido de nuestro país por mejores días, hemos vendido todo allá y regresar no nos conviene, pedimos que nos permitan llegar al norte', suplicó Yolanda Fernández, una las cubanas varadas en la frontera.
‘La mayoría llevamos más de un mes pasando trabajo en diferentes países. Ellos (los gobiernos de Colombia, Ecuador y de los países centroamericanos) dicen que nuestro paso es ilegal, pero nuestro objetivo no es quedarnos. Solo queremos que nos dejen pasar', reclamó Fernández.
AUTORIDADES
El de los cubanos varados es un ‘tema preocupante', a juicio del Franklin Valdés, alcalde del distrito de Barú.
‘El Gobierno ha tratado de ser humanitario, pero los otros países no lo han sido y esa negativa nos generará otros problemas', vaticina el alcalde Valdés.
Los cubanos que desean llegar a Estados Unidos están distribuidos en Progreso, Canoas Abajo y Canoas Arriba.
‘Alertamos al resto de las autoridades para que vean lo que van a hacer, porque siguen llegando más y no estamos preparados para tanta gente', insiste el funcionario.
‘El gobierno debe actuar con inteligencia y si no se encuentra otra salida al problema, deben dispersar a los cubanos en el país, mientras se haga algo, porque muchas personas en un sólo distrito y en situaciones precarias pueden producir un problema mayor, sobre todo en lo sanitario', continuó Valdés.
PREOCUPACIÓN Y AYUDA
Ante la dramática situación de los extranjeros, la iglesia Católica en Progreso y organizaciones comunales han brindado ayuda humanitaria hasta donde sea posible en este hacinamiento que aumenta en números cada día.
‘Hacemos el esfuerzo necesario, les hemos dado alimentación a los que podemos, son muchos, no cuentan con colchones y la situación empeora cada mañana, cuando aparecen más cubanos en los albergues', relata Yadira Montero, una panameña que presta servicio humanitario a los migrantes.
‘Esta situación no se había vivido antes: hay niños con hambre, personas felices con un cartón como cama y una manta para el frío, madres desesperadas por sus hijos, algunas pensando en regalarlos porque no quieren verles pasar hambre; esperamos ayuda humanitaria de todos, hasta que se solucione esto', señaló Montero, que apoya en el poblado de Canoas Arriba.
Muchos de los cubanos, agradecidos, han optado por ir de casa en casa ofreciéndose voluntariamente a pintar, limpiar patios, recoger basura o trabajar en almacenes, solo para ganarse la alimentación diaria.
En la Navidad ‘compartimos como hermanos la felicidad en medio de la preocupación, porque estamos muy agradecidos con los panameños, que nos han ayudado aún sin conocernos', destacó José Vargas, un cubano en albergue.
Familias en Paso Canoas se unieron para invitar a los extranjeros a la cena de Noche Buena, porque consideran que más que problemas migratorios o políticos de los países, se debe ‘amar al prójimo'.
‘Y mientras llegue una respuesta trataremos de ser agradecidos', dijo Vargas con la esperanza de cumplir su ‘sueño americano'.
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CRUZ ROJA
‘Se puede salir de control'
La Cruz Roja de Panamá advirtió, el jueves, que la permanencia de cientos de migrantes cubanos en la zona fronteriza con Costa Rica puede ‘salirse de control' si ese país mantiene la decisión de cerrarles el paso a su territorio.
‘Si Costa Rica no otorga las visas a los cubanos varados en (el puesto fronterizo) Paso Canoas, debemos prepararnos', dijo Víctor Hall, directivo de la Cruz Roja panameña.
‘Tenemos entendido que otros dos mil cubanos atraviesan el país para llegar a Paso Canoas', añadió Hall.
Doce migrantes cubanos con problemas de diabetes, insuficiencia renal o hipertensión arterial fueron trasladados a centros médicos.