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- 02/12/2013 01:00
PANAMÁ. Las estadísticas hablan por sí solas. En Panamá cada seis horas se está violando un menor de edad. Esa premisa se sustenta al analizar las cifras reveladas por la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Seniaf).
Según la institución, especializada en la protección de los niños y jóvenes adolescentes, entre el año 2012 y 2013, hasta el mes de septiembre se han registrado 3 mil 127 denuncias de abuso sexual infantil.
Al tomar el número de global de las denuncias y dividir con 730 días (dos años), el resultado evidencia que hay un reporte de 4 denuncias por cada día transcurrido en este periodo.
Si a los despachos llegan cuatro denuncias cada 24 horas. Se puede entonces hablar de una violación a un menor de edad cada seis horas.
EL ABUSO EN CIFRAS
La directora del Seniaf, Gloria Lozano de Díaz, que no precisó la cantidad de abuso por año, detalló que las edades más abusadas, según las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la Repúblicas, están entre los 14 a los 17 años de edad.
En el rango de edades antes mencionadas, se han presentado unas mil 771 denuncias en el periodo de 2012 y los primeros nueve meses del año 2013 (último reporte registrado).
Le siguen el rango de edades de los 9 a 13 años de edad, con un total de 926 denuncias.
Mientras que en el caso de las edades de 5 a 12 años se manejan cifras de 320 violaciones. Las autoridades manejan unas 110 denuncias de abuso sexual a menores de 1 a 4 años.
En el caso de las cifras, se podría estar hablando de un subresgistro, pues en muchas ocasiones los menores de edad, además de la violación sexual son víctimas de amenazas de los victimarios y por temor a otra represalia en su contra o en contra de otro de sus familiares se quedan callados.
También hay ocasiones en las que los padres, madres o responsables de los menores prefieren no presentar la denuncia ante las autoridades penales.
Lo más grave del problema es que la mayoría de los casos el incidente se repite una y otra vez. El abuso se convierte en un hecho recurrente y que al final genera secuelas psiquiátricas en la personalidad de los menores de edad que llegan a tener secuelas hasta en su vida como adultos.
Las autoridades también registran que la mayoría de los casos, la persona que comete el delito es un familiar o allegado a la víctima, alguien que en muchas ocasiones convive con el menor: un padrastro, tío, primo o vecino del menor.
OPINIÓN DE UN EXPERTO
Severino Mejía, criminólogo de profesión y exviceministro de Gobierno detalla que ante la cifras de abuso sexual se debe revisar el Código Penal para conocer cuáles son las penas por esas acciones de abuso contra los menores de edad.
Habría que analizar bien si las penas establecidas para este tipo delitos corresponden al incremento y la manera en que se están desarrollando este tipo de prácticas de abuso que dejan una huella en la sociedad.
Agrega el experto que en muchos de los casos los abusadores son personas muy cercanas a los menores.
Los menores abusados, según recalca Mejía, quedan con el trauma que les afecta en la edad adulta.
Según el Seniaf, ellos cuentan con programas para la atención de los menores de edad abusados, pero por lo complejo del problema, se requiere de una atención interinstitucional, lo que complica la atención de los menores.