La mayor ciudad de la frontera sur de México, Tapachula, emplea a migrantes que quedaron varados por las restricciones del presidente de Estados Unidos,...
Semana Santa: una conmemoración religiosa, pero también una 'fiesta' cultural
- 02/04/2021 00:00
- 02/04/2021 00:00

Para mí es un evento cultural y parte de las tradiciones que nos identifican como panameños, para mí no es un evento religioso ni “sagrado”, aunque respeto a quien sí lo sienta así, ya que no soy creyente de la religión católica (ni de ninguna otra), y además es una excelente excusa para reunirse y compartir las tradiciones culinarias que han pasado de generación en generación en nuestra familia.
En este momento no me parece que el catolicismo sea la religión mayoritaria en el país, pareciera que ahora lo es la religión evangélica, en sus distintas denominaciones. En mi opinión no debería “reconocerse” ninguna religión como “mayoritaria”, dado que la religión debe ser un asunto de decisión personal, no obligatorio, y mucho menos usando al gobierno o al Estado para imponerlo.
Como no creyente que soy, me parece sumamente irrespetuoso ese hecho. Incluso, yendo un poco más allá, me parece extremadamente aberrante imponer a través del sistema educativo la falacia de que la religión es la medida de la ética y la moral en el ser humano. La creencia o falta de creencia en algo es totalmente irrelevante para definir si eres o no una buena persona. O sea, para ser una buena persona tienes que ser buena persona, independientemente de si eres creyente.
Desgraciadamente la prioridad para las políticas públicas son las creencias religiosas, relegando a la ciencia a un carácter prácticamente decorativo. Qué mejor ejemplo que cada vez que se debe hacer alguna mesa de diálogo o análisis sobre algún tema de importancia nacional, siempre incluyen a los representantes religiosos, cosa que no ocurre con los científicos.
En mi opinión, la creencia o no debe ser totalmente una decisión muy personal de cada uno. Debe ser respetada, así no se comparta. Al contrario, la imposición por parte del gobierno y el Estado de los temas religiosos, es una aberración total que va en contra de la separación entre la Iglesia y el Estado, así como de los derechos humanos.
La Semana Santa representa para los cristianos una semana de reflexión sobre la vida y la pasión de Jesús de Nazaret. Para otras personas estas fechas son un periodo de descanso laboral o un fin de semana largo. Para mí representa una semana que nos debe servir para reflexionar y discutir sobre el tipo de país que queremos para enrumbar nuestros caminos hacia la búsqueda del bien común y el buen vivir de los pueblos. Solo así podremos entendernos y construir juntos un mundo mejor para todos.
La Constitución reconoce el catolicismo como la religión de la mayoría de los ciudadanos, pero no es la religión oficial del Estado. Hablar de religión mayoritaria en Panamá no funciona, tenemos una multiplicidad de culturas y por ende de diversos grupos religiosos. No creemos que el tema de la religión deba estar establecido en nuestra Constitución; nosotros creemos en un Estado laico y debemos enfocarnos es en promover la tolerancia y el respeto a la diversidad religiosa, no mediante una normativa, sino mediante acciones puntuales iniciando por la educación.
Es una verdadera lástima que las asignaturas de religión sean enfocadas a la divinidad, cuando desde este plano se puede iniciar el pensamiento crítico en nuestros estudiantes al estudiar las distintas teorías en torno a la Creación. Por supuesto que se requieren ajustes curriculares en ese sentido; existe una necesidad apremiante de ofrecer a los alumnos una mejor información sobre las religiones para ayudarlos tanto en la adquisición del saber como en su vida ciudadana.
Si nos referimos a políticas públicas son pocas las que existen, aunado al poco presupuesto asignado para su ejecución. Se ha dado un retroceso en ese sentido en los últimos 15 años; no podemos hablar en Panamá de políticas públicas, podemos hablar de programas, proyectos o planes. Aún a este nivel micro de lo que debería ser la formulación de políticas públicas están presentes los preceptos religiosos sopesados aún más que las evidencias empíricas. Por ejemplo, ¿cuáles fueron los argumentos que pararon las discusiones sobre educación en salud sexual y reproductiva? Y eso que las discusiones estaban al nivel micro de formulación. Eso demuestra que nos falta mucho por avanzar como sociedad y por ende en la formulación de políticas públicas.
Hablar de religiones en un contexto como el nuestro, que es pluricultural y multicultural, en donde se practican distintas creencias produce variadas reacciones. Lo que no podemos negar es que el hecho religioso tiene consecuencias sociopolíticas de gran envergadura. Lo importante es saber reconocer que la religión en sí, sea cual sea esta, siempre busca el bienestar del mundo. También podemos señalar que no es requisito que el ser humano se adscriba a una u otra religión para hacer el bien y cuidar el medio ambiente. Lo esencial es entender que hay una diferencia entre lo religioso como objeto de cultura y lo religioso como objeto de culto.