Tasa de la población económicamente activa disminuye: 'menos' personas están buscando trabajo

Actualizado
  • 03/11/2021 00:00
Creado
  • 03/11/2021 00:00
Los resultados de la encuesta de mercado laboral mostraron una disminución de 3,2 puntos porcentuales en la tasa de participación de la población económicamente activa (PEA). De 63% en 2020 pasó a 59,8% en 2021, lo cual indicaría que hay 64 mil personas 'menos' buscando trabajo. Todo apunta al impacto de los programas de asistencia social del gobierno, como el vale digital, dijo el consultor laboral René Quevedo
El desempleo en Panamá baja al 14,5% tras significativa alza en 2020 por la pandemia.

De acuerdo con la segunda Encuesta de Mercado Laboral Telefónica (EMLT), junio 2021, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la Nación, vía telefónica entre el 7 de junio y el 3 de julio, la tasa de desocupación nacional pasó de 18,5% en 2020 a 14,5% en 2021, es decir, cuatro puntos porcentuales menos, en el último análisis.

La EMLT se refiere a la población de 15 y más años de edad en la República, que según su condición de actividad se clasifica en: población económicamente activa (PEA) y no económicamente

Los resultados de la encuesta de mercado laboral mostraron una disminución de 3,2 puntos porcentuales en la tasa de participación económica, la cual se sitúa en 63% para 2020 y en 59,8% en 2021.

Se trata de un dato que los especialistas consideran de gran importancia, mucho más en estos momentos cuando gran parte de la población está recibiendo la ayuda económica del Estado a través del programa Panamá Solidario.

Para poner en contexto los indicadores de desempleo, el economista y catedrático universitario Ramón Rodríguez explicó a este medio que se mide en función de la población económicamente activa, es decir, aquella que está habilitada legalmente para trabajar –y en Panamá es de los 15 años en adelante– sugerido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y también está establecido en el Código de Trabajo.

Esa población económicamente activa se puede extender hasta los 62 años y más en el mercado formal. Pero “cuando hablamos de que hay un 14,5% de desempleo es con respecto a la población económicamente activa y no la población total”, expresó Rodríguez.

Indicó que en Panamá, por ejemplo, hay una población total de aproximadamente 4 millones 278 mil habitantes. De ese número, la población económicamente activa es 2 millones 3 mil 268, eso representa 46,6%.

Así que, “cuando hablamos de un desempleo de 14,5%, hablamos de un 14,5% de los 2 millones 3 mil 268 panameños habilitados para trabajar. Es una tasa de desempleo alta, porque en una familia promedio de cinco personas normalmente trabajan dos o a veces una y sostiene al resto, que es aquella población que no está en el área económicamente activa”, explicó Rodríguez.

Población económicamente activa

Un dato interesante de la encuesta que ha llamado la atención de los especialistas laborales y economistas fueron los índices de la población económicamente aactiva (PEA), cuyos resultados mostraron una disminución en la tasa de participación económica de 59,8% en 2021 versus el 63% que tenía en 2020.

“El dato más importante (de la encuesta) es la disminución de la PEA en 3,2 puntos porcentuales, lo que indicaría que hay 64 mil personas 'menos' buscando trabajo, que representa 71% de la disminución en el número de desempleados entre 2020 y 2021”, señaló el consultor laboral y catedrático universitario René Quevedo.

Es decir, que “el desempleo disminuyó principalmente porque hay menos gente buscando trabajo, lo cual a su vez apunta al impacto de los programas de asistencia social del gobierno, como el vale digital, que en julio tenía 771,775 beneficiarios”, afirmó Quevedo.

Quevedo sustentó que, según informes de Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral, todavía existen unos 80 mil trabajadores con contratos suspendidos y la generación de nuevos contratos laborales marcha a un poco más de la mitad del ritmo de 2019, año en el que se generaron 52,040 empleos (todos informales) y la PEA era 66,5% de la población mayor de 15 años (vs. 59,8% en 2021).

“Este año la economía crecerá producto de las exportaciones de cobre y la recuperación del comercio internacional, pero este crecimiento no se está traduciendo en generación de empleos, por lo que el panorama laboral permanecerá incierto a corto plazo”, consideró el experto laboral.

En este sentido, dijo que “es imperativo generar confianza en el clima de inversiones, a fin de reactivar la generación de empleos formales en el país”.

Por su parte, el economista y también catedrático universitario Rolando Gordón dijo que un punto muy importante que hay que aclarar es que esta encuesta de 2020 y 2021 “no” puede compararse con la encuesta de 2019 y años anteriores (2015, 2016, 2017 y 2018) porque para su realización se utilizaron dos metodologías distintas.

“Aquella era una encuesta presencial más grande que abarcaba mucho más preguntas y con una muestra mayor; y se hacía personalmente a nivel nacional. Pero la encuesta de 2020 y 2021, por la pandemia, se hizo por teléfono, con una cantidad de personas encuestadas mucho menor, con menos preguntas y con la dificultad de que no se tiene mucha gente para contestar”, argumentó el economista.

Al mismo tiempo, Gordón coincidió con “lo que están diciendo los analistas, en parte, viendo las cifras, porque en verdad hay un aumento grande de población no económicamente activa”.

“Cuando hablamos de un desempleo de 14,5%, hablamos de un 14,5% de los 2 millones 3 mil 268 panameños habilitados para trabajar. Es una tasa de desempleo alta, porque en una familia promedio de cinco personas normalmente trabajan dos o a veces una y sostiene al resto, que es aquella población que no está en el área económicamente activa”

Según explicó Gordón, en 2020 en el país había 1,177,704 personas de la población no económicamente activa y ahora en 2021 tenemos 1,303,278. “Lo importante aquí es que aumentó la población no económicamente activa, en 125,574 personas”, afirmó Gordón.

¿Qué significa esto?, amplió Gordón, pues “que mucha gente salió de lo que llamamos el mercado laboral, o lo que llaman algunos la población económicamente activa, que al momento de encuestarlos ya no están buscando empleo ni están trabajando, sino que declaran que no están buscando empleo en ese momento, ni les interesa”.

Precisó que “es gente que pasó al retiro, y que quizá dejó de trabajar o de buscar empleo por la sencilla razón de que se jubiló, otros que nunca encontraron y otros que están recibiendo ayuda del Estado. Esa es una de las características principales que tiene esta encuesta: aumentó la población no económicamente activa, aumentó a más de 125 mil la cantidad de gente que ya no busca empleo ni está trabajando”.

Enfatizó que a “esa gente la toman como no económicamente activa, porque no están buscando empleo ni está trabajando. Y al aumentar eso, lógicamente que afecta las cifras del desempleo. El desempleo bajó de 18,5% en 2020 a 14,5% en 2021, es cierto que bajó, pero en parte fue porque hay un grupo grande que dejó de buscar trabajo o de trabajar. Pero sí bajó y no lo podemos negar”, sostuvo Gordón.

Ahora, dijo Gordón, “tener 14,5% de desempleo si comparamos las cifras con 2019, aunque no es muy comparable, es el doble, porque ese año teníamos 7,1%, por lo tanto todavía tenemos una gran cantidad de gente desempleada y esa es otra característica que podemos ver”.

Informalidad

Rodríguez expresó que otro factor que también hay que tomar en cuenta es que de esa población económicamente activa, cerca del 50% (49,9%) sigue en la informalidad, es decir que no está en trabajo formal, no cotiza seguro social, y son los llamados autónomos, profesionales y otros menos especializados.

Para Gordón “es cierto que bajó la población informal, pero todavía es muy alta, porque tener el 49,9%, es decir, casi el 50% de la gente que trabaja en Panamá lo hace en condiciones precarias, la informalidad significa precariedad”.

¿Por qué? Explicó que esto se debe a que son personas que “no” pagan seguro social, y al no pagar seguro social no pueden aspirar a una jubilación. Además, tienen el inconveniente de que “no” pueden ni siquiera pedir prestado porque ningún banco le va a dar crédito a alguien que no tiene un trabajo fijo, y si caen enfermos tienen que ver cómo consiguen una cama en el hospital.

“La informalidad es un trabajo precario porque el individuo está expuesto a trabajar ocho o diez horas para ganar equis cantidad de dinero, para pasar donde el chinito a comprar lo que necesita, no tiene un trabajo fijo; y eso es un inconveniente, no tiene derecho a una jubilación futura, a conseguir medicinas en el Seguro Social, si las hay, tienen que ver cómo se las arreglan. Así que aunque digan que bajó, todavía es demasiado, demasiado alto para un país que muchos consideran bastante más desarrollado que otros países de Centroamérica”, comentó Gordón.

Por su lado, Rodríguez añadió que el tema de la informalidad es algo “sumamente preocupante” que debe llamar la atención, no solamente el desempleo porque de esas personas que están en la fuerza laboral informal, el 70% está en el rango de 20 a 29 años.

Para Rodríguez, era de esperar que con el levantamiento de las restricciones de las cuarentenas por la pandemia, la economía se podría dinamizar, y de hecho lo está haciendo, pero no ha habido muchos cambios de la formalidad, y lo que se ha mantenido en gran parte es el mercado informal.

“Esto es para que reflexionemos cuando hablamos de que hay un 14,5% de desempleo. Estamos hablando de que es un 14,5% de la población económicamente activa. Es un porcentaje elevado y tiene que compararse en el contexto general, cuántos de los que están recibiendo el bono no están buscando trabajo; cuantos de los que están trabajando no están en el mercado formal y cuántos están en el trabajo informal; cuál es la población que está mayormente afectada con el desempleo y con el mercado informal. Esas son cosas que tienen que llamarnos la atención”, manifestó Rodríguez.

En esa misma línea, señaló que las estadísticas son un indicador de análisis macro y microeconómicas que permiten tomar decisiones precisas, y consideró que por ahora el gobierno parece que ha tomado el rol de inversionista, ya que el sector privado había dejado de mantenerse activo en las inversiones y en los gastos por razones de la pandemia.

Sin embargo, opinó que ya es tiempo de que el gobierno reflexione sobre lo que significan gastos de funcionamiento y lo que son las inversiones.

Rodríguez destacó que los gastos de inversiones traen consigo un efecto multiplicador mucho mayor que los gastos de funcionamiento, por lo que es importante ponerlo en contexto.

“De cada dólar que circula en el país, 70% es deuda o 70 centavos son deuda. Entonces, tenemos que saber que nuestro país no puede copar su capacidad de endeudamiento porque hay inversiones que son importantes y que van a tener un impacto en el empleo, y si nuestro país baja su calificación y no tiene suficiente capacidad de endeudamiento, las inversiones van a sufrir o va afectar la dinámica de crecimiento”, dijo.

En ese sentido, hay que estimular la inversión privada y la inversión del Estado, pero inversiones en bienes de capital, en infraestructura y minimizar los gastos de funcionamiento, y menos utilizar la deuda pública para financiar el déficit fiscal para cubrir gastos de funcionamiento”, apuntó Rodríguez.

Los resultados de la encuesta de mercado laboral mostraron una disminución de 3,2 puntos porcentuales en la tasa de participación económica, la cual se sitúa en 63% para 2020 y en 59,8% en 2021.

Se trata de un dato que los especialistas consideran de gran importancia, mucho más en estos momentos cuando gran parte de la población está recibiendo la ayuda económica del Estado a través del programa Panamá Solidario.

Para poner en contexto los indicadores de desempleo, el economista y catedrático universitario Ramón Rodríguez explicó a este medio que se mide en función de la población económicamente activa, es decir, aquella que está habilitada legalmente para trabajar –y en Panamá es de los 15 años en adelante– sugerido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y también está establecido en el Código de Trabajo.

Esa población económicamente activa se puede extender hasta los 62 años y más en el mercado formal. Pero “cuando hablamos de que hay un 14,5% de desempleo es con respecto a la población económicamente activa y no la población total”, expresó Rodríguez.

Indicó que en Panamá, por ejemplo, hay una población total de aproximadamente 4 millones 278 mil habitantes. De ese número, la población económicamente activa es 2 millones 3 mil 268, eso representa 46,6%.

Así que, “cuando hablamos de un desempleo de 14,5%, hablamos de un 14,5% de los 2 millones 3 mil 268 panameños habilitados para trabajar. Es una tasa de desempleo alta, porque en una familia promedio de cinco personas normalmente trabajan dos o a veces una y sostiene al resto, que es aquella población que no está en el área económicamente activa”, explicó Rodríguez.

Población económicamente activa

Un dato interesante de la encuesta que ha llamado la atención de los especialistas laborales y economistas fueron los índices de la población económicamente aactiva (PEA), cuyos resultados mostraron una disminución en la tasa de participación económica de 59,8% en 2021 versus el 63% que tenía en 2020.

“El dato más importante (de la encuesta) es la disminución de la PEA en 3,2 puntos porcentuales, lo que indicaría que hay 64 mil personas 'menos' buscando trabajo, que representa 71% de la disminución en el número de desempleados entre 2020 y 2021”, señaló el consultor laboral y catedrático universitario René Quevedo.

Es decir, que “el desempleo disminuyó principalmente porque hay menos gente buscando trabajo, lo cual a su vez apunta al impacto de los programas de asistencia social del gobierno, como el vale digital, que en julio tenía 771,775 beneficiarios”, afirmó Quevedo.

Quevedo sustentó que, según informes de Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral, todavía existen unos 80 mil trabajadores con contratos suspendidos y la generación de nuevos contratos laborales marcha a un poco más de la mitad del ritmo de 2019, año en el que se generaron 52,040 empleos (todos informales) y la PEA era 66,5% de la población mayor de 15 años (vs. 59,8% en 2021).

“Este año la economía crecerá producto de las exportaciones de cobre y la recuperación del comercio internacional, pero este crecimiento no se está traduciendo en generación de empleos, por lo que el panorama laboral permanecerá incierto a corto plazo”, consideró el experto laboral.

En este sentido, dijo que “es imperativo generar confianza en el clima de inversiones, a fin de reactivar la generación de empleos formales en el país”.

Por su parte, el economista y también catedrático universitario Rolando Gordón dijo que un punto muy importante que hay que aclarar es que esta encuesta de 2020 y 2021 “no” puede compararse con la encuesta de 2019 y años anteriores (2015, 2016, 2017 y 2018) porque para su realización se utilizaron dos metodologías distintas.

“Aquella era una encuesta presencial más grande que abarcaba mucho más preguntas y con una muestra mayor; y se hacía personalmente a nivel nacional. Pero la encuesta de 2020 y 2021, por la pandemia, se hizo por teléfono, con una cantidad de personas encuestadas mucho menor, con menos preguntas y con la dificultad de que no se tiene mucha gente para contestar”, argumentó el economista.

Al mismo tiempo, Gordón coincidió con “lo que están diciendo los analistas, en parte, viendo las cifras, porque en verdad hay un aumento grande de población no económicamente activa”.

Según explicó Gordón, en 2020 en el país había 1,177,704 personas de la población no económicamente activa y ahora en 2021 tenemos 1,303,278. “Lo importante aquí es que aumentó la población no económicamente activa, en 125,574 personas”, afirmó Gordón.

¿Qué significa esto?, amplió Gordón, pues “que mucha gente salió de lo que llamamos el mercado laboral, o lo que llaman algunos la población económicamente activa, que al momento de encuestarlos ya no están buscando empleo ni están trabajando, sino que declaran que no están buscando empleo en ese momento, ni les interesa”.

Precisó que “es gente que pasó al retiro, y que quizá dejó de trabajar o de buscar empleo por la sencilla razón de que se jubiló, otros que nunca encontraron y otros que están recibiendo ayuda del Estado. Esa es una de las características principales que tiene esta encuesta: aumentó la población no económicamente activa, aumentó a más de 125 mil la cantidad de gente que ya no busca empleo ni está trabajando”.

Enfatizó que a “esa gente la toman como no económicamente activa, porque no están buscando empleo ni está trabajando. Y al aumentar eso, lógicamente que afecta las cifras del desempleo. El desempleo bajó de 18,5% en 2020 a 14,5% en 2021, es cierto que bajó, pero en parte fue porque hay un grupo grande que dejó de buscar trabajo o de trabajar. Pero sí bajó y no lo podemos negar”, sostuvo Gordón.

Ahora, dijo Gordón, “tener 14,5% de desempleo si comparamos las cifras con 2019, aunque no es muy comparable, es el doble, porque ese año teníamos 7,1%, por lo tanto todavía tenemos una gran cantidad de gente desempleada y esa es otra característica que podemos ver”.

Informalidad

Rodríguez expresó que otro factor que también hay que tomar en cuenta es que de esa población económicamente activa, cerca del 50% (49,9%) sigue en la informalidad, es decir que no está en trabajo formal, no cotiza seguro social, y son los llamados autónomos, profesionales y otros menos especializados.

Para Gordón “es cierto que bajó la población informal, pero todavía es muy alta, porque tener el 49,9%, es decir, casi el 50% de la gente que trabaja en Panamá lo hace en condiciones precarias, la informalidad significa precariedad”.

¿Por qué? Explicó que esto se debe a que son personas que “no” pagan seguro social, y al no pagar seguro social no pueden aspirar a una jubilación. Además, tienen el inconveniente de que “no” pueden ni siquiera pedir prestado porque ningún banco le va a dar crédito a alguien que no tiene un trabajo fijo, y si caen enfermos tienen que ver cómo consiguen una cama en el hospital.

“La informalidad es un trabajo precario porque el individuo está expuesto a trabajar ocho o diez horas para ganar equis cantidad de dinero, para pasar donde el chinito a comprar lo que necesita, no tiene un trabajo fijo; y eso es un inconveniente, no tiene derecho a una jubilación futura, a conseguir medicinas en el Seguro Social, si las hay, tienen que ver cómo se las arreglan. Así que aunque digan que bajó, todavía es demasiado, demasiado alto para un país que muchos consideran bastante más desarrollado que otros países de Centroamérica”, comentó Gordón.

Por su lado, Rodríguez añadió que el tema de la informalidad es algo “sumamente preocupante” que debe llamar la atención, no solamente el desempleo porque de esas personas que están en la fuerza laboral informal, el 70% está en el rango de 20 a 29 años.

Para Rodríguez, era de esperar que con el levantamiento de las restricciones de las cuarentenas por la pandemia, la economía se podría dinamizar, y de hecho lo está haciendo, pero no ha habido muchos cambios de la formalidad, y lo que se ha mantenido en gran parte es el mercado informal.

“Esto es para que reflexionemos cuando hablamos de que hay un 14,5% de desempleo. Estamos hablando de que es un 14,5% de la población económicamente activa. Es un porcentaje elevado y tiene que compararse en el contexto general, cuántos de los que están recibiendo el bono no están buscando trabajo; cuantos de los que están trabajando no están en el mercado formal y cuántos están en el trabajo informal; cuál es la población que está mayormente afectada con el desempleo y con el mercado informal. Esas son cosas que tienen que llamarnos la atención”, manifestó Rodríguez.

En esa misma línea, señaló que las estadísticas son un indicador de análisis macro y microeconómicas que permiten tomar decisiones precisas, y consideró que por ahora el gobierno parece que ha tomado el rol de inversionista, ya que el sector privado había dejado de mantenerse activo en las inversiones y en los gastos por razones de la pandemia.

Sin embargo, opinó que ya es tiempo de que el gobierno reflexione sobre lo que significan gastos de funcionamiento y lo que son las inversiones.

Rodríguez destacó que los gastos de inversiones traen consigo un efecto multiplicador mucho mayor que los gastos de funcionamiento, por lo que es importante ponerlo en contexto.

“De cada dólar que circula en el país, 70% es deuda o 70 centavos son deuda. Entonces, tenemos que saber que nuestro país no puede copar su capacidad de endeudamiento porque hay inversiones que son importantes y que van a tener un impacto en el empleo, y si nuestro país baja su calificación y no tiene suficiente capacidad de endeudamiento, las inversiones van a sufrir o va afectar la dinámica de crecimiento”, dijo.

En ese sentido, hay que estimular la inversión privada y la inversión del Estado, pero inversiones en bienes de capital, en infraestructura y minimizar los gastos de funcionamiento, y menos utilizar la deuda pública para financiar el déficit fiscal para cubrir gastos de funcionamiento”, apuntó Rodríguez.

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