Ante la compleja situación social y política que atraviesa nuestro país la Conferencia Episcopal Panameña, el Comité Ecuménico y el Comité Interreligioso,...
- 06/06/2015 02:01
Ayer en la Dirección Nacional del Ministerio de Trabajo se celebró audiencia en el proceso de demanda interpuesto por los trabajadores de Petaquilla Gold afiliados al Sindicato Industrial de Trabajadores Mineros y Afines de Panamá (SITMAP), quienes solicitaron al Ministerio de la cartera regularizar su situación laboral lo antes posible.
Más de $12 millones han dejado de percibir los obreros desde que la empresa cesó labores, tras declarar ilíquida la mina de Molejón, ubicada en el Distrito de Donoso, Provincia de Colón.
Durante la audiencia ambas partes presentaron sus alegatos y cada una formuló objeciones respectivas del caso.
El Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) admitió a la representante de Petaquilla Gold, Marilyn Melgar, determinar si las personas que fueron aducidas en la demanda laboran desde el momento que fue interpuesta la querella. También solicitó que se incorpore la suspensión de los contratos de trabajo interpuesta por el demandante.
Los trabajadores solicitaron una inspección a la mina para determinar la fecha en que la empresa suspendió el pago de sus quincenas y que certifiquen si existen demandas penales en contra de la minera, entre otras cosas.
En diciembre de 2014, después de haber exportado más de 300 mil onzas de oro, Petaquilla Gold, subsidiaria de la canadiense Petaquilla Minerals Ltd, paralizó labores.
El desgreño administrativo, inversiones erradas y la injerencia política, influyeron en el cierre de la mina y dejó una deuda de más de $70 millones a los empleados y acreedores.
Los trabajadores secuestraron los bienes de la empresa desde diciembre de 2014. El Mitradel cuenta con 10 días hábiles para emitir el fallo y si favorece a los empleados, éstos podrían rematar los bienes y recuperar sus prestaciones.
Según datos del sindicato, el salario mínimo de un trabajador al mes oscilaba en $900, sin contar las horas extras. .
Muchos de sus habitantes eran agricultores de subsistencia. Sin embargo, la empresa les compró sus parcelas con la idea de emplearlos en la mina. Ahora carecen de ambas actividades y la economía ha decaído notablemente.