Las Garzas: llanto a una sola voz

PANAMÁ. Las Garzas de Pacora lloró unida por el mismo dolor.

Hasta del cielo cayeron lágrimas durante la tarde lluviosa de ayer cuando fueron sepultados los cuerpos de Euclides Vergara, sus dos hijos Yariela y Rolando y sus vecinos, Daniel Mosquera y Francisco Rodríguez.

Desde la entrada del pueblo el luto tomaba presencia. A eso de las 10:40 a.m. habían varias personas esperando transporte para llegar al centro de Las Garzas en donde vivían la mayoría de las víctimas del accidente que causó la muerte a 24 personas cuando un camión volquete chocó de frente el jueves a las 11:00. p.m. con el bus que conducía Euclides o “El Ñato” como lo llamaban.

A la casa de Euclides que se quedó a medio terminar, la rodeaban decenas de personas entre vecinos y familiares.

“Eran buenas personas”, dijo Abdiel González, un vecino quien recuerda a Euclides como un conductor responsable y amante del sóftbol.

En las casas de Francisco Rodríguez y Daniel Mosquera la historia era la misma: desolación y dolor profundo.

A eso de la 1:00 p.m., las tres familias se encontraron en la Iglesia Católica Virgen de Guadalupe. Un recinto de buen espacio, pero falto de infraestrucura y con vías de acceso casi intransitables.

El lugar quedó pequeño para los asistentes y la lluvia persistió hasta culminada la misa, una hora y media más tarde.

Los cuerpos de Euclides y sus dos hijos fueron llevados al cementerio de Chepo a cuarenta minutos del lugar donde tenía tres años de vivir. A Francisco, el muchacho de 17 años que nunca pudo regresar del colegio, se le sepultó en el cementerio de Utivé al igual que al señor Mosquera.