Saltos al panameñismo: la otra cara del transfuguismo

PANAMÁ. Tras casi 10 años de estar militando en el partido oficialista Cambio Democrático (CD), el alcalde de Aguadulce, Omar ‘Tito’ Cornejo, se cansó de que no lo ‘escucharan y de ser ignorado por la dirigencia del partido’.

A pesar de que, según él, ya había demostrado en CD fidelidad comprobada, esperaba lo mismo de sus copartidarios. Pues si durante la administración de Martín Torrijos, estando en oposición y bajo el cargo de representante de Pocrí, había logrado impulsar proyectos de infraestructura, nunca pensó en cambiarse de tolda, ya que abrigaba la esperanza de que cuando ‘CD ganara en el 2009, podría darle a Aguadulce mejores días al frente de la Alcaldía Municipal’.

Pero lo que nunca se imaginó fue que en esas vueltas que da la ruleta política, solo una parte de sus deseos se cumplirían. Si bien logró convertirse en alcalde de Aguadulce, y CD se alzó al mando del gobierno, dice que con el paso del tiempo ha comprobado que quien inventó el dicho ‘ en política no hay sorpresas, sino sorprendidos’, no se equivocaba, ya que jamás hubiera imaginado que ‘con CD al poder’, su fidelidad ‘fuera pagada con el precio de la indiferencia’.

Ya han pasado tres años del Gobierno del Cambio, y a pesar de que se había mantenido firme como líder político de CD en Aguadulce, dice que ya no aguanta tanto menosprecio, y desde hace un par de meses, una idea comenzó ha rondarle en su cabeza: ‘ya es hora de dar el salto’.

‘Siempre he pensado que yo no estoy donde no me quieren’, dijo ayer a La Estrella, dentro de las instalaciones de la sede del Tribunal Electoral, cuando junto a una multitud de miembros de la alta dirigencia del Panameñismo decidió inscribirse en el colectivo que hace tan solo nueve meses formaba parte de la Alianza por el Cambio.

En tono alegre, sereno y sin muestra de arrepentimiento, asegura que ‘se va por convicción, por fin se cristalizó la idea que desde hace dos meses venía gestando’.

TRANSFUGUISMO EN REVERSA

La historia del ‘Ferrufino agudulceño’ (así apodan al alcalde Cornejo en Aguadulce), se ha repetido en los últimos meses, no de manera constante pero sí de forma paulatina.

Concejales y alcaldes, entre otros militantes de CD, han optado por brincar al Panameñismo.

Hace un mes, el representante del corregimiento de Changuinola, Ricardo Ábrego, también abandonó las filas del CD para inscribirse en el panameñismo.

Lo hizo junto a unos 300 miembros de base de CD, sustentando que su decisión se produjo debido a que el diputado del circuito y hasta el propio presidente Ricardo Martinelli ‘lo tenían negreado’.

Aunque a lo interno del panameñismo, la dirigencia prefiere no dar cifras exactas sobre la cantidad de miembros de CD que han optado por brincar a su partido, el presidente de este colectivo, Juan Carlos Varela, asegura que estos saltos son ‘una muestra de coraje político’.

La lectura que le da Varela es una sola: más que por un interés particular, aquellos que en realidad ven en la política una verdadera vocación de servicio, están comenzando a despertar del letargo en que se encontraban en CD.

Varela se mostró optimista de que el transfuguismo hacia su partido seguirá siendo la constante. Es más, ya en los corrillos de la sede panameñista aseguran que se cumplirá un gran vaticinio: una escalonada ola de saltos de representantes y miembros de CD se acrecentará a medida que se acerca el 2014.

EL PRELUDIO DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Parece que esta ‘nueva ola de saltos hacia el panameñismo’ es una tendencia que a lo interno de CD ya está inquietando.

El ministro de Turismo, Salo Shamah, está convencido de que CD tiene que redireccionarse. Dice que, por ahora, ‘la continuidad está difícil’.

Asegura que el partido va rumbo hacia un cambio de timón: redireccionar su estrategia política , porque en las encuestas, el gobierno refleja muy baja calificación.

Por lo visto, mientras CD intenta navegar contra la corriente, el Panameñismo ha abierto el compás a una política de brazos abiertos, para recibir a cualquier militante de oposición dentro de sus filas. ¿Se cumplirá las proyecciones de los panameñistas antes del 2014?