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- 19/06/2025 00:00
Después de 16 meses al frente de la misión diplomática del Reino Unido en Panamá, el embajador James Dauris se prepara para cerrar un ciclo. Con una mezcla de gratitud y admiración, el diplomático británico dejará oficialmente el país el próximo 26 de junio, tras haber sido testigo cercano de la transición política, el fortalecimiento de relaciones bilaterales y los desafíos globales compartidos.
“Llegué a Panamá en febrero del año pasado y con mi esposa hemos tenido un año y medio interesante y divertido”, comenta Dauris. Su experiencia en el país comenzó justo antes del inicio de la campaña electoral panameña, lo que, según él, le permitió tener una introducción dinámica a la vida política y social del país. “Fue enriquecedor ver toda la campaña, la actuación de los políticos, los partidos, y vivir ese periodo entre las elecciones y el comienzo del nuevo gobierno”, afirma. Desde entonces, ha trabajado de cerca con la administración del presidente José Raúl Mulino y con diversos actores de la sociedad civil.
Durante su gestión, Dauris enfocó los esfuerzos de la embajada en tres pilares principales: comercio e inversión, seguridad y cambio climático. “Como embajada tenemos algunas prioridades en materia de crecimiento comercial e inversión. Trabajamos junto con el Gobierno panameño para que nuestras empresas apunten a hacer negocios exitosos acá y en Gran Bretaña”, explica.
En cuanto a seguridad, subraya que el Reino Unido mantiene una colaboración constante con las autoridades panameñas en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico.
El tercer eje de cooperación ha sido el ambiental, con un enfoque particular en la protección de la biodiversidad panameña. “Panamá cuenta con una gran riqueza natural extraordinaria y hay que seguir trabajando en explotar su mayor potencial, pero también cuidar de ella”.
En esa línea, destaca la reciente iniciativa lanzada junto al viceministro de Ambiente, Óscar Vallarino Bernat, en el Biomuseo: un programa financiado por el Reino Unido con 500.000 dólares para combatir el uso de plásticos en Panamá. “Los plásticos están haciendo un daño tremendo al mundo y con este plan tenemos la intención de disminuir a cero su uso”, asegura.
Más allá de las agendas bilaterales, Dauris subraya los valores compartidos entre ambos países, especialmente en lo que respecta a la democracia y la libertad de prensa. “Trabajamos muy de cerca con el Gobierno y la sociedad civil en materia de valores. Exhortamos mucho la libertad de expresión y de prensa. Panamá y el Reino Unido son regiones democráticas. Con el escenario internacional actual, vemos las amenazas y mantenemos una misma línea de pensamiento”, afirma.
Ese compromiso se fortalece aún más en un contexto internacional convulso. “En este momento, Panamá es miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y eso nos brinda una razón adicional para trabajar muy de cerca en temas internacionales sumamente importantes como la invasión rusa de Ucrania, el sufrimiento en Gaza, el actual conflicto entre Israel e Irán y la situación en Sudán, donde 12 millones de personas han huido de sus hogares en los últimos dos años”, enumera.
La relación entre el Reino Unido y Panamá, afirma el embajador, va mucho más allá de lo coyuntural. “Panamá es un amigo importante para nosotros. La historia entre nuestros dos países tiene raíces que marcan siglos y que se define incluso antes de la separación entre Panamá y Colombia en 1903”, recuerda. Hoy, esa alianza se traduce en múltiples áreas de cooperación: desde la seguridad marítima hasta la educación superior.
Uno de los programas de los que más se siente orgulloso es Chevening, que permite a jóvenes panameños estudiar maestrías en universidades británicas con financiamiento completo del Gobierno del Reino Unido. “El hecho de que cada año podemos enviar, por costo nuestro, a un grupo de jóvenes líderes y futuros del país a estudiar en alguna universidad británica, es un privilegio”, asegura.
En el ámbito económico, Dauris hace hincapié en que la inversión británica en Panamá supera los mil millones de dólares, distribuidos en sectores como la educación, seguridad marítima, comercio y salud. Entre las empresas presentes en el país, se encuentran varias farmacéuticas británicas con operaciones locales. “La inversión británica en Panamá es de alrededor de 1 billón de dólares en diferentes áreas como seguridad marítima, educación, comercios y más”, precisa.
Uno de los proyectos de mayor proyección futura es la participación de empresas británicas en el proyecto del tren Panamá-Chiriquí. Al respecto, el embajador reitera el compromiso de su país de apoyar esta y otras obras de infraestructura. “Tenemos una línea de apoyo crediticio de 5 billones de libras, es decir 6,5 mil millones de dólares destinados a ayudar al Gobierno panameño con el financiamiento de proyectos de infraestructura, siendo esta una de nuestras prioridades”.
Más allá de los logros diplomáticos, Dauris se lleva de Panamá una conexión íntima con su naturaleza. Aficionado a la observación de aves, confiesa que una de sus mayores satisfacciones ha sido recorrer los bosques del país y maravillarse con su biodiversidad. “Los panameños son dueños de una riqueza que pocos países poseen y deben cuidarla y apreciarla”, reflexiona. Esa conexión también se manifiesta en su impulso a proyectos ambientales como el programa para la reducción del plástico, que espera dejar como un legado tangible de su misión.