La educación contra la discriminación

Actualizado
  • 02/03/2017 01:00
Creado
  • 02/03/2017 01:00
La educación en la diversidad es la única fórmula para crear un mundo más justo, donde cada persona goce de una vida plena

Por muchos años hemos escuchado la frase ‘Todos somo iguales' casi como un eslogan de organismos internacionales, asociaciones cívicas, gobiernos y en las propias escuelas y universidades. Dicho mensaje se ha convertido en la excusa de muchos para justificar que todos los servicios públicos y privados deben ser iguales para todos, aun a pesar de que cada uno de nosotros es diferente y nuestras necesidades no necesariamente coinciden con las de los demás.

La lucha constante de los diferentes grupos vulnerables o las mal llamadas minorías ha permitido ampliar las respuestas y oportunidades que cada sector debe brindar. El reconocimiento de las diferencias individuales es lo que realmente ha traído como consecuencia un nuevo concepto de sociedad. Una sociedad que se enriquece por la diversidad de sus miembros y reconoce que ‘todos somos diferentes'.

El sector educativo como todos, se ha visto obligado a reconocer que a la escuela acuden personas que aunque tienen el mismo derecho a educarse, también tienen derecho a que esta educación respete sus necesidades y diferencias individuales; es decir, que no cabe otra respuesta que una educación en la diversidad.

Definir el concepto de diversidad hace necesario aclarar que es más que un concepto, es una forma de vida, una forma de convivencia entre los todos seres humanos.

Según el diccionario de la Real Académica de la Lengua Española, diversidad significa variedad, desemejanza, diferencia, abundancia, gran cantidad de varias cosas distintas.

Hablar de diversidad como proceso nos lleva a reflexionar sobre aquellas personas que componen los grupos vulnerables, los cuales por miles de años han sido excluidos y considerados ‘diferentes'. Hablar de diversidad como proceso es reconocer la lucha de estos grupos, ya no tan minoritarios, por el reconocimiento de sus derechos como seres humanos, llámense estos los grupos originarios, los campesinos, las mujeres, las personas con discapacidad, los grupos migratorios, los adultos mayores, entre otros.

A nivel educativo, la diversidad como proceso ha causado una gran controversia, debido a que muchos centros a pesar de la evolución en el tiempo y de encontrarnos en el siglo XXI, se guían por paradigmas tradicionales, donde la escuela o centro educativo ‘imparte' o ‘brinda' conocimientos según esquemas predeterminados de estudiantes.

El impacto del reconocimiento de la diversidad entre los grupos sociales ha alcanzado a la educación, recordando que es en la escuela donde conviven gran cantidad de años los seres humanos, y es en ella junto al hogar donde se trasmite o se deben trasmitir los valores universales, entre los cuales se encuentra la solidaridad.

Para Tirado, V. (1996) ‘la atención a la diversidad en el centro escolar debe entenderse como el conjunto de propuestas curriculares y organizativas que persiguen adecuar las respuestas educativas a la pluralidad de necesidades de todos y cada uno de los alumnos y alumnas para que alcancen los objetivos y contenidos de la etapa'.

La atención a la diversidad por parte de los sistemas educativos es importante ya que es una de las variables que permite medir la calidad del sistema educativo, es una alternativa para disminuir la repitencia, la deserción y, por ende, el desempleo en el futuro. Esta propicia el respeto a las diferencias individuales y fortalece la solidaridad entre los que conviven en ella.

La educación en la diversidad es la única fórmula para crear un mundo más justo, donde cada persona goce de una vida plena; por consiguiente, todos debemos pasar de las palabras, encuentros, declaraciones y leyes a emprender acciones reales que permitan lograr los cambios radicales en nuestras escuelas y universidades, para eliminar el flagelo de la discriminación y exclusión que aún existe.

DOCENTE UNIVERSITARIA

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