Augue de los cantantes de alabanza cristiana

PANAMÁ. Cuando el pastor Jesús Adrián Romero y Marcela Gándara cantaron en el Figali Convention Center, a principios de mayo, la gente n...

PANAMÁ. Cuando el pastor Jesús Adrián Romero y Marcela Gándara cantaron en el Figali Convention Center, a principios de mayo, la gente no sólo coreó las letras evangelizadoras de sus canciones: oró y lloró. Cantar es como rezar dos veces, dicen. Y si la música es el lenguaje de los dioses, los hombres y mujeres de fe la reciben como un flechazo al corazón.

Repiten los estribillos como un mantra sagrado, alzan las manos al cielo, cierran los ojos como si estuvieran en trance. Corean, y coreando alaban, piden, interceden. La imagen se repite cada vez con más frecuencia en Panamá, donde la música religiosa comercial es moda y se ha transformado en una industria. En lo que va del año hubo la misma cantidad de shows que en 2011.

Mañana la Arena Roberto Durán promete más: el cantante de ‘Sueño de morir’, el colombiano Alex Campos, entonará las letras que son rezos. Entre los fieles que no dudan, algunos introducen la pregunta: ¿negocio prominente o reflejo de época?

NECESIDAD DE FE

En los últimos años, en latinoamérica han surgido varios artistas que profesan en sus canciones el amor de Dios, mensajes de paz escritos y las normas según las cuales los seres humanos deben vivir en la tierra. El antecedente musical de este fenómeno reside en el Gospel, la música evangélica que surgió en las iglesias afroamericanas en el siglo XVIII.

Para Yayko Calderón, productor y director ejecutivo de la casa Bless Music, todo esto es un reflejo de la necesidad espiritual.

Betzaida Santana -quien junto a Gerónimo Santana conforma el dueto de música cristiana llamado Pease II the Puzzle- opina que ‘las iglesias han puesto a la gente en unos cajones, donde los limitan a estar en contacto con el creador y nosotros hemos venido a romper esas barreras y a demostrar que el único capaz de llenar esa necesidad es Jesús’.

INDUSTRIA LUCRATIVA

No todas las personas ven a los cantantes cristianos como instrumentos transmisores de mensajes positivos, los califican de paganos que lucran a costa de la fe, hasta el punto de hacerse millonarios. Los que están en la industria desestiman las críticas: ‘La producción de un disco requiere de mínimo cuatro cifras. Y en estos tiempos los artistas no ganan con los discos, ganan con las presentaciones y las facilidades que tengan de hacerle promoción en el extranjero, algo que no pasa mucho con los artistas panameños’, cuenta Adriana Mejía, de la productora Wa Promotions.

Los instrumentos, los músicos, los arreglos y hasta la letra tienen un costo. Agrega que eso sólo se logra con una ‘tremenda’ promoción. Como la que por dos años y medio llevaron a Pease II the Puzzle por casi todos las regiones de Estados Unidos, a Panamá y luego a República Dominicana y Puerto Rico.

LOS CONCIERTOS

La diferencia entre los costos de las entradas de un espectáculo de cualquier género y los de uno de música cristiana no es mucha, aclara Yahaira del Rosario, promotora de artistas nacionales y extranjeros: ‘Eso lo determina de qué artista estamos hablando y los detalles que conlleve la producción’.

Con sus peticiones sucede lo mismo. Según del Rosario, tienen pretenciones. ‘Lugar de hospedaje, comidas especiales y medios de transporte. Para ponerte un ejemplo: Jesús Adrián Romero, quien estuvo en estos días por aquí, se quedó en una suite presidencial de un hotel de la localidad’.

Claro que no todos son iguales, pues hay quienes solicitan a las promotoras las cosas básicas para su presentación. ‘En ocasiones los artistas no piden casi nada, pero las promotoras les dan algo más para que estén más cómodos. Muy pocos utilizan vuelos privados pero todos viajan siempre en primera clase’, dice.

Adriana Mejía acota que ‘los artistas también ganan con los patrocinios de marcas reconocidas, con las regalías y los eventos especiales a los que sean invitados’.

Con poco o mucho lujo, no hay certeza de cuán sirvientes de Dios son aquellos que a través de sus canciones evangelizan a la masa.

‘Sólo Dios conoce las intenciones del corazón de esas personas. Sólo puedo decir que el objetivo principal del artista que le canta a Dios debe ser llevar su mensaje’, acepta Calderón.

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