Un buen estudiante, tranquilo y algo introvertido, que fue monaguillo y empleado en un supermercado antes de alcanzar la fama. Esos son algunos retazos...
- 16/10/2015 02:00
El director estadounidense Steven Spielberg cuenta en su último filme la verdadera historia de un abogado estadounidense, encarnado por Tom Hanks, que consigue negociar el rescate de dos prisioneros del bloque del este europeo a fines de los años 1950.
Amante de los destinos excepcionales, el autor entrega esta vez una historia sobre la guerra fría: ‘Bridge of Spies', traducida como Puente de espías. En medio de las crecientes tensiones entre Estados Unidos y Rusia sobre el enfoque de la guerra en Siria, la película se estrena hoy viernes en Estados Unidos y a lo largo de octubre en España y Latinoamérica.
En 1957, el abogado James Donovan (Hanks) fue elegido por su bufete como chivo expiatorio para defender lo indefendible en Occidente en aquella época: un espía soviético detenido en territorio estadounidense, Rudolf Abel. Para el gobierno y los socios de Donovan en el bufete se trata sólo de demostrar que el enemigo tiene derecho a una defensa digna de ese nombre, y nada más. Pero, contrario a esta percepción y a la de la opinión pública, el abogado llegará hasta la Corte Suprema, aunque sin éxito.
Rudolf Abel conseguirá evadir la pena de muerte, aunque con una condena de 30 años de prisión. Cinco años después, los servicios secretos estadounidenses solicitan los servicios de Donovan para negociar con los soviéticos el intercambio de Rudolf Abel con un piloto estadounidense, Francis Gary Powers.
La película, de factura muy clásica, tiene una atmósfera intimista y sin verdaderas escenas de acción. El guión, en el que participaron los hermanos Joel y Ethan Coen, está más bien centrado en las relaciones humanas y la comunicación entre diferentes culturas. Gran parte del filme gira en torno a Tom Hanks, quien interpreta a un personaje que se aferra a sus convicciones para navegar en un universo donde a menudo se encuentra solo contra el mundo: los soviéticos, los alemanes del este, la CIA, los colegas, la opinión pública e incluso su esposa e hijos.