'Transformers: El despertar de las bestias', una victoria en la franquicia

  • 08/06/2023 00:00
La nueva entrega de la saga, dirigida esta vez por Steven Caple Jr., refleja una temática más madura, aunque las explosiones y las amenazas intergalácticas siguen bajo el reflector principal
Anthony Ramos y Dominique Fishback hacen su debut en el universo Transformers.

Cada vez que escuchamos el nombre de 'Transformers' somos transportados a una época a inicios de los años 2000 en la que Michael Bay dominaba la taquilla con sus cintas llenas de explosiones, autobots y guerras violentas cargadas de CGI y efectos visuales. Sin embargo, esta vez el director Steven Caple Jr. busca aportar una capa más madura a la franquicia, llevando a los amados personajes como Optimus Prime a la pantalla junto a nuevos personajes y una amenaza intergaláctica más severa que las anteriores.

En Transformers: El despertar de las bestias vemos un salto en la continuidad cronológica de los eventos en este universo cinematográfico, dado que se establece en Nueva York de 1994, un poco después de los eventos de Bumblebee (2018, Travis Knight) y antes de los eventos de la primera cinta de la franquicia, Transformers (2007, Michael Bay), creando un escenario interesante e independiente de ambos filmes.

Los 'autobots' llegan con su nuevo estreno hoy a los cines panameños.

Si bien la profundidad de la trama no es lo principal en la franquicia de Transformers, El despertar de las bestias, rompe un poco con este molde y presenta una historia detallada sobre los autobots, su hogar de origen, la razón por la cual llegan a la Tierra y las cargas con las que vive Optimus Prime día a día. Además, Caple Jr. integra a los Maximals extraídos directamente de la serie animada de Transformers: Beast Wars (1999), para acompañar a los autobots en su guerra contra Unicron (Colman Domingo en su idioma original, y Dafnis Fernández en su doblaje en español), un ser alienígena de dimensiones planetarias que le permite devorar mundos para subsistir y busca, con ayuda de su lacayo Scourge (Peter Dinklage en su idioma original, y Idzi Dutkiewicz en su doblaje en español), destruir la Tierra y a los autobots para gobernar el universo.

La cinta da paso a un mayor entendimiento sobre las razones de la llegada de los autobots a la Tierra luego de que Optimus Prime (Peter Cullen en su idioma original, y Blas García en su doblaje al español) aterrizara en ella tras huir de la destrucción de su planeta, Cybertron. Una de sus mayores fortalezas es la creación de lazos entre los autobots y los nuevos personajes que defienden a la raza humana, Noah Díaz (Anthony Ramos) y Elena Wallace (Dominique Fishback), así como la unión de fuerzas con los Maximals y su líder, Optimus Primal (Ron Perlman en su idioma original, y Humberto Solórzano en su doblaje en español).

Los efectos visuales y CGI se detallan con mejor precisión que en entregas anteriores.

La historia de Noah como un exsoldado experto en ingeniería y electrónica se entrelaza con la de Elena, una pasante en un museo de antigüedades en la isla Ellis, cuando Noah conoce al autobot Mirage (Pete Davidson) en su forma robótica, junto a Arcee (Liza Koshy), Optimus Prime, y Bumblebee. Es entonces que ambos se unen a los autobots para encontrar la llave Transwarp que es la clave para que los autobots puedan regresar a su hogar original. Sin embargo, el clímax de la cinta llega cuando los lacayos de Unicron se enfrentan a los autobots y amenazan con la destrucción de la Tierra.

Si bien las explosiones no se hacen esperar y hay suficiente daño en la ciudad de Nueva York como para ser creíble, lo que hace a El despertar de las bestias una victoria para la franquicia es su corazón y el uso convincente de la empatía como motor de las acciones de un torturado Optimus Prime y un preocupado Noah, ambos en busca del bien de sus familias. “Hasta que todos seamos uno” es la frase estelar de la cinta, un augurio sencillo hacia lo central en la historia de todos los personajes: hacer el bien para todos, cueste lo que cueste.

Caple Jr. destaca con su habilidad directorial para dar tiempo de cámara e importancia a todos los personajes de forma única.

Las pérdidas dentro de la cinta se sienten más reales y profundas gracias al desarrollo realista de las relaciones entre autobots, Maximals y humanos, creando lazos aún con la audiencia –sean fanáticos o no de la franquicia–, lo que hace que nos sintamos identificados con las luchas de Noah, quien busca ayudar a su familia y a su hermano que batalla conta una enfermedad crónica; y Elena, quien busca darse a conocer en un entorno laboral hostil que la menosprecia pese a sus conocimientos arqueológicos. Una leve crítica social encuentra su lugar en el guion de la cinta, pero sin ser lo suficientemente encapsulante como para opacar la narrativa central de la salvación del hogar.

Parte de la emotividad presentada por Caple Jr. funciona por la base de Knight en Bumblebee, de donde toma ciertas referencias en la historia, pero las reutiliza de forma ingeniosa en la batalla del bien contra el mal, cerca del final de la película. Aun así, no podría dejar por fuera lo predecible de la cinta, porque cae en clichés como los discursos de ánimo, la búsqueda de un elemento externo “capaz de salvar o destruir a todos” y la aparente derrota de los héroes hasta el último minuto, momento en que la música hace su crescendo y la cámara enfoca al verdadero héroe, llevándonos hasta el final feliz. O, en este caso, el final filosófico donde aprendemos que “el mal no será verdaderamente vencido, pero el bien prevalecerá”.

La carga de empatía mueve la trama hacia una zona de mayor originalidad y corazón.

Para los fanáticos de la franquicia original, la integración de los Maximals será un divertido y explosivo guiño a la base de los Transformers, y para quienes revisiten la trama cinematográfica, el viaje será único y lo suficientemente entretenido para incluso volver a verla una segunda vez, pese a no utilizar en su mayor potencial a los Maximals y colocar el reflector sobre dos personajes principales.

El despertar de las bestias es una victoria en los registros de Transformers, tras críticas mixtas de las últimas películas La era de la extinción (2014) y El último caballero (2017), combinando de forma inteligente la emotividad, nostalgia e ingenio directorial para dar a luz una cinta distinta a todas las anteriores y con un uso creativo del CGI que permite que veamos, de forma clara, todo lo que ocurre en la pantalla. Caple Jr. deja en alto el nombre de Transformers, y como fanáticos podríamos esperar mejores entregas de su mano en el futuro.

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