‘Contener el colapso’ en Panamá

El periodista panameño cuenta cómo el país se unió para declarar inconstitucional un contrato

El escritor Víctor Mojica presenta Contener un colapso, un libro que narra la lucha de los panameños contra la Ley 406 que establecía el nuevo contrato entre Minera Panamá y el Estado panameño cuyo gobierno es administrado por el presidente de la República, Laurentino Cortizo.

“El libro tiene 10 capítulos. Cada uno distinto y desde lugares, voces y protagonistas distintos. No es un libro sobre un individuo. Es un libro sobre un estallido social panameño. Dentro encontrarás la historia del maestro Neris, pero también está la historia de los pescadores de Punta Rincón, de los indígenas que cerraron la mitad de un continente, del presidente Laurentino Cortizo, sobre la mina, sobre cómo Danger [Man] nos representó más que Rubén Blades”, explicó Mojica a La Estrella de Panamá.

“En fin, están los protagonistas, pero vistos desde mis ojos, todos conectados por un estallido social. Cuando escribí este libro pensé mucho en John Hersey y su gran libro Hiroshima, en cómo se conectan las historias desde un epicentro, en este caso el del estallido social. Pero también yo estoy allí, mi vida también participa, con una mirada más distante, a veces muy próxima, con una experiencia previa. Vengo de Chile. Vi y sé lo que pasó allá. En Chile lo viví con euforia, en Panamá con más serenidad. Me permitió mirar con más tranquilidad el suceso porque era una segunda oportunidad para observar de cerca el malestar, pero en mi país”.

Mojica es fundador de Casa Editorial Descarriada y autor de los libros de no ficción, entre ellos, Secar en invierno (Editorial 1390,Costa Rica), Derrumbes ajenos (Lom Ediciones, Chile), y Una inventora de palabras escribe una constitución (Lom Ediciones, Chile). Esta última pieza es una crónica sobre cómo una lingüista mapuche se convirtió en la primera presidente de la Convención Constitucional de Chile.

El título Contener un colapso surge por la conclusión temporal de Mojica, o al menos lo que observó en terreno, y es que los panameños contuvieron un colapso. Evitaron, por un momento, a través de un estallido social muy novedoso en su forma –con relación a los que han sucedido en distintas partes del mundo, desde la conocida primavera árabe– que el país sufriera de un mayor desgobierno y de mayores daños ambientales, entre otras cosas.

Y es que Mojica estuvo en la primera línea de los acontecimientos, donde sucedieron las mayores resistencias, “donde se tomó la decisión de morir”, ya que para el autor, algunos murieron por Panamá: en Punta Rincón, en Chiriquí, en Coclesito, Chame, entre otros.

Para el autor no solo fue un hastío, un brote de ansiedad masivo, se frenó una espiral de degradación institucional y social. El título, en consecuencia, alude al objetivo logrado, por ahora. Hay muchos más, por supuesto, comentó el también periodista.

Una revolución canalera

“Antes, durante la guerra fría, muchos jóvenes latinoamericanos tomaron las armas en revoluciones y en rebeliones. Siempre me atrajeron aquellas historias en que la persona hace una abstracción de su vida, y decide ir a morir por una causa”.

Existen muchos factores para que eso suceda, pero cuando pasa, que es casi nunca, se manifiestan mentalmente. El que decide morir por algo, en este caso en defensa de Panamá, no es la misma persona de ayer. Se radicalizó hasta participar del mayor drama de la vida: pelear para vivir o morir. Todo lo que sucede en sus vidas es exacerbado, caótico e impensable. “El caso del maestro Neris está incluido porque fue de aquellos panameños que dejaron a su familia en casa para ir a una barricada, y porque, como leerán en el libro, lo que vivió fue una locura”, agregó.

Esta crónica es sobre una rebelión panameña, es, también el paso reflexivo del autor por las barricadas, para intentar comprender qué fue lo pasó. “Los estallidos sociales se acumulan. El hastío existía desde mucho antes. En abril el Latinobarómetro ya había dicho que más del 60% de la población prefería cuidar el ambiente aunque eso afectara el crecimiento económico”.

Mojica sostiene que está la desconfianza institucional y la opacidad, como llaman los científicos, y está el colonialismo, que en este caso es una trasnacional canadiense. Estas causas son evidentes, pero en el libro se conocerá una respuesta más ligada a la arqueología temperamental.

“Como narrador no me interesa ser historiador, me interesa saber cómo un maestro como Neris, mientras la Asamblea Nacional aprobaba el contrato con la mina, comenzó a recitar para sus adentros, de forma obsesiva, el juramento a la bandera de Panamá. Y así lo hizo, con más intensidad, hasta que el presidente sancionó la ley [406] y decidió sumarse a la resistencia”, añadió.

Para Mojica, el estallido sucedía a menor escala desde el año pasado y fue aumentando su intensidad. Jamás se abandonó porque radicaba en el corazón y todo empeoraba en Panamá. “En el país no hay logros de tipo social que celebrar. Solo se celebran victorias, como el crecimiento económico, que beneficia a una minoría rica. Si usted visita Coclé del norte, de donde son muchos de los pescadores que protagonizaron los cierres en Punta Rincón, notará que en ese lugar no se creció nunca”, asegura.

“Observé las mayores alegrías que recuerdo en Panamá, incluso superiores a las que sucedieron cuando participamos en el mundial de fútbol. Lo que vi el día 28 de noviembre en Coclesito, en esa acampada, cuando se supo el fallo, fue un evento sorprendente y no es para menos. No todos los días se vence a una transnacional. ¿Qué sucederá mañana? Nadie lo sabe. Pero por ahora, el pueblo de Panamá, el más humilde y marginado, y una gran parte de sus sectores medios, incluso de las élites, encontraron un punto en común de lucha. Creo que hay un nuevo Panamá desde noviembre. ¿Qué pasará con él? Nadie lo sabe”, concluyó.

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