Educación presencial: el debate

Actualizado
  • 23/03/2021 00:00
Creado
  • 23/03/2021 00:00
Según datos de Unicef, tres de cada cinco niños perdieron un año escolar en 2020. Los esfuerzos gubernamentales deben enfocarse en promover el regreso a las aulas

El pasado 21 de marzo, el Ministerio de Educación (Meduca) junto con el Ministerio de Salud (Minsa), certificaron a nueve centros educativos en la provincia de Herrera como 'escuelas seguras', dando los primeros pasos para el regreso paulatino a las clases presenciales. Con esta certificación, las entidades avalan el correcto cumplimiento de protocolos estrictos, para evitar la propagación del SARS-CoV-2 en los planteles.

Para el regreso a las aulas se requerirá de protocolos de bioseguridad y comunicación con los padres.

Durante una gira de trabajo, la titular del Meduca, Maruja Gorday, señaló que a la escuela Sergio Pérez Delgado, en Monagrillo, se le otorgó una placa sencilla y ecológica que destacó el cumplimiento de la función del centro educativo de proteger al cuerpo estudiantil, así mismo integró el protocolo de bioseguridad para mitigar riesgos y desastres contra el nuevo coronavirus y, en última instancia “implementó el retorno seguro gradual, progresivo y voluntario” de los estudiantes.

Los avances para mejorar el estado de los colegios del sector oficial señalan la búsqueda social por dar un espacio seguro para que los estudiantes regresen a la educación presencial, de la cual han estado privados desde marzo de 2020, cumpliéndose un año de educación a distancia, lo que ha sido un reto para los estudiantes en áreas de difícil acceso.

El Meduca indicó que 3 mil 850 escuelas oficiales están en planes para el regreso paulatino a las aulas. Este plan implica que el 60% de los planteles oficiales cumpla con los protocolos de bioseguridad y medidas de prevención de contagio de covid-19, lo que incluye 825 planteles con una matrícula de uno a 25 estudiantes, 1,100 escuelas con matrícula de 26 a 250 estudiantes y 1,925 escuelas multigrado.

En este marco se plantea que los planes de regreso a la educación presencial no serán los mismos para planteles con matrículas superiores a 100 estudiantes, que para aquellos con 150 estudiantes.

El Meduca señaló que para el regreso del 60% de los colegios, la comunidad educativa, compuesta por padres de familia, docentes y la comunidad, así como el Minsa decidirán el retorno gradual o el modelo a seguir para el resto del año escolar. Por otra parte, el 40% restante de los colegios representa 1,200 escuelas de áreas urbanas que continuarán con las clases a distancia por su elevada matrícula y se puntualizó que ningún plantel podrá iniciar las actividades sin cumplir estrictamente con todos los protocolos de bioseguridad.

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), tres de cada cinco niños perdieron un año de educación escolar en 2020 en América Latina y el Caribe, lo que comprende un 60% de los niños y adolescentes en la región.

“Aquí los niños y adolescentes han estado fuera del aula más tiempo que cualquier otro niño o adolescente en el mundo (158 días, en comparación con los 95 días usuales)”, agregó en el comunicado de Unicef, “en América Latina y el Caribe la pérdida será más desastrosa y de mayor alcance que en cualquier otra región para los niños, adolescentes, los padres y la sociedad en general”.

Para el secretario general de la Asociación de Profesores de Panamá (Asoprof), Fernando Ábrego, la responsabilidad de llevar educación a cada joven y niño en el país recae en los hombros del Estado, “que debería hacerse cargo de dar las herramientas necesarias a cada estudiante en pro de que continúe su trayectoria educativa”.

Actualmente, el debate entre regresar a las aulas o permanecer en el formato a distancia se ha visto agravado por el alto índice de desertores (11 mil 641 alumnos que no se han conectado a clases, según un informe actualizado del Meduca en 2020), por lo que Ábrego explicó: “Quienes ventilan el regreso a clases presenciales no están tomando en cuenta el trabajo de vacunación de educadores, estudiantes y demás administrativos de las escuelas, así como la falta de desinfección y aseo que tienen muchos planteles oficiales y que no ha sido parte de las prioridades del Meduca”.

Según un informe de Unicef, desde el inicio de la pandemia, alrededor de 42 millones de estudiantes en la región han estado recibiendo aprendizaje a distancia y en el hogar apoyados a través de la radio, la televisión, el internet y otras plataformas, sin embargo, nuevas estimaciones del organismo internacional sugieren que, “a pesar de los esfuerzos del gobierno, solo uno de cada dos niños y adolescentes de escuelas públicas tiene acceso a la educación a distancia de calidad en el hogar, en comparación con tres de cada cuatro niños y adolescentes de escuelas privadas”.

Lo que se pierde en casa

Para el profesor de la Facultad de Ciencias Médicas en la Universidad de Santiago de Chile y consultor para Unicef Panamá, Claudio A. Castillo, la pandemia de covid-19 no ha afectado a todas las personas de la misma manera, “los niños son especialmente sensibles y vulnerables a que el ejercicio de sus derechos se vea limitado, por eso como sociedad no debemos escatimar esfuerzos en mitigar todos los riesgos que ha impuesto el manejo de esta crisis sanitaria, para minimizar las repercusiones negativas que puede tener en el resto de sus vidas”.

Estar en casa también puede afectar a los niños y jóvenes en su relaciones interpersonales, desarrollo emocional personal y fortalecimiento de capacidades físicas, como indicó el profesor Castillo: “El que la mayor parte de las personas que se contagian de SARS-CoV2, y mueren por esta causa sean adultos, no debe hacernos olvidar que el impacto de la pandemia en la primera infancia tendrá efectos de corto y largo plazo, poniendo en jaque logros importantes, especialmente para quienes viven en vulnerabilidad, lo que tendrá un efecto en el desarrollo de Panamá”.

Por su parte, la madre y especialista en mercadeo Dianette Nieto comentó a este diario que se opone al regreso a las aulas por “la falta de organización y comunicación en cuanto a la vacunación de los profesores y maestros”.

Para Nieto la experiencia de educación virtual “ha mejorado en un 90%” desde que comenzaron las clases el año pasado, y la búsqueda de protección para los niños “debe ir por encima de cualquier otro factor, ya que estos no tienen el control ni el sentido de responsabilidad necesario para cuidarse solos, evitar llevarse las manos a la boca o la cara, y no van a entender realmente por qué deben estar distanciados de sus amigos”.

Asimismo señaló que el colegio al que asiste su hija permitió a los padres decidir quiénes permitirían a sus hijos regresar a las aulas y quiénes se mantendrían en la modalidad virtual. “Los padres y los maestros deben estar en continua comunicación, porque no se trata solo de dejar a los niños en la escuela, sino de todo el proceso de cuidado necesario una vez que están ahí”, enfatizó, “hay niños que no tienen a sus padres en casa o no tienen la capacidad de manejar una computadora solos, por eso es preciso adaptar el proceso de regreso presencial de la manera más comprensiva posible”.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) plantea que el regreso a las aulas se debe establecer con normas de asistencia e ingreso, grupos de estudiantes y profesores que no se mezclen entre sí, escalonar el comienzo de las horas de clase y organizar la presencia física de los estudiantes por turnos o días, para minimizar el impacto que tendrá el futuro de la educación en el país, según indicó Ábrego: “En cinco años podríamos ver los resultados de no tomar en cuenta a los estudiantes sin conectividad y podría haber un rezago educativo que afecte la etapa superior y a la empleabilidad”.

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