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- 08/05/2016 02:00
Nunca he sido buena turista, no me gusta serlo. En lugar de visitar lo que ‘no te puedes perder', prefiero pasear por las callejuelas en las que sin alardes ni afanes, transcurre la vida de todos los días: los chicos saliendo de la escuela sudados del fútbol, las señoras con bolsas de mercado, los ancianos tomando el sol, los novios mirándose a los ojos. Disfruto sentarme en una banca a observar, ser una más en el entorno cotidiano: integrarme al auténtico ritmo del lugar.
Parece que la vida me lo recuerda y advierte. A lo largo del tiempo he comprado tan solo cuatro libros de viaje y fueron justo los sitios a los que, por una u otra razón, no pude llegar. Imágenes e información se quedaron en el librero, pero mis sueños de revancha y buena compañía para conocer Praga, Estambul, Marruecos y Andalucía, siguen intactos. No más libros: llegaré cuando me toque y con más ganas. Dejaré que la vida me sorprenda. Mientras tanto, me transporto a esos lugares cada vez que escucho las melodías de sus pueblos. La música tiene el poder de acercar mundos distantes ya sea por la vastedad de un océano o por el tiempo; nos hace viajar lejos o muy dentro. A través de ella se evocan recuerdos y se potencia la imaginación asomándonos al corazón de otras tierras. También hay intérpretes emblemáticos que, en unos cuantos acordes, nos transmiten el alma de un pueblo, así como instrumentos cuyo sonido está tan arraigado a la esencia de una región como el correr de la sangre por nuestras venas.
LA GUITARRA FLAMENCA DESNUDA EL ALMA GITANA
Empieza el llanto de la guitarra /Se rompen las copas de la madrugada. /Empieza el llanto de la guitarra./Es inútil callarla. Es imposible callarla.
Federico García Lorca
En Andalucía, la fabricación de instrumentos está muy relacionada con los rituales festivos. El instrumento emblemático es la guitarra. Su origen es oriental y, desde su introducción durante la romanización, se usa en danzas locales. Pero es a partir del s XVIII cuando se perfilan las características actuales de este instrumento en Baja Andalucía, vinculados a los cantes y bailes flamencos.
PACO DE LUCÍA
‘Para mí tiene mucho más valor un silencio, en muchos de los casos, que una escala de esas vertiginosas'
Aunque muy parecida a una guitarra española o clásica, la guitarra flamenca presenta peculiaridades que la distinguen. Tiene una caja más estrecha y esto logra que su ejecución sea más cómoda y ágil. Además, sus cuerdas están más cerca del diapasón. Esta pequeña variante consigue que el guitarrista necesite hacer menos presión y pueda concentrar su ejecución y energía en la mano encargada del rasgueo.
La madera que se utiliza para confeccionarla también es distinta a la de la guitarra clásica. Otra diferencia esencial puede notarse en el ‘trasteo'. Con una guitarra flamenca es normal escuchar el sonido que se produce cuando, al pulsar una nota, la cuerda roza levemente otros trastes.
La guitarra flamenca es un poco menos sonora y con menos volumen que la guitarra tradicional, pero produce un sonido más percusivo y brillante, ideal para las exigencias del flamenco.
EL GRAN PACO DE LUCÍA
Uno de los grandes del flamenco fue sin duda Paco de Lucía (1947 – 2014). Junto a Camarón de la Isla fue emblema de la renovación y difusión mundial del flamenco. Ese músico genial que solía decir ‘que la muerte te pille viviendo', se nos fue demasiado joven.
Nacido en Algeciras, Paco de Lucía recibió la influencia de dos escuelas: la del Niño Ricardo (1904-1972), reconocido como una de las figuras más destacadas de la guitarra flamenca y la de Sabicas (1912-1990), a quien se considera como el máximo influyente en el desarrollo y perfeccionamiento de la guitarra flamenca como instrumento solista y de conciertos, en lugar de ser tan solo acompañante del cantaor.
A principios de los años 50, Algeciras era el núcleo de todos los flamencos de Andalucía. A los seis años comenzó a estudiar guitarra con su padre, pero la herencia la llevaba en la sangre. Como él mismo dijo en una entrevista: "Antes de poner los dedos sobre la guitarra, ya conocía todos los ritmos del flamenco'.
Paco de Lucía descubrió las sendas del flamenco desde el corazón, inventándose sus propios patrones armónicos y sin sentir jamás que lo había conquistado del todo. "La barriga se sacia rápido, el espíritu no se sacia nunca', diría. Quizás el camino fue más largo, pero su originalidad y genio creativo le ayudarían a que el resultado fuera que ‘sueno a mí, no sueno a nadie más'. Perfeccionista obsesivo, ‘Necesito saber en cada disco que me estoy jugando la vida. Es una lucha contra el tiempo, la edad, la falta de energía, de estímulo', decía. Paco de Lucía fue búsqueda. Compositor y virtuoso de la guitarra, no cesó nunca de experimentar y su música trascendió estilos y fronteras. Tocó jazz, bossa nova e incluso música clásica, pero jamás abandonó su esencia.
Mientras escribo esta nota vuelvo a escuchar ‘Friday Night in San Francisco', ‘Siroco', ‘Sólo quiero caminar', ‘Entre dos aguas', ‘Almoraima' y tantas otras obras magistrales que nos trasladan a esa tierra que llevó siempre muy dentro: Andalucía.
Entonces comprendo que esos genios de la música, esos transgresores con quienes hemos tenido la fortuna de compartir este viaje llamado vida, continuarán haciéndonos sentir - como si fuera nuestra y aunque nunca hayamos podido estar-, el toque jondo y el duende de Andalucía en la guitarra de Francisco Sánchez, el gran Paco de Lucía, con esa ‘música que nunca fue a la escuela y que viene de la emoción.' Cada vez que escuchemos los acordes de su guitarra, viajaremos a donde hemos soñado llegar, seremos un poquito menos turistas y formaremos parte de la fibra más íntima de esa humanidad que nos redime.