- 31/03/2011 02:00
- 31/03/2011 02:00
PANAMÁ. ¿Su trabajo constituye el centro de su vida? ¿Su empleo resta importancia a todo lo demás, incluida la familia, el ocio y la vida social? ¿Es su refugio? ¿Llevarse trabajo a casa para acabarlo por la noche o los fines de semana es algo habitual en usted? Si es así, puede que sea un adicto al trabajo. Según Pablo Boned, de acuerdo a últimos sondeos internacionales se estima que un 15% de los trabajadores está en riesgo de sufrir de esta adicción.
Esta situación, que en inglés ha sido bautizada como workaholic, define a aquellos trabajadores que, de forma gradual, van perdiendo estabilidad emocional y se convierten en adictos al control y al poder, en un intento por lograr el éxito.
SIN DARSE CUENTA
El adicto al trabajo es aquel que dedica más tiempo al empleo de lo que es exigido por las circunstancias. Pero además, no sólo es una cuestión cuantitativa de horas de dedicación, sino cualitativa, aquellas personas que hacen del trabajo el núcleo central de su vida, hasta el punto de desdeñar otras actividades y de no ser capaces de tener otros intereses. Los workaholics no son capaces de tomarse tiempo libre porque en seguida la falta de actividades les genera insatisfacción y agobio.
La psicóloga Lesbia González menciona que como todas las adicciones, estás llenan un espacio que la persona no ha sabido entender en sí mismo y del cual no sabe salir, ‘lo hace de manera repetitiva en un círculo vicioso así pues el trabajo en este caso es su adicción y por lo tanto descuida todas las otras fases de su vida’.
Estas adicciones que en una época fueron más frecuentes en el hombre, actualmente se registran los mismos resultados en las mujeres y es que en estos tiempos la mujer trabaja de igual forma que el hombre, ‘ya no hay tal diferencia, ambos están propensos a sufrir este tipo de adicción, como la mayoría trabajan para mantener su hogar, están propensos a caer, siempre y cuando llenen los requisitos de personalidad que hacen al adicto’ aclara González.
No se ha registrado una edad determinada para sufrir la adicción al trabajo, la psicóloga Magali Dunn menciona que ha observado este tipo de adicción prácticamente a lo largo de toda la vida productiva de la persona.
ESMERO O ENFERMEDAD
En una amplia descripción, Magali Dunn, explica este proceso. ‘Toda labor, trabajo, ocupación o empleo, debería hacerse con amor, es decir con toda la dedicación y esmero posibles para ver buenos frutos. Este ‘amor al trabajo’ redundaría en beneficio para la salud del ser humano al brindarle ese sentido de satisfacción y crecimiento como persona. Sin embargo, cuando se torna en una adicción entonces ya sí podemos considerarlo como patológico, una enfermedad’.
Este problema fue considerado como positivo, pero hoy en día ya se acepta como enfermedad. Hay que recordar la definición que le dio la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Con la adicción al trabajo se pierde la salud del cuerpo y de la mente.
A UN LADO LA FAMILIA
Al convertirse en un adicto a la familia, se deja atrás o se olvida la importancia de convivir en familia, y esto puede repercutir en muchísimos problemas, así lo explica González, ‘al descuidar los hijos, los cónyuges, la recreación, el hogar, los amigos pueden verse divorciados, sin poder ver a sus hijos, solos, enfermos por no atenderse bien a si mismo y por no contar con amigos para que los ayuden y por supuesto sus hijos al sentirse solos se acercan a las malas compañías’.
Como toda su vida está concentrada en cómo seguir prosperando económicamente y comprometiéndose cada vez más en tareas que exigen muchas veces que se atiendan asuntos pendientes en la casa, convirtiéndola en una oficina más. Esto trae como consecuencia que prácticamente no exista comunicación profunda sin la cual difícilmente una pareja puede sobrevivir, así lo asegura la psicóloga Dunn, ‘la otra persona se siente abandonada, sola (aún cuando comparten la misma cama), frustrada e impotente de ver que no puede hacer nada para convencerlo de que está en un error y necesita de ayuda profesional’.
CORTAR DE RAÍZ
Si lo que usted desea es recuperar a su familia y tratar de solventar la situación, lo primero que debe hacer según recomienda González, es enfrentar la situación, reconocer que es eso una adicción, para entonces poder pasar a los siguientes pasos, que son recibir ayuda del terapeuta, de acuerdo al caso, porque cada persona es diferente y su trabajo también, no retroceder en seguir intentando constantemente y mantenerse en equilibrio, porque se puede recaer como en cualquier adicción. ‘La ayuda de la familia es vital en este caso, para que la persona afectada pueda regresar a una vida más regular y sana. No es tarea fácil como en cualquier otra adicción, pero se puede lograr’ concluye la especialista González.
Lo más importante es establecer un programa de actividades alternativas que tendrá que cumplir obligatoriamente (ocio con la pareja, con los hijos, con los amigos), reducir, de forma paulatina, las horas que se dedican al trabajo; priorizar lo urgente y lo que no lo es tanto; entrenarse en técnicas de relajación, y cambiar las actitudes, desterrando ideas sobre el perfeccionismo y el éxito.