El Año Nuevo Persa

Actualizado
  • 01/03/2015 01:00
Creado
  • 01/03/2015 01:00
El mundo Occidental celebra el año nuevo de cierta forma, mientras que los asiáticos cuentan con su tradiciones particulares

De niña siempre asocié el Año Nuevo Persa o Noruz con la germinación de las lentejas. Desde principios de marzo mi mamá colocaba un platón lleno de lentejas en un lugar soleado, y las cubría con un papel toalla húmedo. Como por arte de magia, en pocos días se vislumbraban los retoños verdes, que con el pasar de los días se transformaban en un bosquecillo de tallos delicados.

La palabra Noruz proviene de la combinación de dos palabras en Persa: ‘No’ que significa nuevo y ‘Ruz’, que significa día, y se celebra el 21 de marzo de cada año, en el momento exacto del equinoccio de primavera, el cambio de invierno a verano.

En 2010, fue proclamado un día internacional por las Naciones Unidas, gracias a la iniciativa de algunos de los países que lo celebran hoy en día; no solo Irán, sino también Afganistán, Albania, Azerbaijan, Kazajstán, Kirguistán, Tajikistan, Turquía y Turkmenistan.

El Noruz ha sido celebrado por miles de años, por comunidades de variadas creencias religiosas. Sin embargo, se origina en la tradición Zoroastra, la religión predominante en la antigua Persia, y una de las religiones monoteístas más viejas del mundo.

En Panamá éramos pocas las familias que festejábamos el Noruz, así que nunca sentí esa emoción colectiva por la celebración, como en vísperas del año nuevo Gregoriano. Era divertido, sí; pintábamos huevos, adornábamos la mesa con elementos extraños (el haft-sin), comíamos una versión ‘panameñizada’ de la comida Persa, la mañana siguiente despertaba con dinero bajo mi almohada, y me dejaban llegar tarde a la escuela.

Sin embargo, para que nadie me echara cuentos, cuando viaje a Irán en 2014 para visitar a mi familia paterna, planeé estar precisamente para la celebración de Noruz. Quería experimentar la versión real del asunto.

Llegué el antepenúltimo día del año, así que, como es tradición antes del Noruz, la casa de mi abuela estaba patas para arriba, en plena etapa de limpieza intensa; desempolvando hasta la más recóndita esquina.

La noche siguiente a mi llegada era el último miércoles del año, al que se le conoce como Chahar Shanbe Suri. La tradición en esa noche es reunirse entre amigos y familia, encender pequeños fuegos en las calles y saltar sobre ellos, para que las llamas se lleven todo lo malo ocurrido en el año. En lugar de fuego, uno de mis tíos encendió una especie de cohete que echaba chispas, y saltamos sobre él.

LAS SIETE ‘S’

Tal vez la actividad más simbólica de la celebración de Noruz es la mesa que se adorna con siete elementos que empiecen con la letra ‘S’. Esta mesa se conoce como el haft-sin; haft, que es el número 7, y sin, que es la letra ‘S’.

Estas siete ‘S’ son: Sabzeh, lentejas germinadas, representando el renacer; Samanu, un pudín semi-dulce a base de trigo, representa la dulzura de la vida; Sumac, una especia rojiza hecha a partir de la baya del sumac, representa el color del amanecer; Senjed, la fruta dulce del árbol de loto, representa el amor; Serkeh, vinagre, en representación de la edad y la paciencia; Seeb, la manzana, representa la buena salud y la belleza; Sir, el ajo, en representación de la medicina.

Además de las siete ‘S’ existen otros elementos que se incluyen en la mesa, dependiendo de la tradición de cada familia. En la mesa de mi abuela había un espejo, para reflexionar sobre el año pasado, un bol con peces dorados que simbolizan la nueva vida, un plato con monedas que simbolizan la prosperidad, y huevos pintados para simbolizar la fertilidad.

También había un Corán, el libro sagrado del Islam; mientras que en la mesa de una tía encontré un libro de Hafez, uno de los poetas mas reconocidos de Irán.

La noche de Noruz las familias se reúnen a cenar, tradicionalmente arroz con eneldo y pescado, y los mayores le reparten dinero a los más jóvenes. La noche de año nuevo va seguida de 13 días festivos, durante los cuales las familias se visitan mutuamente, si es que no se van de viaje. El treceavo y último día se celebra el sizdah bedar, que en Persa significa ‘deshacerse del 13’, y las familias lo celebran reuniéndose en parques u otras áreas naturales para hacer picnic.

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