Ca(de)nas

  • 07/07/2019 02:00
Nunca he sentido ninguna parte de mi cuerpo como ‘yo', es decir, mi 38D de pecho me da tan exactamente igual que la mayor parte de las veces ni siquiera soy consciente de ella

Yo fui una niña rubia y blanca, muy rubia y muy blanca. Siempre he tenido una plancha de pelo liso y dorado, pero bastaba que la gente empezara a empecinarse en el ‘qué pelo tan bonito tienes' para que yo decidiera raparme la cabeza. ¿Te gusto?, pues vamos a ver si lo que te gusta es solo mi pelo…

Nunca he sentido ninguna parte de mi cuerpo como ‘yo', es decir, mi 38D de pecho me da tan exactamente igual que la mayor parte de las veces ni siquiera soy consciente de ella. Cuando me dicen que debería sacarles más partido a mis ojos verdes parpadeo con confusión, ¿qué haga qué cómo?, bastante tengo con salir arrastrándome todos los días de la cama para siquiera pensar en maquillarme, ¿¡maquillarme por el gusto!? ¡Já!

En fin, todo esto viene al caso porque últimamente varias personas han hecho referencia a mi nuevo color de pelo. Tengo cuarenta y siete años y tengo canas. Que si parezco la novia de Frankenstein. ‘¡Ah!, ¿es para algún papel?' y cuando les contesto que no, ‘¡Pero cómo andas así!' ‘¿Por qué no te tiñes?' ‘¡Tíñete!' Al parecer no puede permitirse que una mujer de cierta edad tenga canas. Pero vamos a ver, animalicos, ¿desde hace años las jóvenes se blanquean el pelo y las que lo tenemos así natural debemos tratar de disimularlo? Claro, porque es imperativo que aparentemos juventud. Tenemos que ser jóvenes.

Hace unos días, en Twitter, un estúpido escudado en el anonimato me increpó diciéndome que por qué me ‘había pintado el cabello de blanco' y cuando le dije que era natural me dijo ‘ahora qué, ¿para el asilo?'. Desde luego que su sintaxis y su gramática acompañan a su desarrollo mental en el escaso desarrollo.

Muchas mujeres me dicen, ‘ojalá yo me atreviera', y yo me pregunto, ¿atreverse? ¿Atreverse a mostrarse al natural? ¿Qué tanto daño nos hace la sociedad para que una mujer con canas tenga miedo de dejar de teñirse?

Creo que en lugar de tanto ellos y ellas, nosotres y vosotrxs, deberíamos empezar a ‘empoderarnos' de verdad. Deberíamos, nosotras, adultas hechas y derechas, comenzar a darnos cuenta de que las cadenas que nos imponen nos las hemos impuesto nosotras primero, y deberíamos mandarlos a todos, todas y todes a tomar por donde amargan los pepinos. ¿Tener canas se acepta en un hombre pero una mujer debe tapárselas? ¿Por qué? ¿O es que además de ser maduras, inteligentes y eficientes debemos haber conseguido el elixir de la eterna juventud?

Tengo casi cuarenta y ocho años, he parido dos veces, tengo celulitis, estrías, canas, unas tetas grandes que ya se han rendido a la ley de la gravedad. Tengo arrugas en el cuello y el culo comienza su descenso. Y ¿saben qué?, no me ofrezcan gimnasio ni ejercicio. Ni dietas. Esas cadenas tampoco son para mí, ojo, que para mí, ir al gimnasio y remar en galeras solo se diferencian en que por lo menos en galeras estás en el mar.

Aceptar todo eso y sobrevivir al qué dirán es mi liberación, y sí se puede: aceptarse, reconocerse, darse lo que a cada una le haga feliz. ¿Que te sientes mejor con el pelo negro toda tu vida? Bien puedas. ¿Que no eres capaz de verte con media melena? Pues a ver quién mierda decidió que a partir de cierta edad ‘te ves mejor con el cabello corto'. ¿Que has descubierto que el color verde es el color que deseas para tu cabellera? Sé feliz.

Y, sobre todo, guárdate tu opinión sobre la apariencia ajena. A nadie le importa un comino.

COLUMNISTA

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