Soy ciego, ¿y qué? El poder de la música ante lo adverso

Actualizado
  • 13/01/2021 00:00
Creado
  • 13/01/2021 00:00
La música austro-irlandesa con discapacidad visual Ciara Moser compartió sus experiencias y aprendizajes sobre la música, pese a las dificultades de la vida, con los asistentes del Panamá Jazz Festival. En su ponencia instó a los jóvenes a esforzarse y a no bajar la guardia
Moser recibió el premio TARA. en Viena.

“Cuando naces sin visión, ser ciego se convierte en una característica personal, como tener cabello castaño o rubio, y no te sientes diferente de una mala manera”, comentó la música con discapacidad visual Ciara Moser, cuya conferencia titulada 'Soy ciego, ¿y qué?', dio comienzo al Simposio Latinoamericano de Musicoterapia en la décimo octava edición del Panamá Jazz Festival, el pasado 11 de enero.

En esta ponencia, Moser destacó sus logros y la importancia de la educación en la música para las personas con discapacidad visual parcial o total.

Moser ha sido ciega desde la infancia, tras ser diagnosticada a los ocho meses de edad con la enfermedad Leber's Congenital Amaurosis (Amaurosis congénita de Leber, LCA), la cual afecta las retinas (retinopatía), es de causa genética y produce un grave déficit visual en los niños desde los primeros meses de vida. Al cumplir cuatro años se mudó a Austria, de donde proviene su padre, y siguió sus prácticas de violín –que había comenzado a tocar a los dos años–, así como estudios de teoría musical.

“Mis padres se informaron y descubrieron que es realmente importante que los niños con discapacidad visual se adentren en la música lo más temprano posible”, comentó Moser, “ya que ayuda al desarrollo de conciencia corporal, sensaciones externas, aprendizaje del entorno y autodescubrimiento”.

Durante su preadolescencia aprendió a tocar piano y bajo, desde entonces los instrumentos pasaron a formar parte de su día a día. Sin dejar de estudiar o practicar, decidió comenzar una banda con sus hermanos (el menor de ellos también tiene discapacidad visual y es músico). Al terminar la escuela secundaria decidió estudiar música como carrera profesional y asistió al Instituto de Música Popular (IPOP) de la Universidad de Música y Artes Escénicas de Viena, con especialización en bajo, de donde se graduó con honores.

Para Moser, cada día ha sido un aprendizaje en cuanto a la vida, la música y la interconexión entre ambas. Pese a que cada experiencia es diferente, considera que “la discapacidad no es una excusa para no hacer un buen trabajo”, sino que se adapta a la normalidad de cada persona y es necesario “tener una rutina y disciplina funcional”.

Como experta en educación musical, Moser indicó que se necesita “mucha pasión y esfuerzo” para llegar a destacarse en la música, además, para los profesionales con discapacidad visual será necesario aprender la teoría musical y desarrollar su oído.

“La manera más natural de aprender la música que deben tocar es a través del oído”, señaló la bajista profesional, “además de conocer lo fundamental dentro de la pieza musical, desde cómo suena hasta cómo se escribe en la partitura que están utilizando”. Como apoyo a las personas con discapacidad se adoptó a nivel mundial un sistema de escritura de música en braille, que comparte los seis puntos básicos del alfabeto en este lenguaje (inventado por Louis Braille en 1825), lo que simboliza las notas, ritmos y dinámicas dentro de la pieza.

“Los músicos con discapacidad visual no pueden leer la partitura mientras tocan, únicamente los cantantes pueden tener acceso a la música escrita y leerla con sus dedos mientras hacen la presentación”, indicó Moser, “por esta razón se utiliza la música escrita principalmente para estudiar y memorizar; se debe leer libros de teoría musical, ejemplos musicales, ejercicios vocales y de oído, además de practicarlos diariamente”.

Así mismo, Moser enfatizó que es “necesario que los músicos ciegos aprendan a componer”, porque tendrán una mejor percepción y experiencia y se volverá “parte de su sistema para ser mejores en el ejercicio”.

Moser ha compuesto diversas piezas en géneros de salsa, jazz, pop, funk, clásico para orquestas, entre otros donde es activa.

Pilares en la música

En esta primera parte de sus tres talleres (los próximos serán hoy y el 14 de enero), destacó su travesía por el mundo de la música desde Austria hasta Latinoamérica. Sobre esto detalló que “se maneja de manera similar, siendo lo único que cambia los instrumentos” y que no hay dificultad “imposible” para una persona con discapacidad.

La bajista hizo hincapié en que los que buscan ser profesionales deben mantener en mente que “la música es expresar emociones y hacerlo a través de lo que tocamos y cómo nuestro cuerpo se une a ello”.

Así mismo recalcó que dentro de una orquesta, “los instrumentos deben sonar como uno solo. Como músicos sentimos la emoción del director y de la canción, estar conectados con la música y los demás músicos es importante dentro del trabajo profesional de orquesta”, comentó.

Dentro de los detalles de su ponencia, Moser puntualizó que las personas invidentes no deben hacerse dependientes de la tecnología para cada tarea, mucho menos en la música: “Siendo músicos, la tecnología nos puede ayudar a leer los libros que necesitamos u obtener las guías musicales, sin embargo, cuando se inventaron los teclados de braille y los programas de lectura computarizada, muchas personas invidentes preferían no aprender a leer o escribir, y eso es lo que debemos prevenir que suceda en la comunidad de personas con discapacidad visual”.

Ciara Moser es profesora de 'jazz' y música internacional en el Berklee College of Music.

Para Moser es importante tener la tecnología correcta “para que las personas con discapacidad visual puedan estudiar y comunicarse”, sin embargo, las personas ciegas poseen un tercio del cerebro disponible para “memorizar, aprender cosas nuevas o para grabar sonidos y sensaciones”, lo que hace posible que el músico invidente tenga “mayor espacio en el cerebro para conocer el entorno y nuevos conocimientos que le serán útiles en su desarrollo como profesional, ya que no estarán distraídos por el sentido de la vista”.

Dentro de los ejercicios para los músicos que listó, destacan:

Entrenar y aprender a entonar de oído. Leer las partituras musicales hasta memorizar el orden clave de las notas. Hacerse consciente del ritmo de la música y las vibraciones. Al escuchar la música, imaginar que la toca en un instrumento. Memorizar lo que se escucha y desarrollar una rutina para fluir y aprender las canciones más allá de una partitura.

“Lo primero siempre ha sido escuchar, ya que desde la antigüedad las personas escuchaban primero la música antes de saber escribirla y determinar todos los elementos que conocemos hoy”, indicó Moser, “por lo que la clave para todo músico con discapacidad es reconocer cómo suena cada nota, armonía o combinación de sonidos y aprender a relacionarlos con los sonidos de su entorno cotidiano para una experiencia más inmersiva e íntima”.

Debido a sus diversos logros en la industria, en 2017 Moser fue galardonada con el premio TARA por el Ayuntamiento de Viena por sus aportes en la música, dado que los premios honran a personalidades que logran cosas extraordinarias a pesar de las dificultades y, por lo tanto, son modelos a seguir para la sociedad austriaca.

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