Comunidad religiosa transita hacia la reapertura con nuevos protocolos

  • 26/08/2020 00:00
Tras cinco meses de cierre, los templos parroquiales han abierto sus puertas desde el pasado 17 de agosto. Sacerdotes comparten cómo se han organizado los centros religiosos para cumplir con los requerimientos establecidos por el Ministerio de Salud
Parroquia San Antonio María Claret

Ofelia Núñez acude a la Iglesia católica desde temprana edad. Se levanta cada mañana, inclina su rostro y eleva una oración. Cuenta que antes de la pandemia asistía cada domingo a la parroquia para participar de la misa. “Extraño estar en las misas dominicales; sin embargo, no me pierdo las ceremonias por televisión. Sé que la situación que vivimos es grave, por eso evito salir de casa porque pertenezco a la tercera edad”, dice con tono de preocupación por los acontecimientos relacionados al nuevo coronavirus.

Pese a este panorama, Núñez se mantiene optimista ante el anuncio de la Arquidiócesis de Panamá sobre la reapertura de los templos parroquiales, a partir del 17 de agosto. De acuerdo con el comunicado, la decisión se tomó luego de observar los avances positivos en el control de los casos de covid-19.

“La parroquia viene preparándose aproximadamente desde hace tres meses. Ya se había anunciado la posible reapertura, pero la iglesia decidió pausar un poco, antes de abrir las puertas. En los centros religiosos ya se han establecido lo que son las señalizaciones de las bancas, se han adquirido los dispensadores de gel alcoholado, las alfombras con desinfectantes, el termómetro. Igualmente, las parroquias cuentan con un comité que, junto con el párroco, maneja el protocolo de bioseguridad”, puntualiza el padre José Brutua, quien oficia la misa en la parroquia de San Juan Apóstol, en Brisas del Golf.

Siguiendo la línea de las medidas sanitarias, comparte que a bautizos y matrimonios solo pueden asistir 10 personas. “En los funerales antes solo se permitían 20 personas, ahora se extenderá a 30. El templo tendrá un aforo de 25% y se solicita que no acudan niños y personas con condición de salud vulnerable; se le ha pedido a los mayores de 60 años que no vayan. La comunidad está al tanto de que quienes tengan una temperatura mayor a 37.5 grados no ingresarán a la iglesia, y se les indicará que acudan al centro de salud más cercano”, explica.

Sostiene que cada parroquia debe revisar cómo están las estadísticas de contagios en sus corregimientos. “Si los casos en el área son muy elevados, el párroco puede decidir, junto con el comité, no reabrir”.

Un hecho es que en estos últimos cinco meses la tecnología ha jugado un papel fundamental para todos los sectores, incluyendo a la iglesia, que a través de las redes sociales y plataformas virtuales ha podido mantener el contacto con sus feligreses. “La parroquia de San Juan Apóstol mantiene el servicio de celebraciones virtuales desde que inició la pandemia”.

Catedral Basílica Santa María la Antigua
Otros templos

“En la parroquia hemos incorporado la señalización de las bancas y otras áreas donde las personas se tienen que desplazar. También hemos tenido un periodo intensivo de limpieza dentro y fuera de los predios del templo”, comparte el padre Samuel Álvarez, de la parroquia Medalla Milagrosa.

El sacerdote apunta que en la parroquia cuentan con un equipo (miembros del templo), que colabora en el servicio de orientación a los feligreses para que sepan dónde ubicarse. “También nos hemos preparado con todos los insumos que se requieren para mantener la seguridad sanitaria”.

Por tanto, registra que el templo se mantiene al 25% de ocupación de su capacidad, y que en promedio pueden acudir 60 personas para participar de la eucaristía. “Estamos optando por seguir estrictamente los lineamientos del Ministerio de Salud (Minsa). Los hombres y las mujeres deben asistir el día que les corresponde. Además, vamos a tener una apertura parcial, donde la gente puede venir de 3:00 p.m. hasta las 5:00 p.m. Durante este tiempo pueden venir y tener un rato de oración. Si alguien desea conversar con el sacerdote o tener alguna confesión es permitido que se efectúe con las respectivas medidas de bioseguridad”.

Con respecto a las ceremonias, señala que se retoman los bautizos y los llevarán a cabo los días que no haya cuarentena total (lunes-sábado). “Algunas parroquias están ofreciendo transmitir los bautizos a través de las redes. Durante esta pandemia la misa se ha venido transmitiendo a través de la cuenta de Facebook e Instagram de la parroquia”.

En cuanto a las catequesis, afirma que se realizan por medio de plataformas virtuales y redes sociales, y son personalizadas. “Los matrimonios reciben catequesis prematrimonial a través de las redes. Hasta el momento esta es la manera en que hemos venido llevando las medidas en nuestra parroquia, ubicada en Veranillo”.

Con respecto a los funerales, indica que “no pasa nada si se crema a la persona fallecida por coronavirus; esto se está haciendo por salud. Los funerales se están manteniendo con asistencia reducida para que las personas puedan dar el último adiós a sus seres queridos”.

Los nuevos protocolos deben ser acatados para ingresar a los templos.

Por consiguiente, advierte de que todas las personas que acudan al templo tienen que llevar su mascarilla, se les toma la temperatura y se les aporta gel antibacterial. “Algo importante que quiero resaltar es que la comunión se debe recibir en la mano. Después, la persona se tiene que dirigir a su puesto e inmediatamente debe desinfectarse las manos con el gel alcoholado. Otro punto que me gustaría destacar es con respecto a la paz, ahora con la covid-19 no significa que no haya, al contrario, basta con un gesto o asentir con la cabeza como nos lo ha recordado el señor arzobispo”.

De igual importancia, Álvarez certifica que han visitado personas enfermas que no han dado positivo a covid-19. “Un hecho es que la iglesia no puede parar porque no todas las enfermedades están relacionadas al coronavirus. Hoy existen enfermedades corporales y espirituales que nuestra gente está viviendo en este tiempo de pandemia”, afirma el padre, “en algunas ocasiones hemos dialogado con nuestros feligreses por teléfono o por medio de las redes. Esto lo hacemos con el objetivo de ayudar a las personas a no decaer en su fortaleza espiritual. En los últimos meses hemos visto familias con muchos problemas matrimoniales, algunos nos han compartido la situación complicada por la que atraviesan y nuestra intención es hacer llegar la palabra de Dios a sus hogares”.

Por su parte, el padre Israel Ramos, de la parroquia María Auxiliadora de Pueblo Nuevo y la parroquia San Antonio María Claret, ubicada en Hato Pintado, manifiesta que así como se han preparado los comercios y diversas empresas, lo mismo ha hecho la iglesia. “Los templos están pendientes de lo que cada uno debe tener listo, que es su equipo para combatir la covid-19, que incluye los dispensadores de gel alcoholado, termómetros, entre otros”, manifiesta Ramos quien agrega que los templos deben llevar un registro y anotar si alguien presenta fiebre u otros síntomas relacionados con la covid-19.

“En ambas parroquias hemos llevado a cabo los procesos de desinfección. Como lo ha establecido la arquidiócesis, el aforo es del 25%, las bancas ya están adecuadas. En María Auxiliadora el espacio es para 30 personas porque hay que respetar los dos metros de distancia. En la otra parroquia pueden acudir hasta 80 personas aproximadamente”, precisa.

Ramos, quien es el encargado de las catequesis de la Arquidiócesis de Panamá, explica que actualmente están brindando orientación a las parroquias de cómo llevar a cabo esta actividad de manera virtual. “Hay parroquias que están bien avanzadas con la tecnología, y otras en áreas rurales que aún carecen de recursos tecnológicos. Lo cierto es que cada templo tiene que ver su realidad. Las catequesis pueden dictarse por WhatsApp o llamada telefónica. Lo importante es que se continúe efectuando”.

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