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- 03/02/2021 00:00

La ciencia y la tecnología se posicionan como dos pilares fundamentales para el desarrollo de los jóvenes.
Elevar la inversión en ciencia, tecnología e innovación (CTI) en el territorio nacional fue el llamado que realizó la directora de Desarrollo de Capacidades Científicas y Tecnológicas de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), Violetta Cumberbatch, quien aseguró sobre los últimos datos que se han presentado con relación a la inversión que hace Panamá en CTI que solo aporta “el 0,20% del PIB; sin embargo, los países desarrollados invierten hasta el 2% y 7%”.
Argumentó que es necesario contar con los fondos disponibles y con ello proceder a analizar las necesidades reales para que el sector crezca.
Cumberbatch admitió que aún no se cuenta con un sistema maduro que indique que los chicos que se estén preparando académicamente en esta área culminan el proceso de llegar hasta un doctorado. “Aún no sabemos si se podrá tener un laboratorio con un sistema robusto que pueda acoger a todos los investigadores, donde se les puedan garantizar los insumos, equipos o salarios acordes con las actividades que desarrollan, esto todavía no lo tenemos como país”.
En esa línea, consideró que a largo plazo son aspectos que se deben tomar en cuenta para que los científicos panameños puedan efectuar su labor. “Poco a poco hemos visto que se ha ido planificando para que el istmo cuente con estos recursos, pero tenemos una tarea pendiente que es acondicionar los espacios para que los científicos lleven a cabo sus investigaciones”.

En cuanto al futuro y formación de los jóvenes científicos en el país, recientemente la Senacyt junto con el Ministerio de Educación (Meduca) llevó a cabo la primera edición virtual de la XXIII Feria Científica del Ingenio Juvenil, en la que participaron 91 estudiantes de premedia y media que forman parte del programa Jóvenes Científicos, de la Dirección de Desarrollo de Capacidades Científicas y Tecnológicas de la Senacyt.
Los jóvenes trabajaron con un adulto coordinador y un mentor científico para desarrollar investigaciones en temas de salud y medicina, química, biología, física y matemáticas, ingeniería y tecnología, ciencias ambientales, ciencias sociales y del comportamiento.
“Estamos trabajando con varias herramientas a través de la Senacyt para incentivar a los adolescentes a que se involucren en el ámbito científico. En los últimos 23 años esta actividad se ha ido fortaleciendo. Hoy nuestros jóvenes son apoyados por mentores científicos, de tal manera que en el proceso de desarrollo del proyecto se afianza el aprendizaje”, subrayó Cumberbatch.
La dinámica con los participantes (de noveno a duodécimo nivel) consiste en que tienen un periodo de nueve meses para desarrollar su proyecto, donde trabajan en las áreas antes mencionadas en compañía de su mentor y adulto coordinador (profesor).
“Este año los jóvenes tomaron los retos en educación como aprender física y matemáticas, a través de diferentes plataformas. En la feria vimos una alta participación de escuelas públicas y esperamos que se mantenga así”, destacó.
Ganadores
Isabella Rodríguez y Franklin López, estudiantes de la Academia Interamericana de Panamá ubicada en Cerro Viento, ganaron el primer lugar con su proyecto 'Osiris' en la categoría de ingeniería en la Feria Científica del Ingenio Juvenil de la Senacyt. Ellos representarán a Panamá en Regeneron International Science and Engineering Fair (ISEF), que es una de las ferias científicas juveniles más importantes del mundo.

Rodríguez comentó que el proyecto surgió con el propósito de generar energía limpia a través de una plataforma. “Nos pusimos a investigar distintas maneras para llegar a ello y hallamos la energía piezoeléctrica, que está presente en los cuarzos y algunos tipos de cerámica en los cuales se ejerce presión mecánica sobre ellas y estas generan energía eléctrica”.
Explicó que el proyecto impacta a los jóvenes y a la ciencia de distintas maneras porque, pese a que es una energía que en otros países está patentada, en otras naciones no se le está sacando el mayor provecho. “Podemos hacer que esta nueva energía sea tan potente como para abastecer casas, parques y edificios. Estos proyectos incentivan a los jóvenes a seguir investigando e ir más allá del conocimiento que nos dan en la escuela”.
Un aspecto que resaltó Isabella es la participación femenina en la ciencia. “En este ámbito la mayoría de las investigaciones han sido desarrolladas por hombres, a causa de la segregación hacia las mujeres. Hay mucha historia femenina en la ciencia que no se toma en consideración. Hace falta reforzar la divulgación de los aportes de las científicas que hicieron grandes trabajos en el pasado y lo siguen haciendo en el presente”.
Por otro lado, López describió el proceso de llevar a cabo el proyecto en medio del confinamiento. “En un principio fue complicado; empezamos en noveno grado el proyecto y lo terminamos en décimo. No teníamos conocimientos afianzados en física y electrónica, dos aspectos necesarios para realizar el proyecto”, contó el estudiante que destacó la mentoría de Carlos Boya y Anela Gouh para concretar la labor en equipo. “La pandemia nos mantuvo detenidos por tres meses y aunque nos costó ese cambio de la normalidad diaria, por suerte logramos culminar”.
Con relación a su representación en el ISEF, señaló que mantienen reuniones constantes para optimizar y perfeccionar la producción de energía de su proyecto. “Queremos que nuestro trabajo tenga una mejor presentación visual; ahora mismo estéticamente no luce como queremos porque se le ven algunos cables y buscamos mejorarlo. También estamos dedicándonos a traducir al inglés los documentos que presentamos en la feria juvenil, este es un requisito para participar en la competencia internacional”.
Guías
El mentor científico e investigador académico Carlos Boya, de la Universidad Interamericana de Panamá, manifestó que en 2019 se reunió con ambos estudiantes, quienes presentaron su proyecto relacionado con los cristales isoeléctricos, un tipo de generación de energía eléctrica que es emergente.
El proyecto debía ser mostrado en 2020, pero los planes fueron aplazados por la pandemia.

Boya detalló que la idea inicial del proyecto se modificó para que los alumnos pudieran experimentar con una plataforma que tuvieran que construir desde cero y no una que ya estuviera armada.
Posteriormente compraron unos elementos llamados sensores bioeléctricos y con eso procedieron a experimentar, efectuaron varias hipótesis, desarrollaron su proyecto en una base de madera, donde pegaron los sensores y luego la cubrieron con otra base, con el objetivo de que cuando alguien pisara se generara una fuerza sobre los sensores y pudieran encender las luces led.
“Los jóvenes, aunque arrancaron el proyecto en noveno grado, vieron materias como física, aprendieron sobre el manejo del multímetro, soldaron sensores, entre otros procesos. Ellos lograron experimentar el proceso científico, en este caso de ingeniería. Llegaron a la conclusión de que sí se podían prender las luces de la plataforma, bajo este mecanismo”, indicó.
En ese contexto, la profesora y bióloga Anela Gouh, de la Academia Interamericana de Panamá, fue la coordinadora de los ganadores del proyecto. La docente apuntó que para que más chicos se animen a participar en estas ferias es necesario que el educador los motive. “Me interesa que los jóvenes puedan crear y usar sus mentes en beneficio de la sociedad. Trabajar con ambos fue fácil porque les gusta investigar. Mi trabajo fue llevarlos en ese proceso de interpretar y analizar los hallazgos en su pesquisa para que luego hicieran el informe escrito solicitado por la Senacyt”.
Gouh resaltó la importancia de que los profesores otorguen la milla extra para apoyar a los jóvenes que tienen el interés de incursionar en esta área. “Es esencial ayudarlos para que se desarrollen porque ellos son el futuro de nuestro país”.