Etnia negra: cultura y resistencia

PALABRA. T razos que revelan un rostro de labios carnosos, una curvilínea anatomía de ébano, máscaras de diablos, danzas ancestrales. Me...

PALABRA. T razos que revelan un rostro de labios carnosos, una curvilínea anatomía de ébano, máscaras de diablos, danzas ancestrales. Melodías que recuerdan un domingo de iglesia, una hora de fervor. O un carnaval, una fiesta de la carne y del espíritu.

A lo largo de este mes, la música, la pintura, la moda, la cocina y otras expresiones de los afrodescendientes han estado presentes en las diversas actividades conmemorativas del Día de la Etnia Negra, que se celebrará el próximo 30 de mayo.

Si bien los festejos alcanzarán su punto álgido el día de hoy, con un desfile que arrancará en el Parque de la Juventud, en Calle Primera, y finalizará en Calle 11 y Bolívar, de acuerdo con Ricardo Weeks, secretario de la Etnia Negra, desde el 27 de abril se vienen realizando conferencias y eventos en colegios y diversas instituciones del país. ‘Durante el mes de mayo Panamá se ha vestido de negro... y no ha sido suficiente. Tenemos actividades programadas hasta el 9 de junio’, afirma Weeks, quien es más conocido en el ámbito artístico como ‘DJ Black’, su mote de reggaesero.

Como explica el sociólogo Gerardo Maloney, el objetivo es rescatar los aportes de esta etnia que no son tan conocidos como las expresiones más tradicionales, como lo son la cocina, el reggae, las vestimentas. Como director del Centro de Estudios Afropanameños (CEDEAP), Maloney es uno de los organizadores de la muestra ‘AfroPanamá’, que se mantendrá en exhibición hasta el 16 de junio en Mi Pueblito Afroantillano.

A través de este tipo de exhibiciones el autor espera contribuir a rescatar y divulgar un legado que considera ha sido desplazado. Pero que resurge con arrobo renovado cada que un artista afropanameño encuentra un espacio para expresarse. Cada vez que suena un tambor, alguien canta un calypso o un pintor se enfrenta ante la portentosa desnudez de una modelo de piel morena.

HACIENDO VISIBLE LO INVISIBLE

‘Lo que me inspira son las manifestaciones de la costa. Nuestro folclor, el colorido, la alegría, la danza...’, señala Quintin Aguilar Mejía, quien por más de 30 años ha recreado a través del pincel los paisajes de Costa Arriba y Costa Abajo. Son escenarios que reproduce en dos pinturas que forman parte de la exposición colectiva ‘AfroPanamá’, que fue inaugurada la semana pasada.

Afirma que a través de su obra siempre ha tratado de reflejar la marginación de su provincia, donde la actividad económica de la Zona Libre no se permea hacia la sociedad. ‘Al colonense se la menospreciado tanto que en cierta forma ha perdido su autoestima’, asegura el artista, quien el día de hoy participará en el desfile que se tomará las calles de Colón.

A través de iniciativas como el ‘African Fashion Festival’, Cecilia Moreno, directora del Centro de la Mujer Panameña (CEMP), ha promovido la revalorización ‘de la identidad y presencia africana en Panamá’. ‘En Panamá tenemos muchas prácticas culturales, artísticas y símbolos visuales que representan la herencia ancestral africana, que, a pesar de estar presente en todos los momentos de la vida cotidiana (danza, música, forma de vestir, lenguaje, gastronomía, pintura, relaciones comunitarias, etc.) se mantienen ‘invisibilizadas’ para el conjunto de la población’, enfatiza.

Para Maloney ‘el problema de reforzar la identidad no pasa únicamente por las expresiones culinarias o por los vestuarios, pasa también por un proceso de identificación mucho más profundo, que a veces se logra a través de otro tipo de lenguajes, como el arte’.

Moreno pone a las manifestaciones artísticas en la punta de lanza en la lucha del movimiento de la etnia negra por destacar ‘cada uno de los elementos que dan cuenta de la africanidad que está inmersa en la cultura panameña’. Con este propósito, cada 28 de febrero -fecha en que se conmemora la fundación de la ciudad de Colón- Aguilar Mejía y otros artistas colonenses organizan una feria cultural que sirve como vitrina para los pintores, escritores y músicos de esta provincia. Es un espacio donde el arte afropanameño puede respirar nuevamente, a pesar del poco apoyo de las autoridades y de la empresa privada.

¿ESTÉTICA O LUCHA?

Si bien reconoce que el arte y la cultura son dos instrumentos importantes en la lucha por la reivindicación de la etnia negra, la periodista y abogada Gilma Camargo advierte que estas expresiones ‘siguen siendo dominadas por la necesidad de visibilizarnos como etnia y de reclamar derecho a expresión’. ‘Vemos pinturas y bailes congos, ferias afro que reciben apoyo solo dentro del contexto de entretenimiento. Aún no estamos utilizando el arte como expresión documental de nuestras luchas’, apuntó la directora ejecutiva del Instituto de Estudios Políticos e internacionales.

Camargo lamenta el hecho de que hasta el momento solo los artistas del grafiti y de la canción se han atrevido a plasmar la ‘desolación y el abandono de la provincia’, así como la violencia que azotas sus avenidas. Los demás esfuerzos en este sentido, como el que llevó a cabo el profesor Virgilio Araúz Magallón, quien escribió una serie de cuentos documentando la historia de los afropanameños, pasan desapercibidos para el resto de la sociedad panameña. La jurista aventura que tal vez esto se deba al miedo a la represión. ‘Dentro de nuestra memoria histórica sabemos que la expresión artística de protesta va a ser castigada pero hay que asumirla de todas maneras’, asevera.

Si bien Weeks reconoce que muchas de estas iniciativas culturales pasan desapercibidas, comenta que esto no es por falta de apoyo, ya que asegura que ‘cada vez más organizaciones y empresas privadas quieren entrar en el tema de la etnia negra’.

Aún así reconoce que hace falta ‘implementar políticas públicas que lleven al estado a comprometerse a garantizar’ el respeto que la población negra se merece ‘en el ámbito económico y social’, así como en la ‘divulgación de nuestros valores y cultura’. ‘Tienen que ayudarnos a levantarnos, por que una población golpeada no es una República completa. Al final todos somos panameños’, expresa.

Moreno plantea que la única salida a ‘la realidad de manipulación y condicionamiento social’, al racismo estructural que ha sido perpetuado por los ‘sectores dominantes desde el período colonial’, es que lo afrodescendendientes asuman un papel más decisivo en la ‘construcción de un nuevo modelo de desarrollo con equidad y justicia social’. Uno que les permita liberarse de un yugo que persiste desde siglos, solo que hoy en día lo hace bajo la forma de la discriminación y la conveniente distorsión de un pueblo y su historia.

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