Fabular, un ejercicio también centroamericano

Actualizado
  • 13/12/2015 01:00
Creado
  • 13/12/2015 01:00
Para el escritor Sergio Ramírez, la necesidad de unos de contar historias y de otros para contarlas no va a terminar nunca 

Sergio Ramírez afirma que ‘la literatura no deja de ser nunca una emanación imaginativa de la realidad, que se presenta siempre como un escenario…' Y en el caso centroamericano, sus sociedades y contradicciones han sido reflejadas por sus literatos en cada una de sus dimensiones. El escritor nicaragüense, quien además de ejercitar su escritura en varios géneros, ha sido un político de una de las etapas más importantes del siglo XX en la caída de la dictadura de la familia Somoza, luego en la experiencia de gobierno sandinista y al final, en su alejamiento de ella. Le pedimos conversar sobre la literatura centroamericana y accedió, mientras coincidimos en un congreso de comunicación en San José, Costa Rica. El también abogado y periodista, ex vicepresidente de su país, ha publicado una extensa obra que incluye novelas, cuentos, ensayos, artículos periodísticos y narraciones infantiles. Ha sido destacado con distinciones en varios países incluyendo Cuba y México, y ha fundado varias casas editoriales en Centroamérica como la Editorial EDUCA. Es el autor de las novelas Margarita, está linda la mar , Castigo divino , Un viaje de máscaras , Fugitiva , Sombras nada más , Mil y una muertes , y Sara. También tiene varios libros de cuentos.

ALGUNOS BUSCAN EL ORIGEN DE LOS TEXTOS NARRATIVOS AL DECIR QUE SE TRATA DE DAR CUERPO A LAS MENTIRAS, OTROS OPINAN QUE LOS FANTASMAS QUE PUEBLAS LA REALIDAD SON LOS PROTAGONISTAS. ¿QUEDAN TODAVÍA MENTIRAS Y FANTASMAS CON LOS QUE SE PUEDA CREAR LITERATURA EN NUESTRO CONTINENTE?

Yo creo que de manera infinita; América Latina está llena de mitos, de realidades que parecen fantasías, de fantasías que se presentan como realidades y nuestra historia ha sido siempre así, llena de anormalidades, de personajes extraordinarios; por lo tanto es una historia siempre ‘novelable'. Hemos llegado al Siglo XXI pensando que la realidad sigue siendo un gran filón de oro para la novela.

EN UNA ANTOLOGÍA SOBRE EL NUEVO CUENTO CENTROAMERICANO PREPARADA POR USTED, OPINA QUE LA REGIÓN ES UN GRAN ESPEJO ROTO. ¿QUÉ ES LO QUE HACE A ESTE ISTMO CENTROAMERICANO TAN DIFERENTE A OTROS CONFINES DEL CONTINENTE EN ESTAS IDEAS QUE EXPRESA?

Centroamérica es una comunidad de países muy pequeños, de economías débiles; siempre estamos diciendo que somos unos países en desarrollo, pero esto debería tener un plazo; luego sociedades con rasgos comunes de centralismos, pero muy desintegrados hacia adentro y hacia afuera; tienen una capa de barniz urbano muy delgado, pero por debajo siguen siendo sociedades con estructuras rurales y los proyectos de integración económica que tienen que ver con el libre comercio, la libertad aduanera han tenido éxitos a medias y a medias han fracasado. Desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio en Managua en 1960, ya han pasado cincuenta años y no podemos decir que tengamos una comunidad económica y social en Centroamérica por mucha retórica que se haya puesto de por medio. El campo más propicio para enseñar ese rostro común, aunque diverso, es la cultura, la literatura y es allí donde me parece que los entendimientos mayores se pueden lograr si tuviéramos los instrumentos adecuados para hacerlo. Cuando se comienza a recortar un presupuesto por problemas, lo primero que se empieza a recortar es la cultura, que es lo que menos recibe.

¿CONSIDERA QUE INGRESANDO AL SIGLO XXI TODAVÍA TENEMOS ESA CAPACIDAD DE NOVELAR, DE HACER LÍRICA EN LA REALIDAD CENTROAMERICANA Y QUÉ ASPECTOS SON LOS QUE DEFINEN ESTA PARTICULARIDAD REGIONAL?

La capacidad de fabular es infinita y acompaña a los seres humanos. Es una necesidad para un ser humano que le cuenten historias y para otros contarla. Eso no va a terminar nunca en la historia de la humanidad. Y cuando hay historias singulares que contar en Centroamérica, la literatura tiene sus alimentos propicios. No muchos de estos temas son felices o por lo general, podemos decir que son temas infelices, de donde la literatura se alimenta; la marginación, la pobreza, el narcotráfico, la migración forzada hacia las fronteras de los Estados Unidos de los pueblos centroamericanos más pobres. Todos esos son temas que van a dar a la novela, no porque ella se ocupe de esos temas generales, sino porque allí hay dramas individuales, las vidas se trastocan, cambian con estos fenómenos y por tanto es allí donde esos aspectos entran en la novela.

¿EN CUÁL DE LAS ÁREAS USTED SE SIENTE MÁS CÓMODO EN TRABAJAR, EN LA NARRATIVA CORTA, LA NOVELA O LOS ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS QUE A MENUDO SE ENCUENTRAN EN LA PRENSA INTERNACIONAL?-

Eso depende de lo que uno quiera, de la intención que tenga de trabajar cada género. A mí no me preocupa confundir cuando deba escribir una novela a cuando un tema de ella pueda dar un cuento y me siento bien en los dos géneros. Empecé a escribir cuentos, no novela; a ella entré años después. Me entrené para escribir cuentos. Domino la técnica de escribirlos, después de tantos años de hacerlo y para mí es un género aparte paralelo al de la novela. Ella es una aventura más complicada. Cuando me voy a sentar a escribir una novela es como hacer un viaje trasatlántico, puede tomar años. Mientras que un cuento lo puedo resolver en un día. Son técnicas completamente diferentes. A los artículos periodísticos yo sí les pongo atención literaria. Cuando escribo uno, no lo hago a las greñas, sino que reviso el texto como si se tratara de uno literario; pero esta es otra ocupación.

CUANDO UNO ANALIZA SU OBRA NOVELÍSTICA, SE ENCUENTRA QUE EN GRAN CANTIDAD DE ELLAS, EL PROTAGONISMO FEMENINO ES FUENTE EN ESOS TEXTOS. ¿CUÁL ES SU VISIÓN DE LA PRESENCIA DE LA MUJER EN SU OBRA NARRATIVA?

Sería absurdo pensar en la novela con ausencia de las mujeres. Narrar un mundo masculino sería absurdo. Las mujeres, antes se decían que eran un complemento. Ahora decir eso, sería reaccionario. La mujer es un sujeto narrativo imprescindible. Yo pretendo una revaluación del papel de la mujer como sujeto narrativo y tratar de darle otro protagonismo y verla desde otro ángulo. Es lo que he hecho en La fugitiva , y en Sara. Es decir, la mujer frente a una sociedad patriarcal, tratar de desentrañar ese papel dentro de esas perspectivas.

DIJO QUE SU OBRA SE UBICA EN UN PERIODO DE CAMBIO EN EL CONTINENTE Y LLAMA LA ATENCIÓN QUE EN EL TEMA O TRASFONDO DE SU ÚLTIMO TRABAJO NOVELÍSTICO, SARA HACE UNA REVALORACIÓN MUY INSPIRADA EN LOS TEXTOS BÍBLICOS. ¿QUÉ IMPORTANCIA TIENE PARA USTED ESTE TIPO DE ENFOQUE EN ESTA ÁREA?

Yo siempre he encontrado que los textos bíblicos son una fuente inagotable de literatura; son literatura en sí mismos, pero tienen una fuente inagotable de alusiones que despiertan interés, que contienen temas atractivos, narraciones cortas, novelas, teatro. Lo han hecho muchos escritores, desde José Saramago hasta Thomas Mann y William Faulkner, bueno, esa ventana siempre ha estado abierta para mí como lo estuve en Sara , aunque no es que vaya, dentro de mi carrera literaria, a enfocar textos bíblicos, pero están allí.

¿HAY ALGUNA DIFERENCIA EN EL TEXTO DE ESTA NOVELA CON RELACIÓN A SU ESTILO ANTERIOR?

Creo que sí. Uno en cada novela percibe un estilo diferente y esto tiene que ver con el tema que va a elegir y va resolviendo diferente forma de narrarlo. A la hora de escribir Sara , me encontré con pocos elementos visibles reales y la mayoría tenía que crearlos. En un mundo bastante minimalista, un desierto, una tienda donde viven unas personas aisladas, que le llegan a visitar de vez en cuando, unos empleados; entonces es una vida muy limitada, en cuanto a los objetos que uno puede enumerar o mostrar. Y eso está condicionado a la escritura.

Y SI PENSÁRAMOS EN ESA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI Y LA COMPLEJIDAD QUE ADQUIERE; ¿QUÉ TIPO DE LITERATURA SE PODRÁ ESPERAR PARA ESA SOCIEDAD?

La literatura adulta también tendrá muchas variantes y ya lo estamos viendo; las novelas gráficas, que antes eran vistas como una forma de literatura pop, hoy están revalorizándose. La novela también va a seguir viéndose como un gran campo de experimentación y que va a tener áreas inexploradas todavía por nosotros. Es decir, la forma de contar va a variar muchísimo y eso va a depender esencialmente de la tecnología.

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