La grúa Titán ¿patrimonio industrial o chatarra?

El investigador Carlos Mateo Caballos impulsa su preservación mientras denuncia que está siendo desmantelada. El futuro de este ícono de la ingeniería del siglo sigue siendo incierto

La grúa Titán reposa inmóvil en Gamboa, sobre el cauce del Canal de Panamá, como un testigo de hierro de las tensiones geopolíticas, los avances tecnológicos del siglo XX y la desidia del presente. Con 115 metros de altura —más que la Estatua de la Libertad— esta mole flotante de origen alemán acumula historias de guerra, ingeniería y patrimonio, pero su destino esta lejos de un museo.

La alarma sobre su posible desmantelamiento fue encendida por el investigador Carlos Mateo Caballos, quien ha dedicado los últimos años a documentar su historia y proponer su conservación como patrimonio industrial. En entrevista con La Decana, reveló que “por instrucción o por dejadez, personal del Canal ha comenzado a tomar partes de la grúa para reparar otras máquinas”. Esa práctica, según él, representa una negligencia institucional: “Si se subasta, se vende y ya, pero que la misma institución decida achatarrarla es grave. Se trata de un bien con enorme valor histórico y tecnológico”.

Una propuesta que encontró respaldo y detractores

En 2022, el investigador presentó su propuesta en el marco del “programa de residencias de investigación del Centro de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Culturales (CIHAC AIP)”, una iniciativa impulsada por el Ministerio de Cultura (MiCultura). El proyecto planteó un registro riguroso del patrimonio industrial panameño, comenzando por el caso de la grúa Titán.

“El registro de restos materiales e inmateriales de la cultura industrial en Panamá ha sido muy escaso y fragmentado”, se lee en la Memoria 2022 del CIHAC. “Hay una deuda de las instituciones culturales hacia la conservación de este tipo de patrimonio”.

Caballos desarrolló un trabajo para entender el significado que tiene la grúa y dar una salida coherente, responsable y que no sea desde el punto de vista económico. “Hay tres puntos claves que tiene para Panamá y para el mundo (...) el valor tecnológico, la cultura de trabajo y la historia universal”, detalló.

El valor tecnológico es considerado el principal, según Caballos, “esta grúa construida en un momento histórico donde el desarrollo tecnológico armamentístico era más fuerte, supone que era la grúa más potente del mundo y se mantiene así por varias décadas”, destacó.

El investigador aseguró, además, que la grúa tiene un alto valor en la cultura del trabajo, considerando que la división de dragado del Canal de Panamá “es una de las más importantes, por todo el equipo humano que hay detrás, lo que ha hecho posible que esta grúa esté en el país (...) hay personas que mantienen y gestionan estos equipos, los hacen valer”, añadió.

La propuesta fue respaldada por la Cámara de Comercio Alemana-Panameña, la Embajada de Alemania y el propio CIHAC. Incluso se planteó la creación de una fundación o patronato legalmente constituido para recibir la grúa y asumir su restauración. “La Cámara de Comercio nos dijo: ‘Nos interesa el proyecto, podemos enlazar con las empresas alemanas que construyeron esto’”, recordó Caballos.”Pero al tocar las puertas del Canal de Panamá, la burocracia detuvo el impulso”, aseguró.

Según relató el investigador, el Canal contrató una consultoría para estudiar cómo deshacerse de la grúa. Entre las opciones estaban: venderla, hundirla o convertirla en chatarra. “Me reuní con el capitán y con trabajadores que conocen su funcionamiento. Me dijeron: ‘Carlos, esto tiene posibilidades’. Pero si no hay voluntad institucional, no hay forma de rescatarla”, lamentó.

Las prioridades

Titán podría ser una atracción turística o un centro de interpretación histórica. De hecho, entre las ideas planteadas estaban: convertirla en mirador, museo flotante o emblema cultural. “La apropiación por la sociedad panameña llegará cuando empecemos a hablar de ella, hacerla parte del paisaje local y mostrarla con orgullo”, señala la memoria del Cihac.

“Pero el Canal tiene otras prioridades: las lluvias, el calado de los buques, el flujo comercial. La grúa, que fuera símbolo de potencia y precisión, se ha convertido en un problema logístico que nadie quiere asumir”, señaló Caballos.

“La aceptación popular es muy alta, pero el Canal lo que quiere es quitarse ese problema de encima. Yo les dije: ‘Vale, yo quiero tener ese problema. Pero ayúdenme’”.

¿Qué dice la ACP?

En 2024, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) emitió una Solicitud de Información (RFI) sobre la grúa Titán III para explorar su posible “venta y traslado a través de licitación pública internacional”. La ACP aclaró que este proceso no implicaba aún una decisión definitiva, sino que buscaba recopilar propuestas logísticas, técnicas y financieras de interesados en adquirir el activo.

Ante la reciente declaración del investigador Carlos Mateo Caballos, la ACP respondió a este medio: “Actualmente, los recursos financieros y humanos del Canal están enfocados en garantizar la continuidad y sostenibilidad de sus operaciones, así como en impulsar proyectos estratégicos para beneficio del país. Esto incluye iniciativas prioritarias como el desarrollo de infraestructuras para la protección del recurso hídrico, esenciales para asegurar el abastecimiento de agua potable a más de dos millones de personas y mantener la operación del Canal frente a los desafíos del cambio climático”.

La entidad añadió que la grúa flotante Titán, “es un equipo emblemático que por más de dos décadas ha servido con eficiencia en las operaciones de mantenimiento de la vía interoceánica. Su robustez y trayectoria la convierten en un referente histórico dentro del patrimonio industrial del Canal”.

Reiteraron que tras cumplir su ciclo de vida útil, la grúa Titán fue retirada de las operaciones y situada en la flota de reserva. Esta decisión responde a criterios técnicos, de eficiencia y de seguridad, y se enmarca en el proceso de modernización continua de nuestra infraestructura, que incluye la incorporación desde 2022 de la nueva grúa flotante “Panquiaco”, con mayores capacidades operativas.

“Entendemos que existen propuestas ciudadanas para que la grúa sea convertida en un atractivo turístico. Si bien valoramos estas ideas, su implementación requeriría una inversión significativa en adecuaciones estructurales, personal especializado y mantenimiento, sin dejar de considerar los costos asociados a la seguridad de los visitantes y la habilitación del espacio para fines recreativos”, concluyó la ACP.

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