Cientos de mujeres de Santa María Coapan, una comunidad del central estado mexicano de Puebla, participaron este domingo en la tradicional Carrera de la...

- 05/08/2025 00:00
Mariana Rengifo Rolo fundó Damas Tee Time para impulsar a las mujeres a jugar golf. En sus inicios en este deporte, durante la pandemia, se encontró con una brecha de género que quiso abordar. De profesión ingeniera industrial, además de instrumentista y autora del libro La novia del golfista, Mariana entró en este “juego de caballeros” con el fin de aportar la virtud femenina a la disciplina. Hoy se desempeña como directora ejecutiva de la Asociación de Golf de Panamá.
Yo arranqué a jugar en la pandemia y, cuando salgo al campo, me doy cuenta de que no hay mujeres jugando o hay muy poquitas. Era un ambiente de 1.900 o 2.000 golfistas y solo 50 estaban inscritas en la asociación, aproximadamente. Y dije: ‘No, esto no está bien’. Esa proporción es muy abismal. Y arrancamos con la ayuda de los clubes y de varios profesores a promover el golf femenino y a hacer que más mujeres entraran a jugar. Hice una investigación con la gente de Love Golf en el Reino Unido. Ellos tienen una promotora de golf allá, todo un movimiento, y 50 profesores que dan clases a mujeres, tienen un sistema distinto. Entonces, comenzamos a usar ese método y las mujeres comenzaron a multiplicarse. Hoy yo nada más tengo en un grupo de WhatsApp a más de 100 mujeres y estamos recibiendo 25 o 30 mujeres mensualmente interesadas en acercarse al deporte.
El golf tiene una historia machista, oscura y larga. Es más, dicen que la palabra golf tiene el acrónimo Gentlemen Only Ladies Forbidden [Solamente caballeros, mujeres prohibidas]. En aquel entonces existían clubes que tenían prohibido el paso a las mujeres. Estamos hablando de muchísimos años atrás. Hasta hace poco, de hecho, el Masters de Augusta no permitía mujeres dentro de su asociación ni de sus clubes. La persona que hizo el sistema de hándicap fue una mujer. Entonces, hay mujeres detrás, en la parte operativa del golf, que finalmente fueron excluidas y dejadas a un lado. La reina de Escocia abre los campos de Escocia para el juego abierto de la población y es allí donde comienza un tema de machismo social a cerrarse. Antes, a las mujeres se les daba el Putting Green, que es la parte con menos actividad física del golf.
Nosotros teníamos que corregir ese balance, porque no había mujeres divirtiéndose jugando golf. El año pasado tuvimos 44 damas en el torneo de Halloween. El premio al mejor disfraz fue para una momia. Para nosotras, un torneo de Halloween es maravilloso: yo me puedo disfrazar y reírme de mi compañera porque está tratando de golpear con todo ese aparataje y la estoy pasando divino. Al día siguiente estoy a un nivel competitivo, entonces tú dices: ‘Oye, así somos las mujeres’. Somos vida, somos luz, somos risa, somos madres, somos amigas. Somos muy exigentes con nosotras mismas en todo, el perfeccionismo social es una consecuencia. Entonces, ese fue un poquito el espíritu que se quiso dar con Damas Tee Time, el de ‘vamos a aprender todas y ayudarnos las unas a las otras’. Yo entendí que un grupo de hombres decía: ‘Hey, ven acá, vámonos a jugar’ y el hombre respondía: ‘Sí, dale, yo voy’. Jugaba y no importaba si le iba bien o mal, simplemente la pasaban bien. Eso no lo puedes hacer con una mujer. La cantidad de mujeres a las que yo le he dicho: ‘Hey, vamos a jugar’, y me responden: ‘Ay, estoy aprendiendo todavía, no sé suficiente’.
Estuve diez años con mi novio sin saber que era golfista. Comencé a aprender. Antes de eso, no habíamos discutido nunca. Comenzamos a tener peleas feas. Cuando se lo comentaba a otras personas, me decían que también les pasaba. Este libro es para que más personas se identifiquen. Cuando comencé a jugarlo, yo dije: ‘Algo pasa aquí, me encanta esto: la naturaleza, el ejercicio, el sol. ¿Por qué más mujeres no están aquí? Si esto está casi que dibujado para las mujeres, para nosotras’. Y bueno, así comenzó todo, y el año pasado me dediqué a escribir. Este libro tiene como año y medio de haberlo escrito.
Hicimos una encuesta a 56 mujeres y les preguntamos: ‘Oigan, ¿qué han vivido con sus parejas?’, ‘¿Qué nos recomiendan?’, ‘¿Cómo solucionarlo?’. También les preguntamos a quienes no tienen pareja qué buscarían en una. Entonces, con toda la información de la encuesta, logramos ensamblar un libro que ayudara a todas las parejas para que no pasaran por lo mismo.
Yo veo la vida como un crucero, un viaje. Tú compraste un tiquete al nacer y tu viaje dura 30, 40 o 90 años. ¿Por qué hacerlo aburrido? ¿Por qué pelear? ¿Por qué hacer el viaje tan pesado? Cuando ves lo efímera que es la vida, lo rápido que se te puede ir, llega un punto en que dices: ‘Mañana me visto de rosado con amarillo y verde, salgo a jugar golf y me divierto con la persona con la que decidí compartir parte de esta vida’. ¿Por qué esperar a estar lista para pegar, o a que yo misma decida que estoy lista? Yo misma soy el árbitro. El coach te dice: ‘Ya puedes salir a la cancha’, y tú dices: ‘No, no puedo salir todavía, no estoy lista, no’. ¿Por qué? Ese es el gran aprendizaje que he tenido al ver a tantas mujeres que hoy no saben jugar nada y a las que les digo: ‘Ven, conmigo a la cancha’. Me dicen ‘No, no, no’, y yo les respondo: ‘¡Vente conmigo ya a la cancha, vamos!’. Así logramos crear algo que se llama Amateur más Aprendiz, donde nosotras llevamos a tres damas que están aprendiendo. Vamos a la cancha, a pegarle. Y esto está hecho para personas de cualquier edad: solteras, divorciadas, con pareja, de todo.
El golf es tan benevolente que hasta tiene una parte para personas con capacidades especiales. Puedes seguir a una persona que perdió una pierna o a otra que golpea con un solo brazo. Hasta hace poco también había una chica con autismo, y hay gente con síndrome de Down jugando. Tenemos gente de todos tipos, fenotipos y genotipos: altas, bajitas, como las dibujes, las tienes. Es más, tenemos personas que están aprendiendo a jugar, madres que tienen 60 o 65 años y juegan. Mi mejor maestra de golf tiene 79 u 80 años. Son compañeras de vida. Juego con otra que tiene 83 años. No hay edad, realmente. Puedes comenzar ya. Eso es lo bueno, que no tienes que tener experiencia, no tienes que saber.
El golf te da un nivel de enfoque en el aquí y el ahora que empiezas a aplicarlo fuera de la cancha. Cuando estás viendo la bola, si piensas en algo más, es un mal golpe. En ese momento solo existen la bola, el palo de golf y tú. Nada más. Tu mente se tiene que poner en blanco para poder pegar. Es la forma más fácil, yo digo que es una meditación activa. Cuando les digo a las muchachas: ‘No, es que estoy pensando’, les digo: ‘No, no, no. Ya te enseñaron. Ahora ponte en blanco y deja que el cuerpo haga lo que le enseñaron’.
El golf es mi forma de ser rebelde con el sistema y decir: ‘deja tu teléfono a un lado y entra a un mundo distinto en donde te puedes disfrutar a ti mismo, compartir con amigos, deja tu teléfono, deja las redes’.
El golf es la mejor inversión que puedes hacer ahorita en tu vida para tu salud en la tercera edad: física y mental. El año pasado se publicó que el golf era el deporte con mayor esperanza de vida. Hay deportistas de edad avanzada que están jugando. Hay naturaleza, actividad física y sociabilidad. Vas a tener sol, un grupo de gente con quien hablar, por lo menos una vez al mes o todos los fines de semana, y vas a estar haciendo actividad física.