Piezas arqueológicas, la recuperación de la historia panameña

Actualizado
  • 12/09/2022 00:00
Creado
  • 12/09/2022 00:00
Estas piezas enfrentan el reto de consolidarse como un referente que atraiga a la población, incluyendo a los estudiantes, para que se apropien de su significado y de esta manera se conviertan en partícipes de su recuperación
Vista de una de las piezas arqueológicas, que llegaron desde Países Bajos a Panamá.

El Gobierno de Panamá anunció con orgullo la repatriación de 343 piezas arqueológicas de material cerámico prehispánico procedente de los Países Bajos, que llegaron la semana pasada. Las imágenes de funcionarios desempacando piezas de alfarería trascendieron a través de medios y redes sociales. Pero, ¿están conscientes los panameños del valor real de estas piezas?

Consultado sobre el tema, Luis Camarena, un joven de 20 años, comentó que nunca ha asistido a un museo por lo que el retorno de piezas antiguas no es algo que le llame la atención.

“Solo sé que algunas tienen formas de taza, plato, vasos y de figuras de animales o algo así”, dijo.

Con Camarena, muchos pueden ser los panameños que se sientan identificados. Pero es notable que estas piezas, cuyo valor cultural ha sido reconocido a escala local e internacional y que ayudan a reconstruir la vida de nuestros antepasados, enfrentan el reto de consolidarse como un referente que atraiga a la población en general, incluyendo a los estudiantes, para que se apropien de su significado y de esta manera se conviertan en partícipes de su recuperación.

Pero todo parte de la educación y de cómo se impulsa el tema. David Martínez, presidente de la Asociación de Antropología e Historia de Panamá, señaló que este proceso se podría realizar a través de programas educativos más allá de las visitas a los museos que las escuelas programan para sus estudiantes y donde los profesores explican la importancia de conservar y preservar las piezas arqueológicas y paleontológicas.

Recomendó al Ministerio de Educación (Meduca) crear una política pública que esté orientada a que niños, jóvenes y adultos conozcan la importancia que tiene el patrimonio cultural para la nación.

“Todo eso tiene que manejarse desde la educación social y dirigida a las comunidades, a los pueblos, escuelas y universidades”, expresó Martínez, quien es docente y antropológo.

Aunque la guaquería y el mercado negro destruyen constantemente el patrimonio arqueológico, el docente aclaró que otra forma de hacerlo es el abandono, la falta de presupuesto, los fenómenos climáticos que aumentan en los países, la carencia de políticas públicas y la baja participación de la sociedad civil.

“Es importante tomar en cuenta la participación de la sociedad civil para seguir mejorando las leyes. A pesar de que tengamos un cuerpo jurídico, debemos ir adecuando [esa participación] y mejorando cada día más”, manifestó Martínez.

A través de los atributos que tienen las piezas arqueológicas y precolombinas, los antropólogos pueden elaborar hipótesis de cómo era el arte, la vida cotidiana y la simbología de estos grupos poblacionales.

En Panamá existen piezas que datan del año 250 d.c hasta la época del contacto. Por ejemplo, hay vasijas de barro y piedra, con hachas y puntas de flecha. También existen modelos de ornamentos hechos de huesos de animales, metales como el oro y las conchas de espondylus, que eran utilizados para hacer pendientes, detalló Yamitzel Gutiérrez, antropóloga de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural de Micultura.

El manejo y preservación de las piezas arqueológicas es un tema complejo. A las pieza se les hace una catalogación con el objetivo de determinar las medidas, de dónde provienen, a qué región arqueológica panameña corresponden, de qué tipo de material son, si son cerámica o u otro material, explicó Lineth Montenegro, directora Nacional de Patrimonio Cultural de Micultura.

Después de este proceso, pueden ser llevadas a los museos para su exhibición o con destino a las bodegas, que es donde muchas llegan.

La Asociación de Antropología e Historia de Panamá cree que como todo en la administración pública, el asunto son los presupuestos del Estado, las políticas públicas y el interés que puedan tener las autoridades en desarrollar la cultura.

Aunque Panamá cuenta con una Ley de Cultura y un ministerio, los antropológos coinciden en que los resultados no serán visibles si no se dotan de los recursos necesarios, ya que el estudio de la cultura y de nuestro patrimonio no serán visibles sin el tema económico.

Otra vulnerabilidad es que se debe dotar a la Escuela de Antropología con más profesionales, equipos y laboratorios.

Para mantener este acervo, Montenegro recomendó establecer un programa de exhibiciones y de investigaciones que pongan en valor nuestra historia prehispánica.

“La reapertura del Museo Reina Torres de Araúz en 2023 abre una puerta con muchas posibilidades”, destacó.

El museo se muestra como una respuesta al rescate de la historia arqueólogica, que con una inversión de $14.7 millones y un avance del 38.51%, tendrá acciones de conservación y restauración, que incluyen dos salas de exhibición permanente y dos salas de exhibición temporal, un edificio especial de resguardo para mantener las piezas conservadas y la nueva museografía que es la última parte de este proyecto de renovación.

El edificio de resguardo será soterrado y albergará unas 15 mil piezas, la más importante colección arqueológica nacional.

Una apuesta por la repatriación

Pese a los altos y bajos, el presidente de la Asociación de Antropología e Historia de Panamá destacó que Panamá aporta a la literatura arqueológica desde el cuerpo legal de la Constitución, la Ley de Cultura, acuerdos internacionales y la repatriación de bienes culturales.

Mientras que la Directora Nacional de Patrimonio Cultural de MiCultura enfatizó que desde 1982, Panamá inició la repatriación de piezas arqueológicas.

Dijo que hasta la fecha, existe una estimación de más de 500 piezas recuperadas. A estas se suman las 343 piezas que se enviaron de los Países Bajos, lo que es catalogado como “uno de los eventos más importantes, por la cantidad de objetos prehispánicos”.

Montenegro señaló que la razón por la que algunos países tienen en su poder piezas arqueológicas de Panamá se debe a que antes de los años 70, personas que se dedicaban a explorar tierras panameñas encontraban estos bienes y se los llevaban sin reportarlos al Estado.

Para la canciller de Panamá Eryka Mouynes “ la repatriación es un ejercicio importante”, y la culminación del proceso que ahora corresponde, permitirá exhibir estos bienes culturales en nuestros museos.

De acuerdo con información reseñada por Richard Cooke en La Estrella de Panamá (2017) hay piezas arqueológicas en instituciones de Estados Unidos, como el Peabody Museum of Archaeology and Ethnology, de la Universidad de Harvard.

A este se suman el Museo de Arte de la Universidad de Princeton, el Museo de Arte de Denver, el Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pensilvania, el Museo del Hombre de San Diego, el Museo del Indio Americano del Smithsonian y el Museo de Arte Metropolitano.

La canciller comentó que ya han detectado que países como Alemania, Noruega, Italia, Estados Unidos, Colombia y México cuentan con piezas panameñas. Adelantó que para cada proceso ya han enviado cartas y han realizado las respectivas notificaciones sus gobiernos.

“Recuperar nuestra historia es importante para esa identidad que tenemos todos, es un valor no solo para esta generación sino para las que vienen. Hay piezas que forman parte de un rompecabeza y nsi no las tenemos completas, no podemos entender las civilizaciones que pasaron por Panamá”, enfatizó Moynes.

El arqueológo Martínez resaltó que con las piezas arqueológicas, estamos llamados a proteger estos recursos y a entender el contexto más allá de que sean objetos con un valor económico. “Las piezas tienen realmente un valor mucho más simbólico, más allá de lo que representa intentar robar una pieza de nuestro pasado”, concluyó el presidente de la Asociación de Historia y Antropología de Panamá.

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