Rescatar la biodiversidad

Actualizado
  • 22/01/2022 00:00
Creado
  • 22/01/2022 00:00
La biodiversidad, base de la seguridad alimentaria, está hoy agudamente amenazada. Un millón de especies están en riesgo de extinción, y las cifras aumentan rápidamente
Los ecosistemas caen bajo el embate de la cadena explosiva que producen las temperaturas extremas actuales.

Se estima que hay 8.5 millones de especies vegetales y animales. Componen la biodiversidad. Son imprescindibles para la continuidad del planeta. La biodiversidad es la base de la seguridad alimentaria, millones de especies ayudan a cuidar los suelos necesarios para el cultivo de las frutas, los vegetales, y los productos animales que pueden conformar una dieta equilibrada.

Bruno Oberle, presidente de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), afirma: “estamos impactados por los animales mayores, pero deberíamos tener en cuenta que si desaparecieran los insectos la vida humana no sería posible”.

La biodiversidad está hoy agudamente amenazada. Un millón de especies están en riesgo de extinción, y las cifras aumentan rápidamente. Según la UICN, están desapareciendo especies a una velocidad entre 100 y 1,000 veces mayor a la natural.

Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), entre 1970 y 2016 las poblaciones mundiales de mamíferos, aves, anfibios, reptiles, y peces, bajaron en un 68%. En América Latina fue aún peor, se redujeron en un 94%.

La casi totalidad de las metas de Aichi, una estrategia mundial de preservación de la biodiversidad fijada para el decenio 2011 al 2020, no se cumplieron.

La destrucción de biodiversidad es resultado principalmente de acciones humanas. Es agredida a través del cambio climático y el calentamiento global. La emisión en gran escala de gases de efecto invernadero ligada a las industrias basadas en combustibles fósiles, ha hecho subir la temperatura a niveles récord, y desestabilizado buena parte de los equilibrios climáticos. Ha creado hábitats imposibles de habitar para un número creciente de especies, desde las abejas hoy en peligro de desaparición, lo que dejaría a los vegetales sin el agente polinizador, hasta los bancos de corales, una tercera parte de los cuales ha perecido.

Los ecosistemas caen bajo el embate de la cadena explosiva que producen las temperaturas extremas actuales. Se suceden los deshielos de las grandes superficies árticas, la subida de los mares, el aumento de la fuerza de los huracanes, las inundaciones, los megaincendios, las sequías, la degradación de los suelos, la desertificación. Junto a ellos hay ataques continuados a la biodiversidad a través de la deforestación, el apoderamiento de amplias áreas del Amazonas por intereses inescrupulosos, la superexplotación de la tierra y del mar, la violación de parques protegidos, la caza ilegal, la minería salvaje, y otras acciones semejantes.

Se han encontrado lo que se llama “bosques vacíos”, donde los animales fueron exterminados o tuvieron que huir.

Toda la humanidad está siendo afectada por la pérdida de biodiversidad, pero los más débiles mucho más. Viven con frecuencia de los recursos naturales.

La ONU estima que el 80% de ellos está viendo comprometida su subsistencia. Entre ellos los indígenas, y los pequeños campesinos.

La opinión pública mundial, hasta hace poco desconocedora del problema, está tomando conciencia.

Según una encuesta de Boston Consulting, el 70% de entrevistados estaba mucho más consciente y alarmado.

La reciente Cumbre Mundial de la Biodiversidad aprobó proteger legalmente el 30% de la tierra y los océanos para 2030.

Una joven líder indígena describió así la situación ante los 30.000 decisores reunidos en la Cumbre Climática de Glasgow: “En el Amazonas, donde vivo, la tierra dice que no tenemos más tiempo. Los animales están desapareciendo, los ríos están muriendo y nuestras plantas no florecen como antes”. Agregó en un mensaje de validez universal “No cierren sus ojos a la realidad”. Urge actuar.

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