Entre rosas y espinas Panamá celebra el Día del Niño

Actualizado
  • 16/07/2022 00:00
Creado
  • 16/07/2022 00:00
La festividad tiene lugar el tercer domingo del mes de julio. Unicef Panamá y miembros de la Red Nacional de Apoyo a la Niñez y Adolescencia de Panamá dan detalles sobre la situación de los derechos de la niñez, tras dos años de pandemia y en medio de un complejo escenario social y político

En medio de un complejo escenario social y político, Panamá celebra mañana, domingo 17 de julio, el Día del Niño y la Niña. Cerca de 1,3 millón de niños y adolescentes panameños (31% de la población) serán los actores principales de esta celebración marcada por dos años de pandemia, seguidos de un estallido social, principalmente por el costo del combustible y la canasta básica de alimentos.

De frente a la festividad y tras la implementación acelerada de la tecnología en la educación, pérdida de clases, clases virtuales, situaciones económicas desfavorables para algunos sectores de la sociedad, pérdida de seres amados y, en los últimos días, rodeados de protestas, diálogos, vandalismo y violencia, ¿cuáles son los avances y retos en cuanto a los derechos de la niñez en Panamá?

“El país tiene una deuda grande que se mantiene gobierno tras gobierno, con la niñez y la adolescencia”, asegura Ramón Alemán Arias, miembro de la Red Nacional de Apoyo a la Niñez y Adolescencia de Panamá. Explica que en el istmo no hace falta leyes a favor de esta población, el reto está en su implementación. “Se creó el Código de la Familia, hace poco que se aprobó la ley que establece un Sistema de Garantías y de Protección Integral de Derechos de la Niñez y la Adolescencia, tenemos una cantidad de leyes muy buenas en Panamá, pero nunca se terminan de implementar adecuadamente, por tanto, tener leyes bonitas que no se logren implementar afecta a que se dé un avance positivo en los derechos de los niños”, afirma.

Sostiene que “se acaba de aprobar la ley de protección integral de la niñez, un documento lleno de buena fe, de muchas cosas que las lee y en el papel se ve bonito, pero el cómo eso se va a implementar no existe; entonces hacemos leyes muy hermosas que las lees y dices 'aquí está la solución', pero después no se implementan”.

Cerca de 1,3 millón de niños y adolescentes panameños (31% de la población) serán los actores principales de esta celebración.

Detalla que “cada cinco años cambiamos la metodología de trabajo que realizan las instituciones del Estado para abordar el tema de fortalecer la niñez, adolescencia y sus familias. No todas las políticas que hace el gobierno anterior son malas; coja lo bueno y sígalo”.

El gobierno de turno “pone el personal adecuado en cantidad y preparación, pero llega el nuevo gobierno y vota a la gran mayoría de funcionarios preparados para poner a otros que vienen a cambiar todo lo que hizo la administración anterior. No hay continuidad en las políticas”, sostiene.

Coincide con Alemán Arias, Idian Reiss Flores, directora del Orfelinato San José de Malambo.

Reiss, conocida como sor Lourdes, destaca que “el gobierno tiene que hacer un alto y reflexionar sobre las políticas sociales de niñez”.

Cada día que los niños no asisten a la escuela a recibir clases se retrasa el proceso de recuperación del aprendizaje.

“Hemos trabajado mucho sobre eso, pero muy poco se cumple. La ley que sanciona a un victimario que violó a una menor de edad no se cumple como debe ser. Ahora tenemos la famosa ley de protección integral. No se está haciendo nada, eso era para que se analizara bien, se nombraran comisiones de trabajo y se viera bien el cumplimiento. Tenemos las normas, pero no se cumplen como debe ser”, asegura sor Lourdes.

Derecho a la educación

“Una de las deudas más grandes que existe ahora mismo con la niñez es el tema de la educación”, asevera Alemán Arias. Agrega que “si un país no logra que su niñez y adolescencia se eduquen, con una educación de calidad, vamos a ser un país con consecuencias negativas”. “En Panamá”, prosigue, “la cantidad de muchachos que aplazan los estudios, reprueban o desertan es cada vez más alta. La pandemia perjudicó, es verdad, pero no hubo una voluntad general para hacerlo de mejor manera. Pensamos que la ministra de Educación tuvo la mejor buena fe, pero tiene que contar con el apoyo de los educadores que son los principales”.

El representante de la Red Nacional de Apoyo a la Niñez y Adolescencia de Panamá considera que “cada vez que un educador, justificada o injustificadamente, desea protestar, desea mejorar su condición y desea mejorar la calidad de la educación, se va a una huelga y deja a los estudiantes sin atención; eso no se remedia fácilmente y los que sufren son los estudiantes, su calidad de educación y posiblemente los estemos condenando en un futuro a no llegar a un trabajo adecuado”.

Panamá cuenta con la Ley 285 del 15 de febrero de 2022 que crea el Sistema de Garantías y Protección Integral de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia.

En cuanto a inversión, en Panamá “el 3% del producto interno bruto se invierte en educación, cuando debiera ser mínimo el 6% que se recomienda para los objetivos del desarrollo sostenible”, asevera Alemán Arias.

Mientras que sor Lourdes anota que aunque Panamá reconoce los derechos de los niños “hay mucho que hacer en cuanto a la educación”.

“Hay algunos esfuerzos, pero falta mucho”, reitera sor Lourdes. Cuestiona la falta de estructura en algunos sectores del país. “¿Cómo es posible que en el siglo XXI Panamá tenga escuelas destruidas y haga falta escuelas en algunos lugares? También vemos el caso de los niños de las comarcas, que exponen su vida día a día pasando los ríos colgados de sogas o cables porque no hay puentes”.

En cuanto a la educación virtual, la directora del Orfelinato San José de Malambo asegura que “hay miles de niños que no tienen computadora, tablet o celular, esto es un asunto que el gobierno tiene que ver cómo resuelve pronto, porque la tecnología va avanzando y ojalá Dios quiera Panamá no sea de los últimos en adaptarse en este tema”.

Todos los niños y adolescentes tienen derecho a una vida libre de violencia.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia Panamá (Unicef) señala a La Estrella de Panamá que ”antes de la pandemia, la educación en Panamá ya tenía grandes desafíos; ahora los retos son mayores, por lo que cada día de clases es vital para la recuperación de los aprendizajes”.

“En los dos últimos años de pandemia, los aprendizajes se han deteriorado. Esto podría derivar en una crisis generacional, que limite el acceso a oportunidades para miles de adolescentes y jóvenes. Estimaciones del Banco Mundial del año 2021 indicaban que casi el 90% de los estudiantes de 15 años no logrará el nivel mínimo de rendimiento por impacto de la pandemia y la falta de educación presencial”, apunta Unicef Panamá.

Explica que “si bien, la educación a distancia fue una respuesta a corto plazo y permitió alcanzar a miles de estudiantes a través de diferentes medios, cuando desagregamos los datos nos damos cuenta de que las familias más pobres accedieron a la educación por medio de un celular e inclusive compartiendo un solo dispositivo por familia. Por eso hemos insistido en que las escuelas deben ser las últimas en cerrar y las primeras en reabrir; la educación presencial es fundamental para la recuperación de aprendizajes, evitar la exclusión educativa y mejorar la calidad de la educación”.

“La escuela es el mejor lugar en el que puede estar un niño para desarrollar su máximo potencial”, sustenta.

Añade que la pandemia, también fue una oportunidad para la incorporación de la tecnología en los procesos de enseñanza-aprendizaje. “Desde hace años se insiste en su uso, pero al igual que otras innovaciones, quedaba en el plano de la intención, sin poder superar el statu quo del modelo pedagógico tradicional”.

Para este año y los próximos, Unicef sugiere tener algunas consideraciones en el proceso de recuperación de aprendizaje, entre ellas: “La recuperación va a tomar tiempo. El mismo tiempo o más de lo que ha durado la pandemia. Cada día que los niños no asisten a la escuela a recibir clases, se retrasa el proceso de recuperación del aprendizaje. Hay niños que por primera vez están asistiendo a la escuela y se encuentran en tercer grado. Los dos años anteriores los realizaron a distancia. En estos y otros casos hay que reforzar las bases del aprendizaje de la lectura. Un porcentaje significativo de estudiantes necesitará abordar contenidos que debieron ser vistos en grados anteriores. En ese sentido, muchas aulas tendrán que funcionar como multigrado”.

Declara que “es clave que Panamá ponga todos sus recursos en el retorno físico de los estudiantes a las aulas, la mejora de la calidad y la recuperación de aprendizaje como una estrategia urgente e inaplazable”.

Derecho a una vida libre de violencia

“Todos los niños y adolescentes tienen derecho a una vida libre de violencia, lo que representa un desafío en cuanto a la prevención y respuesta ante la violencia en todas sus formas, incluida la explotación, el abuso sexual y la violencia de género”, manifiesta Unicef Panamá.

Agrega que “la violencia doméstica, el maltrato físico y psicológico, así como el abuso sexual son formas de violencia que afectan a los niños y adolescentes en su entorno familiar y comunitario, sostenidas con base en una cultura que las tolera, asimilando estos comportamientos como normales dentro de una sociedad que las invisibiliza, lo que constituye el principal reto para su abordaje y erradicación”.

Detalla que “la violencia sexual, siendo esta una de las peores formas de violencia contra las niñas, está íntimamente ligada a la violencia basada en género, a patrones culturales profundamente arraigados que asignan roles específicos a las niñas y las mujeres, que las hace más vulnerables ante la violencia en términos generales”.

“Producto de la violencia sexual se dan muchos de los embarazos en adolescentes del país”, asegura el organismo internacional.

Sostiene que “los reportes de abuso contra los niños y adolescentes están subiendo”. “En 2020 el Ministerio Público recibió 4.985 reportes de abuso contra la niñez mientras que en 2021 fueron 6.500, es decir 30% más. El 64% del total de casos de violencia sexual en el país se perpetra contra niños o adolescentes”, anota.

“Por otro lado”, prosigue Unicef, “la principal causa de muerte entre niños y niñas en Panamá es el homicidio, con un 17% del total de fallecimientos. 8 de cada 10 víctimas menores de 18 años son varones que vivían en áreas urbanas de Panamá (45%), Colón (27%) y Panamá Oeste (15%)”.

Por su parte, Alemán Arias indica que “en el país –la violencia– se vive en diferentes Panamá. Hay personas afortunadas y hay otros panameños que nacen en áreas muy difíciles”.

Agrega que si no hay una familia consolidada, es más complejo el panorama. “Hay niños que viven solo con las abuelas, con otro familiar o con una mamá que los ama, pero que sale a las 5:00 de la mañana a trabajar y regresa a las 7:00 de la noche, al final los niños quedan solos. Viven en un lugar que para llegar a la calle principal tienen que pasar por tres pandillas, y si hablas con una de ellas ya eres de ellos. Muchos de estos muchachos no han tenido otra oportunidad”, indica.

“¿Cuánto invertimos en sacar las pandillas?”, cuestiona. “Mano dura, mano suave”, prosigue, “mano fuerte, vamos a darle apoyo económico a las pandillas... o sea cada cinco años esto cambia, es una locura. Estos muchachos se ven inmersos en la violencia, y no es porque así lo desean, a ninguno de estos niños o adolescentes le encanta despertarse con una pistola en la mano, salir a la calle y no saber si va a regresar a su casa; viven con miedo y temor”.

La aprobación de la Ley 285 del 15 de febrero de 2022 que crea el Sistema de Garantías y Protección Integral de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia “representa un gran avance para el país y una clara oportunidad para reorganizar el sistema de protección en torno al ejercicio efectivo de los derechos de la niñez y la adolescencia, con definición de roles específicos y mecanismos de articulación a nivel de las instituciones del Estado y para incidir en el cambio de normas sociales que dan cabida a la violencia contra los niños y adolescentes”, considera Unicef Panamá.

La organización se suma a las voces que abogan por una adecuada implementación de las normas. “El reto, ahora, es llevar esta norma (Ley 285) a la práctica, generar un cambio social para rechazar toda forma de violencia contra los niños y dar respuestas adecuadas cuando lamentablemente los niños son violentados. Funcionarios y ciudadanos, todos somos responsables por la protección de los niños”.

La buena noticia

Pese a la situación de los derechos de la niñez panameña, “hay organizaciones no gubernamentales e internacionales que trabajamos a favor de ellos”, asegura sor Lourdes.

Unicef y la Red nacional de apoyo a la niñez y adolescencia en Panamá (Rednaniap) son algunas de ellas.

Rednaniap actualmente dedica su trabajo a desarrollar un proyecto regional para Centroamérica llamado “Centroamérica en Red por los Derechos de la Niñez”, financiado por la Unión Europea, según detallan en su página web.

“En el proyecto participan Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Panamá, con el fin de afianzar el protagonismo de la sociedad civil y entidades gubernamentales e internacionales a fin de crear planes nacionales, políticas públicas y mecanismos efectivos de coordinación entre las diferentes entidades del Estado y la sociedad civil para combatir la violencia contra los niños y adolescentes a nivel nacional, tomando como referente el Estudio de Violencia contra la niñez de las Naciones Unidas (EVCN) y sus recomendaciones”, dice la Red.

La Rednaniap está formada por 45 organizaciones sociales de infancia.

En cuanto a las buenas noticias, Unicef resalta que “el regreso a las escuelas es la mejor noticia de este año. La asistencia a clases presenciales es de vital importancia para el desarrollo de toda la niñez y adolescencia del país. Reiteramos el llamado para que los niños continúen su educación sin interrupciones”.

“Pero hay otras buenas noticias”, dice la organización. “Panamá hizo avances importantes en los últimos años en normas para la protección de la niñez con enfoque de derechos humanos que ahora deben comenzar a implementarse. Por un lado está la Ley 171 del 15 de octubre de 2020, la cual establece la protección integral a la primera infancia y al desarrollo infantil temprano. Además, en estos momentos se está revisando y actualizando el paquete de atenciones y servicios para los niños de 0 a 8 años y sus familias para garantizar a todos los niños el mejor inicio en la vida.

Hay noticias positivas y desafíos que abordar. Entre estos últimos, Unicef indica que tiene “datos y evidencia que muestran que la pobreza infantil está aumentando, así como la violencia y la malnutrición; mientras que el acceso a las escuelas y el aprendizaje, la atención en salud y los servicios de protección infantil han disminuido de manera significativa”.

Anota que “tras la crisis de la covid-19, es vital reforzar los esfuerzos mancomunados para mejorar las condiciones de la niñez y la adolescencia en el país, principalmente enfocados en garantizar sus derechos.

“El desafío consiste en que el reconocimiento de la niñez como sujeto de derechos lo llevemos a la práctica, creando entornos seguros para los niños y prestando servicios de calidad para todos los niños y sus familias, pues solo así los niños podrán crecer y desarrollarse como personas plenas. Para lograrlo tenemos que hacer un uso responsable de los recursos humanos y financieros, y una planificación con metas claras a corto, mediano y largo plazo. Desde este año la protección integral de la niñez es un desafío de todos los días”, puntualiza Unicef.

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