- 18/10/2014 02:00
Su primera colección para la firma Balmain fue un éxito total. 2012 se convirtió en el año de arranque del joven diseñador Olivier Rousteing, después de estudiar en una de las más prestigiosas escuelas de diseño de Francia, y de pasar cinco años trabajando en la firma Roberto Cavalli, junto al diseñador italiano, enfocándose en las colecciones prêt-à-porter para damas y caballeros.
Él ha admitido que junto a los Cavalli, a quienes considera como familia, creció profesionalmente y como persona.
La venerable y lujosa casa de moda, fundada por Pierre Balmain en 1946, decidió ficharlo (como se dice en el mundo de la moda), y el joven terminó su relación de un lustro con la casa de moda italiana, para volver a París, donde reside actualmente.
Primero trabajó un par de años bajo la dirección de Christophe Decarnin (a quienes algunos acusan de ser más show que moda), director creativo de Balmain hasta el 2011. Ese mismo año, las conocidas discrepancias entre el presidente de la compañía, Alain Hivelin, y Decarnin, hicieron que la firma deseara iniciar una nueva etapa... pero con otro diseñador.
Rousteing asumió el cargo. La prensa especializada lo llamó en una ocasión el ‘discípulo aventajado de Decarnin’. Pero sus creaciones lo ha catapultado, con sus aires barrocos y atención total al detalle. Su estilo ‘ couture glamour ’, con una mezcla del chic rock de la firma, hacen que ostente la categoría de maestro.
DE NIÑO A DISEÑADOR
Desde su ascenso a la fama y fortuna, el joven diseñador nunca ha negado que fue un niño adoptado.
Abandonado en un orfanato, después de su nacimiento en 1985, fue adoptado y su familia, a la que dice amar profundamente, lo crió y educó en la región de Bordeaux, Francia. Es muy unido a sus padres, con los que ha hablado abiertamente de su homosexualidad.
Sus amigos y personal lo describen como alegre, con los pies bien puestos sobre la tierra, y sobre todo muy trabajador y talentoso.
Le encanta la música ‘escandalosa’ en las mañanas. Y algunas noches, entre semana, prefiere salir a cenar y bailar para alejarse del estrés.
Estas salidas también le brindan inspiración para su trabajo en el mundo de la moda. Observar, estar informado de las nuevas tendencias y qué desea la gente, nutren sus diseños.
Vestidos, faldas, conjuntos, capas y profusión de belleza y elegancia. Muy ‘Rousteing’.
