Saludo a África

  • 17/01/2016 01:00
El jazz y la percusión africana se acoplaron a la perfección durante el concierto de Randy Weston en el Ateneo de la Ciudad del Saber

El pianista Randy Weston, el invitado de honor en la pasada edición del Panama Jazz Festival, que finalizó ayer, nació en Nueva York, de padre panameño. Pero sus verdaderas raíces como músico están más allá, cruzando el Atlántico hasta llegar a las costas africanas.

‘Cuando yo tenía seis años de edad, mi padre panameño me dijo que yo era un africano nacido en Estados Unidos', comenta el jazzista, quien vivió durante siete años en Marruecos.

El contacto con la música tradicional africana fortaleció sus perspectivas como músico. ‘Me hizo percatarme de que todo lo que hacemos viene de África, de que toda música tiene raíces africanas, de que la música la encontramos en la Madre Tierra, en el sonido de los animales, del relámpago, de los insectos', afirmó.

En Marruecos tuvo la oportunidad de aprender las complejidades de la música africana, a través de los cuales los africanos se mantienen en contacto con el mundo espiritual y la naturaleza. ‘Si no hubiera sido por la música el pueblo africano no hubiera sobrevivido, porque estábamos oprimidos, teníamos todo en contra de nosotros... La música nos hacía reír', enfatizó el intérprete.

El intérprete considera que las raíces de la música africana van más allá del género del jazz, abarcando otros estilos musicales como el blues y el hip hop. ‘Fuimos influenciados por el bebop, por la música que escuchábamos cada domingo en la Iglesia negra... por el calipso, blues, big band, etc'.

Una mixtura musical que marcó su estadía en lNueva York, una ciudad en la que resonaban las poderosas melodías de músicos como Ellington, Count Basie y Louis Amstrong. Genios que dejaron una estela en la que Weston tuvo que abrirse espacio. ‘No comencé a tocar piano hasta tarde en mi vida, a los 14 años; profesionalmente hasta los 29. Los intérpretes que habían eran tan grandes... tuve que esperar hasta que ellos se fueran', rememoró el músico.

Por un momento pensó que nunca llegaría a convertirse en pianista. ‘Mi profesor intentó enseñarme a tocar piano durante tres años, hasta que finalmente se rindió', afirmó. Su altura lo hacía más apto para jugar baloncesto que para sentarse frente a las teclas de un piano.

Recuerda que después tuvo otro maestro que amaba la música. Lamentablemente Weston no pudo identificarse con la música europea que le enseñaba a tocar. Los ecos del Continente Oscuro resonaban en él, mezclados con los sonidos de múltiples épocas: los años veinte, los treinta, los cuarenta, los sesenta, etc. ‘Fueron décadas en las que salieron grandes intérpretes. En esa época había gente que conocía la música. Ahora todo se ha vuelto muy comercial', lamentó Weston, que además de jazzista sirvió durante tres años en el ejército norteamericano -estuvo acantonado en Okinawa, en 1946- y durante tres años fue administrador del restaurante fundado por su padre.

EN EL ‘PANAMA JAZZ'

A pesar de estas experiencias, su vida ha sido la música, un arte que ha logrado perfeccionar a través de las décadas, como quedó de manifiesto la noche del pasado jueves, en el Ateneo de la Ciudad del Saber, cuando Weston se presentó junto a su orquesta, integrada por Alex Blake, en el piano, Neil Clarke, en la percusión, Talib Kibwe, en el saxo y la flauta, y Robert Trowers, en el trombón.

El músico colonense Joshue Ashby y el resto de los integrantes del proyecto C3, fungieron como teloneros.

Sobre el escenario, Weston apoyaba su espigada figura sobre un bastón que parecía un tótem en miniatura. Después, al sentarse en el piano, su sostén fueron las notas que le arrancaba a las teclas.

La descarga jazzística arrancó con el tema ‘African Cookbook'. ‘Un saludo a África, nuestro hogar', enunció Weston al comenzar el recital.

La percusión africana impuso el ritmo a seguir en la penumbra de la sala. La sección rítmica fue robustecida por el talento de Alex Blake, que arrancaba violentamente sonidos a su bajo. La noche africana entró en el Ateneo de la Ciudad del Saber. El ritmo fue la luz que conectó a los músicos con la audiencia.

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ESTÁNDARES

Entre el reportorio que el pianista Randy Weston interpretó el jueves pasado se encuentran temas como ‘Hi-Fly', que se han convertido en verdaderos estándares de jazz. Un estándar del jazz es un tema musical que ha adquirido cierta notoriedad en el género del jazz, que es conocido por un número importante de músicos y que ha sido objeto de numerosas versiones.

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