Supere la situación

Actualizado
  • 28/06/2009 02:00
Creado
  • 28/06/2009 02:00
BATALLA. Los hijos adultos deben hacerle frente a la separación de sus padres, en la cual muchas veces se transforman en verdaderos árb...

BATALLA. Los hijos adultos deben hacerle frente a la separación de sus padres, en la cual muchas veces se transforman en verdaderos árbitros de una batalla y son obligados a intervenir en las peleas relacionadas con el divorcio de ellos, donde hasta quedan involucrados agresivamente.

Pero ¿qué deben hacer los hijos adultos frente a la situación?, primero inicie por acordar una línea de conducta. Reúnase con sus hermanos y vea si pueden acordar una línea de conducta común, en respuesta al divorcio entre sus padres. También acuerde quién comunicará esa decisión, o si cada uno dirá simplemente lo que necesite decir, incluso podrían hacerlo por escrito.

Luego establezca un plan. Este mensaje será ineficaz, a menos que insista en mantenerse fiel a él. A menudo, la determinación inicial de un hijo adulto de permanecer fuera de una disputa pos divorcio entre sus padres, se derrumba ante la necesidad de un padre de obtener ayuda. Los padres que atraviesan un divorcio tienen las mismas características que cualquier persona que atraviesa por un divorcio: son un manojo de necesidades con poco o nada de respeto por los límites propios o ajenos. No es ninguna sorpresa que los hijos adultos lleguen a menudo a involucrarse en el conflicto. Incluso si un hijo adulto ya está en el centro de una pelea entre la madre y el padre, nunca es demasiado tarde para retirarse. Esto puede comenzar clarificando a ambos padres su intención de permanecer fuera del conflicto entre ellos, sin dejar de mantener un contacto regular con ambos.

Actúe como mediador : Los hijos adultos pueden ayudar a sus padres a simplificar los conflictos y acercar posiciones. Siempre que uno de sus padres comience a hablarle sobre el comportamiento del otro, puede decir, "todo lo que tengas para decir de mi (padre o madre), tienes que comunicárselo a el/ella, no a mí". A los padres no suele gustarles oír este tipo de respuestas, pero lo escucharán. Incluso es posible que, hablando entre ellos de una manera seria, comiencen a lograr un nuevo afecto y respeto por sus hijos.

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