Del reguetón y otros géneros

Este género urbano como lo conocemos, es una mezcla influencias africanas, caribeñas y brasileñas, siendo es un reflejo de la sociedad actual

En días pasados se armó todo un revuelo en las redes porque algunos artistas criticaron el reguetón, sin embargo, para hacer docencia y, sobre todo, para criticar, hay que conocer a sus exponentes, génesis, razón de ser y tendencias.

Para ser honesto no me gusta este género musical debido al contenido burdo, poco inteligente y misógino que la mayoría de sus letras tiene y, aquí, quiero recalcar la palabra “mayoría” porque no puedo ni debo meter en un saco a todas las letras que han nacido bajo este ritmo dado que, algunas de ellas, sí tienen mensajes interesantes y para ser más justos aún, lo mismo ha sucedido o sucede con las letras de otros géneros.

Como músico y publicista me gusta mucho escuchar todo tipo de ritmos y, claro está, el mensaje de sus letras y el porqué de las mismas. Esto me ha llevado a prestarle más atención a sus arreglos, cadencias, bases melódicas y razón de ser.

¿Repasamos la historia? El reguetón nació en Panamá. El que haya sido popularizado en Puerto Rico no borra un punto clave y necesario recordar: Fernando Orlando Brown alias ‘Nando Boom’, Leonardo ‘Renato’ Aulder y Edgardo Armando Franco ‘El General’, fueron, entre otros, los verdaderos padres de este género musical y, gracias a ellos, existen artistas como Vico C, Bad Bunny, Daddy Yankee, Lisa M., Ivy Queen, Karol G, etc., etc.

Este ritmo es de hecho un subgénero del Dancehall que incluye elementos del hip hop y rap, adicionalmente, toma algunos elementos del regué jamaiquino.

Usted dirá amigo lector ¡herejía comparar el regué jamaiquino con el reguetón! pues le cuento: en el regué jamaiquino se acentúan los golpes de tiempo en el segundo y cuarto espacio que se llaman compases que, si lo aceleramos, ya obtendríamos un ritmo muy similar al reguetón, es más, al añadirle un ritmo jamaiquino llamado Dembow, inmediatamente y como por arte de magia aparece el reguetón, curiosamente, allá en el fondo también tiene matices de samba brasileña... ¡Otra herejía dirá usted!

Bueno, recordemos esto; cuando los españoles estaban en su apogeo en las Américas y ser esta una tierra que comercializaba con esclavos africanos que fueron llevados a las Antillas, Brasil, Haití, Jamaica, toda la riqueza cultural negra del continente se fue mezclando en un riquísimo tazón de maravillas que hoy pesan en nuestra historia musical.

Aunque luego hablaremos de las letras, la pregunta clave aquí es ¿por qué enfadarnos con un ritmo musical que nace de la herencia africana y de la mezcla de otras regiones? ¡Eso es como querer pellizcar una ventana!

En cuanto a la forma de bailarlo, algunos lo critican como indecente, obsceno y vulgar. Ok, ok, el término correcto es “perrearlo” y nobailarlo” ... ¡Madre de Dios que venga Cristo! dirán algunos. Pues bien, se le llama así porque imita el movimiento de los perritos cuando, usted sabe, andan en sus momentos calenturientos. Ahora, cabe recalcar que los profesionales del baile que salen en algunos videos son, justamente, personas preparadas en múltiples estilos de danza y son maestros en su arte pues dominan un sinnúmero de ritmos y, su preparación física, conlleva trabajo, compromiso, sacrificios y el desarrollar de formas creativas pasos que se hacen “virales” en fiestas donde, sin importar la clase social, terminan bailándolo, perdón, “perreándolo” casi todos los presentes.

Ahora, ¿es la primera vez que esto pasa en la historia de la música? ¡No! pues le cuento, en los alrededores del Río de la Plata (Argentina y Uruguay) cuando nació la milonga, en sus orígenes combinaba el candombe (ritmo africano) con el ritmo de habanera de las islas. Esta rica mezcla desembocó con el tiempo en el tango que hoy conocemos y, si recuerda, su baile tan sensual fue duramente criticado en su época pues era como enseñar un tobillo en la Edad Media y por lo tanto fue prohibido. Pero, cuanto más se prohíbe algo, más se explota. Para muestra, solo debemos recordar la Lambada.

También sucedió cuando nació el blues, dirty blues y jazz (bases del rock) cuyas letras eran tabúes en los años 30 y 40 y ni hablar de su baile. Solo para recordarle, a Elvis Presley le decían ‘Elvis the pelvis por moverse lascivamente. ¿vio la película Dirty Dancing? ya sabrá a lo que me refiero. Todo ello desembocó en una subcultura paralela a la “moralmente” aceptada en sus tiempos.

Como todo, es una expresión. Ya mencioné al principio que muchísimas de sus letras son vulgares, misóginas o burdas y claro, ¡para gustos los colores!, pero, aquí viene lo interesante y es por ello que no se puede generalizar. En este género ya se han tocado muchísimos temas sociales con educación, elegancia e inteligencia y, si prestáramos más atención, descubriríamos que algunos de sus exponentes sí conocen su historia, raíces y de dónde vienen. Que no son la mayoría y son las menos vendidas y conocidas en las plataformas musicales, totalmente de acuerdo.

Es por ello que en las letras es justo donde mayoritariamente está el problema y la razón de ser tan criticado (si lo vemos como problema). Ahora bien, antes de criticar un género entero y a sus exponentes, debemos analizar paso a paso en su armonía, ritmo, cadencia, letras y origen.

No vamos a tapar el sol con un dedo. Al haber una crisis cultural y de identidad mundial más, las facilidades tecnológicas como el autotune, dinero y contactos de por medio, cualquiera se hace llamar artista desvirtuando así lo que realmente es arte y a sus mejores exponentes. Digo, si alguien no tiene talento, por el amor del cielo no le faciliten un micrófono. Recuerde esto amigo lector, este género, sus letras y movimientos pueden ser un reflejo de la sociedad y de la época como lo son y fueron otros en su momento. Al final, la realidad es esta: por gozar, bailar, reír y entretenerse realmente pocos, pocos, profundizan en su contenido y mensajes ya que para gustos, ¡los colores!

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