El cine, ¿arte o entretenimiento?

  • 04/05/2025 00:00
Desde sus inicios, el cine se puede entender desde dos realidades que no siempre se ponen de acuerdo: las películas pensadas para distraer y aquellas que desean que el espectador reflexione

El cine es bastante joven si lo comparamos con la pintura o la literatura. El séptimo arte nació en 1895 y desde entonces ha registrado una serie de cambios importantes.

Esos cambios de piel que se registran en el arte de captar las imágenes en movimiento le interesan mucho a Nayra Sanz Fuentes, artista española que nos visitó para dar clases a todo aquel interesado en aprender sobre cine.

Esta directora, productora y guionista pertenece a la generación que trabajó de forma orgánica cuando hizo su aparición la digitalización y las plataformas de streaming en la narrativa audiovisual.

“La gente que empezó a hacer cine en esa época, somos personas que tenemos esa mirada que nos conecta con dos tiempos históricos muy importantes: el analógico y el digital”, comentó Sanz Fuentes durante una conferencia que dictó en el Aula Magna de la Universidad Católica Santa María La Antigua, una iniciativa que se llevó a cabo de la mano de la Editorial La Antigua, el Estudio de Artes Audiovisuales de la USMA, el Centro Cultural de España Casa del Soldado y la Embajada de España.

De Kurosawa al Dogma 95

En su formación como cineasta, Nayra Sanz Fuentes menciona la relevancia que ha tenido para ella el cine de un autor como el japonés Akira Kurosawa, ya que el creador de clásicos como “Rashomon” y “Los siete samurais” vinculó sus producciones con la literatura, la historia, las artes plásticas y la música, elementos estos que están presentes en cualquiera película.

A ella le ocurrió algo similar que a Kurosawa, ya que creó primero vínculos con las letras, la interpretación y la filosofía, para luego estudiar un máster en Dirección de Cine en Estados Unidos, donde tuvo la oportunidad de ver la última etapa de lo analógico.

“En ese momento ya habían casi que desaparecido las asignaturas que te permitían filmar en 355 mm (formato de película fotográfica) o 16 mm (formato con un ancho de 16 mm) y lo que estaba entrando con muchísima fuerza era el cine digital. A los estudiantes que ahora estudian cine todo este concepto de lo analógico les resultará lejano y desconocido”, anota la cineasta, que ha participado con sus cortometrajes en más de 400 festivales internacionales.

Otra modificación que destacó fue aquella que se presentó cuando el cine cumplió 100 años de su aparición en un café en París: el surgimiento del Dogma 95, un movimiento cinematográfico de vanguardia danés propuesto por Lars von Trier y Thomas Vinterberg y que su norte era un cine más real y menos dependiente de los artificios de los efectos especiales.

El Dogma 95 fue un paso distinto a los materiales para filmar y editar una producción sino más bien estaba relacionado con lo conceptual. “1995 fue un año muy especial para reflexionar sobre qué le había sucedido al cine y dónde estaba parado. En ese momento se habló mucho de la muerte del cine y muchas veces en diferentes disciplinas se ha hablado de la muerte de otras artes”.

De Sontag a Rossellini

Una figura indispensable para Nayra Sanz Fuentes fue una de las más grandes pensadoras de Occidente: la estadounidense Susan Sontag, quien entre otras fue ensayista, filósofa, novelista y directora de cine.

“Sontag decía que la muerte del cine lo que venía a ser era la pérdida de una forma de experiencia. Es decir, si el cine había surgido no solo como un vínculo técnico para llevar a cabo películas, también nos ofrece una experiencia para vivir lo que era una película”, indica esta artista cuyas producciones han sido seleccionados en festivales de Ámsterdam, Bogotá, Montpellier, Madrid, Toulouse, Belgrado y Mar del Plata.

Esto la lleva a recordar una frase que le gusta mucho del cineasta italiano Roberto Rossellini (“Roma, ciudad abierta” y “Stromboli”): el cine es otra ventana al mundo. “Esa idea de cuando entra una persona a una sala a oscuras para ver el viaje que le invitan los directores. La sala se transforma casi en una caja negra mágica y esa caja, cuando sales de la sala, te ha transformado de alguna manera. Esa experiencia es la que hablaba Sontag que se estaba perdiendo”.

“Susan Sontag y el director alemán Werner Herzog ya estaban en contra de la televisión, imagínense lo que hablarían ahora con las plataformas digitales y las otras maneras de ver cine, que también han provocado otras crisis al cine”, anota.

Agnès Varda

Todas estas antiguas y nuevas realidades planteadas en diferentes épocas, llevan a un par de preguntas que se formulan desde que los hermanos Lumière presentaron el cinematográfico en 1895: “¿el cine como arte para qué sirve? ¿cuál es su finalidad? ¿cuál es su función?”.

“El cine es un arte muchísimo más costoso que la pintura o la música. De allí surge otra dualidad que lo ha acompañado desde sus inicios: el cine es entretenimiento o es una búsqueda artística. Esa dicotomía, o esa separación de intereses, es algo que vemos más y más según nos acercamos a los tiempos presentes”, indica Sanz Fuentes, quien ha dado clases en el Columbia College Chicago, en la Universidad de Notre Dame, en el Carleton College y en la Escuela Internacional de San Antonio de los Baños.

Entonces, aparece durante la conferencia en la USMA el nombre de la directora de cine belga Agnès Varda (“Cleo de 5 a 7” y “Sin techo ni ley”), un nombre relevante dentro de la historia del cine.

Dentro de la historia del cine, como en otros campos creativos, la mujer no ha estado tan presente como se merece. “Varda empieza a hacer cine durante la nouvelle vague (nueva ola francesa) de los años 1950 y 1960 y termina haciendo cine en este siglo XXI. Ella es un gran ejemplo para entender todas estas adaptaciones que he comentado, tanto las tecnologías como esa tensión entre el cine de arte con el puramente de entretenimiento. Esto es lo que me parece más dramático que le está sucediendo hoy en día al cine”.

En ese momento ya habían casi que desaparecido las asignaturas que te permitían filmar en 355 mm (formato de película fotográfica) o 16 mm (formato con un ancho de 16 mm) y lo que estaba entrando con muchísima fuerza era el cine digital. A los estudiantes que ahora estudian cine todo este concepto de lo analógico les resultará lejano y desconocido”.
Lo Nuevo