¿Cómo funciona la Bienal de Venecia?

  • 28/09/2025 00:01
La convocatoria para el segundo Pabellón de Panamá en la Bienal de Venecia abre un debate sobre transparencia, improvisación y participación en el mismo. Un cabildo abierto organizado por la Sociedad del Café buscó propiciar el diálogo, aunque el Comité Organizador y MiCultura declinaron participar

El mes pasado, el Comité Organizador de la segunda versión del Pabellón Nacional de Arte de Panamá en la Bienal de Venecia anunció –en el perfil del Museo de Canal Interoceánico en Instagram– una convocatoria para elegir por concurso a los artistas panameños o residentes en Panamá, que participarán en la exposición del próximo año.

A raíz de este anuncio, publiqué en mi columna El Visitante, de La Estrella de Panamá, el artículo ‘¿De quién es el Pabellón de la Bienal de Venecia?’, donde reconozco el encomiable esfuerzo de haber hecho realidad la primera versión del pabellón y expongo las irregularidades que pude detectar en la segunda versión, incluyendo la convocatoria, las bases mismas, la obvia improvisación, la falta de comunicación y consulta, el concepto curatorial y la repetición de las curadoras encargadas.

El artículo incluye además las declaraciones de Aimée Lam Tuñón, la primera en curar un pabellón nacional en la Bienal de Venecia –en la sección de Arquitectura en 2023– con el título ‘Historias bajo el agua’.

Para dialogar sobre este tema tan significativo para la imagen cultural del país de cara al mundo, la Sociedad del Café organizó un cabildo totalmente abierto el sábado 20 de septiembre.

Por supuesto se invitó de manera formal al equipo organizador del Pabellón y a Gianni Bianchini, director nacional de las Artes de MiCultura. Ninguno asistió.

Mariana Núñez, encargada de Comunicación y Diseño Gráfico, respondió que declinaba la invitación porque prefería apegarse “a los canales oficiales de divulgación de la información sobre el Pabellón, en conjunto con el Ministerio de Cultura”.

Y añadió: “(...) no aprecio los ataques al arduo trabajo que estamos realizando en pro de un establecimiento estatal largoplacista de la iniciativa”, concluyendo con los buenos deseos de que el cabildo ofreciera “resultados o sugerencias constructivas”.

‘El Visitante’ espera que el diálogo siga abriéndose al público y que estas recomendaciones hagan eco en la presente y futuras gestiones de este importante evento para Panamá en el escenario global.

Es de la máxima urgencia que los panameños entendamos que el arte y la cultura deben manejarse con la misma transparencia, responsabilidad y solidaridad que cualquier otro asunto de importancia nacional.

Antes de presentar las recomendaciones derivadas del cabildo abierto, considero pertinente mencionar la presencia del renombrado artista Brooke Alfaro –participante en el primer Pabellón Nacional de Arte en Venecia, en 2024– por haber sido el único asistente al encuentro que pidió la palabra para apoyar la gestión del Pabellón, entre otras cosas, porque el gran mérito de esta segunda versión es que las curadoras/directoras del equipo se han atrevido a volver a organizar la participación de Panamá, a pesar de las grandes dificultades que implica el recaudar los fondos, sin esperar remuneración alguna.

Para mayores detalles de lo sucedido en este cabildo abierto, ver: @sociedaddelcafépty.

Es de la máxima urgencia que los panameños entendamos que el arte y la cultura deben manejarse con la misma transparencia, responsabilidad y solidaridad que cualquier otro asunto de importancia nacional”.
Recomendaciones para una gestión transparente, participativa y profesional del Pabellón Nacional de Panamá en la Bienal de Venecia
Por parte de asistentes al cabildo abierto convocado por la Sociedad del Café, el 20 de septiembre de 2025 en el PH Costanera a las 4:00 p.m.

Preámbulo y resumen

La organización y ejecución, en 2024, del primer Pabellón Nacional de Panamá en la 60 Bienal de Venecia –el encuentro de arte más antiguo y prestigioso del mundo– constituyó un esfuerzo enorme, exitoso y sin precedentes en la historia nacional.

Sin embargo, en la segunda edición del Pabellón Nacional de Panamá, la organización no ha avanzado hacia una mayor transparencia y profesionalización.

No parece contar con una financiación adecuada y no sostuvo los procesos amplios de consulta e intercambio, indispensables para ofrecer a la nación y al mundo una propuesta singular de arte contemporáneo nacida de una profunda reflexión sobre nuestro contexto.

Participantes del reciente cabildo abierto convocado por la Sociedad del Café ofrecieron recomendaciones que pueden resumirse en la necesidad de absoluta transparencia, de institucionalizar y democratizar todo el proceso sin burocratizarlo, y de blindarlo contra favoritismos.

Por otra parte, el cabildeo para lograr que se le otorgue una existencia legal y permanente al Pabellón necesita elaborar un discurso que logre transmitir a los funcionarios pertinentes que el arte y la cultura son la mejor inversión de cara al mundo, así como para nuestra propia renovación y cohesión como país.

Recomendaciones

A. ⁠Garantizar la transparencia de los procesos

1. La transparencia infunde confianza en las instituciones, blinda a los responsables de cualquier señalamiento y asegura el buen funcionamiento de la empresa.

2. Más allá de facturas o presupuestos, garantizar la transparencia incluye una rígida planificación de los criterios de selección, curaduría, cronogramas, jurados y continua rendición de cuentas, sobre todo porque se trata en cierta medida del manejo de dinero público.

3. Comunicación, comunicación, comunicación. Evitar que la información sea repentina y sorpresiva, o que quede en círculos cerrados de artistas o gestores.

4. Crear un portal único de la participación panameña en la Biennale, al que también pueda accederse desde un enlace en la página de MiCultura.

B.⁠ Renovar la dirección del Pabellón Nacional de Panamá

1. Aunque debe evitarse la captura indefinida del proceso por un grupo reducido, es importante prevenir la inestabilidad del proyecto, desestimando las valiosas experiencias ya adquiridas.

2. Establecer periodos fijos con límites de reelección (por ej., un máximo de 3 periodos consecutivos).

3. Los integrantes de la dirección ejecutiva deben ser dignamente remunerados, al igual que los miembros del jurado calificado, y los artistas y curadores elegidos.

4. Una comisión amplia que garantice la legitimidad del proyecto, sería la encargada de elegir al equipo directivo, con funciones de evaluación y no solo de nombramiento.

C.⁠ ⁠ Construir la ruta pública en instancias gubernamentales

1. La cultura suele percibirse como “gasto”, así que el discurso debe subrayar la diplomacia cultural, el turismo, el patrimonio creativo y el soft power. Panamá como generadora de ideas y manifestaciones de gran valor internacional.

2. Diseñar una ley de política cultural específica que regule la participación de Panamá en la Bienal de Venecia (con beneficios, metas, justificación económica y social).⁠

3. Amarrar la propuesta a un presupuesto de base que no dependa tan solo de coyunturas.

D. Perfeccionar las bases de la convocatoria

1. Los artistas escogidos merecen recibir honorarios dignos, así como una partida de producción acorde con el proyecto elegido, el boleto aéreo, el alojamiento y viáticos realistas. Esta es la forma profesional en la que cualquier artista merece aplicar, más allá de sus recursos, para desarrollar un proyecto en condiciones.

2. Las bases deben adaptarse a la realidad del país, para lo cual, incluso antes o justo después de que termine una edición de la Biennale, ya deben estarse programando para la próxima edición, las visitas y consultas con profesionales del campo y creadores a nivel nacional.

3. Acorde con la tradición de los pabellones nacionales en la Biennale, debe abrirse una convocatoria para curadores y sus proyectos concretos. Ello garantiza una presencia mucho más poderosa y coherente que la de una convocatoria dispersa a los artistas.

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