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- 11/10/2018 02:00
- 11/10/2018 02:00
Durante años considerado otro director comercial más del spaghetti western , Sergio Leone es homenajeado ahora en una vasta retrospectiva de la Cinemateca Francesa en la que participarán algunos de sus históricos colaboradores, como Ennio Morricone y Claudia Cardinale.
La muestra, que arrancó ayer hasta el próximo 27 de enero, recuerda la figura de Leone (1929-1989), creador de películas como Il buono, il brutto, il cattivo (‘El bueno, el feo y el malo') y Once upon a time in America , dispuesta a devolverle el puesto que le corresponde.
Su aventura cinematográfica empezó en la cuna, donde sus padres Vincenzo Leone y Edvige Valcarenghi, dos conocidos representantes del cine mudo italiano, le inculcaron los valores de una industria que habría de convertirse en su única patria.
‘La nacionalidad de Sergio Leone era el cine', defiende Gian Luca Farinelli, director de la Cineteca de Bolonia (Italia) y comisario de la exposición, que reivindica la figura de Leone como primer director de la escena posmoderna, posiblemente el único que experimentó con el cine popular, junto a Stanley Kubrick.
Pese a su talento, su carrera no fue precisamente un camino de rosas.
‘Leone nunca ganó un premio internacional, algo extraño a día de hoy cuando sabemos que es el director más citado del cine contemporáneo. Ganó pocos premios italianos y nunca llegó a tener una consagración internacional, ni una nominación a los Óscar', lamenta el comisario.
Tuvo una influencia asumida en la filmografía de directores como Martin Scorsese, Francis Ford Coppola o Quentin Tarantino, que suele pedir a sus cámaras que tomen ‘un Sergio Leone' cuando quiere un plano amplio de varios actores.
Menos sonado pero claramente reconocible es su eco en películas como Matrix , Driver o incluso en la saga del James Bond protagonizado por Daniel Craig.
‘Este James Bond tiene más de Clint Eastwood que de Sean Connery', defiende Farinelli para hablar de un héroe poco modélico pero muy estilizado.
La exposición -que después viajará a Roma- revela elementos poco conocidos de su vida, como extractos de la década que pasó asistiendo a directores como Vittorio de Sica en El ladrón de bicicletas (1948), donde además tuvo un escarceo como actor.
Aquello le permitió conocer toda la maquinaria del cine y, más adelante, poder estar en cualquier posición dentro del rodaje: trabajar con los guiones, con el compositor o detrás de la cámara.
Pese a ser un director muy popular, Leone tenía un amplísimo bagaje cultural que quedó plasmado en su obra y que ahora se descubre de forma interactiva.
‘Leone nunca ganó un premio internacional, algo extraño a día de hoy, cuando sabemos que es el director más citado del cine contemporáneo'.