Juan Guillermo Martín:

‘La investigación histórica da sentido a la existencia’

  • 30/07/2025 00:00
El director del Centro de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Culturales de Panamá habló sobre los retos de hacer investigación y la responsabilidad de preservar el patrimonio histórico y cultural

Juan Guillermo Martín es arqueólogo y director del Centro de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Culturales de Panamá (Cihac). El centro investiga desde el legado musical de Panamá, hasta el impacto del aire acondicionado en la arquitectura. Martín compartió con La Estrella de Panamá su perspectiva sobre los retos de hacer investigación en Panamá y las tareas pendientes para preservar nuestro patrimonio.

¿En qué consiste el trabajo que se hace en el centro?

Nuestro centro de investigación es relativamente joven, tiene cinco años de haberse creado; se enfoca en cubrir un gran vacío que había en el país en términos de investigación de la historia reciente y de la historia profunda de Panamá, de sus relaciones regionales y también de cubrir aspectos asociados con tradiciones culturales panameñas.

El financiamiento principal se obtiene de una subvención del Ministerio de Cultura. Aunque nosotros somos una asociación de interés público, estamos de alguna manera adscritos al Ministerio como asesores. Somos el brazo académico-científico del Ministerio, asesoramos en el diseño de política pública también y, por supuesto, desarrollamos los proyectos científicos y académicos que requiere el país y el Ministerio cuenta con esos recursos pero no tiene el equipo profesional para hacerlos.

Aparte de eso, también buscamos financiación nacional a través de las convocatorias de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt). Hemos sido beneficiarios de cuatro becas de investigación que reconocen además la calidad de nuestras propuestas de investigación y de nuestros investigadores.

También hacemos autogestión de recursos. Nosotros ofrecemos servicios de consultoría para investigación histórica. Por ejemplo, destaco la participación nuestra en la elaboración de los guiones museológicos de la renovación del Museo del Canal. Hemos también hecho las investigaciones para un futuro museo en la isla de Coiba y hemos también venido desarrollando u ofreciendo consultoría de investigación arqueológica en inmuebles en el Casco Antiguo que van a ser rehabilitados y que dentro de la normativa nacional requieren estudios arqueológicos.

Hay una cosa también que es clave en el desarrollo de este tipo de investigación y es hacer uso y aprovechar la cooperación académica internacional. Hay muchos recursos de investigación fuera. Hay mucho interés por parte de otros investigadores en otros países de desarrollar investigación en Panamá.

La idea es irnos posicionando no solamente como un centro de investigación panameño, sino que tenga una relevancia regional. Panamá cuenta con temáticas históricas y arqueológicas relevantes a nivel continental. Tiene muy buenas condiciones logísticas. Es un país extremadamente seguro para salir al campo, para hacer investigación y eso, por supuesto, tiene un atractivo particular.

¿Qué importancia tiene la Declaración de la Ruta Colonial como Patrimonio Mundial de la Unesco?

Es un logro muy importante; es un proyecto que se había ido desarrollando desde hace varios años. Uno de nuestros investigadores, Tomás Mendizábal, participó en el componente arqueológico de esa declaratoria.

Hasta hace unos meses contábamos con las declaratorias de Patrimonio Mundial de las Fortificaciones del Caribe y de las ruinas de Panamá Viejo y el Casco Antiguo de San Felipe, aquí en Panamá. Pero finalmente estos espacios estaban articulados y tenían un flujo constante de personas, de mercancías y de ideas a través de sus rutas coloniales transístmicas, tanto el Camino Real como el Camino de Cruces.

La declaratoria finalmente consigue entender la importancia del Triángulo Estratégico Panameño durante la época colonial, la importancia que tuvo como una de las arterias del imperio más relevantes, al menos durante los siglos XVI, XVII y parte del XVIII, y reconoce también el compromiso de Panamá y de sus instituciones por preservar y conservar dicho patrimonio.

Por supuesto, ahora hay que alegrarse por la declaratoria, pero esas declaratorias traen responsabilidades y el asunto es asumir esas responsabilidades con toda la seriedad para seguir investigando. Hay todavía mucho por investigar desde el punto de vista arqueológico de estas rutas, hacer levantamientos muy detallados de las rutas, precisar la finca de cada una, básicamente del Camino Real, y con esto diseñar un plan de gestión que tiene que ser articulado entre el Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Cultura y la Autoridad de Turismo de Panamá.

En el Casco Antiguo ha habido polémica por construcciones luego de la declaración de Patrimonio Mundial. ¿Cómo conjugar el desarrollo de un área con preservar el patrimonio histórico?

Cuando se asume la responsabilidad de tener patrimonio mundial, implica no solamente tener el sello de Unesco y sentirse orgulloso de ese reconocimiento, sino también una serie de responsabilidades que van en el diseño de planes de manejo, de refinar la normativa asociada con líneas de construcción, con áreas de amortiguamiento para estos sitios y, por supuesto, eso genera choques entre el desarrollo inmobiliario, el desarrollo económico y la conservación de patrimonio.

Hay que buscar siempre conseguir un equilibrio y ese equilibrio se consigue a partir de una institucionalidad sólida, con una normativa clara y con la participación de distintos actores, sobre todo académicos e investigativos, que consigan equilibrar estas dos necesidades.

Al final, un país necesita desarrollo económico, pero no puede ir en detrimento de su patrimonio cultural y, sobre todo, cuando es no solamente local, sino patrimonio mundial. Creo que las posibilidades de ese equilibrio se están dando en este momento y creo que Panamá tiene un montón de cosas que ofrecer desde el punto de vista del turismo cultural, sobre todo, que permite activar, además, una serie de economías locales asociadas con guías, con hotelería, con restaurantes y demás, que va a ser beneficioso para la economía panameña.

¿Cómo se trabaja el tema de la gentrificación y el impacto en las comunidades?

Es un asunto complicado porque es difícil establecer una normativa que regule este tipo de situaciones. No han podido los europeos que van en eso mucho más adelante.

Debo decir que no conozco todavía cómo ha sido la participación comunitaria en ese proceso de rehabilitación de San Felipe, que igual lleva alrededor de 20 años, pero creo que es un buen momento para establecer un balance de cómo mantener población local y el desarrollo inmobiliario en una zona que tiene tanto interés económico para garantizar que la vida del barrio no se pierda. Es un asunto bastante complejo y creo que realmente aquí no se ha estudiado todavía, y es un asunto al que se le debería prestar atención.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, manifestó su interés en recobrar cuerpos de la época de la Guerra de los Mil Días en Bocas del Toro. ¿En qué quedó esa solicitud?

Hay una solicitud que hizo para la búsqueda y repatriación de estos soldados que pelearon en la Guerra de los Mil Días, pero son panameños, es territorio panameño y en esa época también era Panamá, era un departamento, pero era Panamá. Creo que es más una reclamación, a mi modo de ver, política, que genuinamente relacionada con el interés de explorar o de investigar un pasado histórico común, que es como se debió haber planteado desde un principio.

Yo creería que eso no tiene ningún futuro, es un gobierno que ya está de salida y son esas pataletas que dan ya en los estertores de un mandato, pero que no tienen realmente ningún asidero académico ni científico. Es un asunto evidentemente político, yo creo que así lo ha entendido Panamá, que ha estado abierto y dispuesto al diálogo, pero seguramente si tú averiguas con el embajador de Colombia aquí en Panamá, eso no habrá prosperado más allá de una declaratoria como tantas otras que hacen, ideas sueltas que lanza Petro regularmente.

¿Cuáles son los retos para hacer investigación en Panamá y Latinoamérica?

Uno de los grandes retos, sin duda, es el de la financiación. Siempre, aunque no podemos quejarnos y hemos venido contando con un apoyo constante de financiación, siempre la financiación se queda corta.

Creo que nosotros hemos sabido solventarlas con la búsqueda de fondos. No puede uno quedarse cruzado de brazos esperando a que caiga el dinero del cielo; eso no va a pasar. Hay convocatorias nacionales e internacionales que resultan competitivas, pero tenemos la capacidad, manejamos los temas, y seguramente, como lo hemos demostrado, podemos conseguir recursos para ello.

Hay que decir que la Universidad de Panamá en este aspecto en particular se ha quedado rezagada, no produce realmente conocimiento científico nuevo, no desarrolla investigaciones propias y creo que ese vacío, de alguna manera, lo tenemos que llenar.

Aunque uno piense que las investigaciones de corte histórico no aportan mucho o nada, finalmente reafirman procesos de identidad local, regional, nacional; le dan a uno un sentido a su existencia y finalmente cuando uno sabe de dónde viene y cómo ha sido su trayectoria, me refiero como nación, pues finalmente también entiende cómo es y cómo debe proyectarse hacia el futuro.

Nosotros nos sentimos orgullosos de nuestros ancestros, de nuestros abuelos, eso para nosotros es nuestro patrimonio, en el caso del patrimonio arqueológico ya no se trata solamente de una familia, sino de todos nosotros, es un patrimonio que nos involucra directamente conocerlo, comprenderlo y, por supuesto, conservarlo. Dejarle a las futuras generaciones información sobre ese patrimonio es fundamental, es una manera de saber de dónde venimos, por qué somos así, cómo se ha construido esta nación, y cuando uno entiende de dónde viene, pues finalmente puede garantizar y tener más claro hacia dónde se dirige.

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