‘Lost in Starlight’ una carta de amor a la ciencia ficción desde la animación

  • 04/06/2025 23:00
La animadora convertida en directora Han Ji-Woon debutó en Netflix con su historia de amor interrumpido a través del cosmos, donde un astronauta debe encontrar la forma de seguir creyendo en el amor que dejó en la Tierra.

Llegamos a Seúl en el año 2050. No es la Seúl gris y congestionada que hemos visto en decenas de distopías tecnológicas, sino una ciudad que respira calidez entre neones suaves, cielos rosados y vinilos girando en tocadiscos antiguos. En ese escenario, retro y futurista a la vez, nace Lost in Starlight, el debut de animación de la surcoreana Han Ji-won, y que ha lanzado directamente en Netflix el pasado 30 de mayo.

Han se ha posicionado en el medio como una estrella en ascenso en la industria de la animación de Corea del Sur con un catálogo creciente de cortometrajes, incluido The Sea on the Day When the Magic Returns, que se proyectó en Sundance en 2023. Sin embargo, para su primer largometraje como directora, dirigió su atención al espacio y el cosmos, creando una historia de cómo el amor verdadero puede trascender distancias de hasta cientos de años luz.

Amor entre planetas

La historia es sencilla, pero profundamente efectiva: Nan-young (con la voz en coreano de la actriz Kim Tae-ri) es una joven astronauta que se entrena para una misión a Marte. Jay (con la voz de Hong Kyung) es un músico solitario que vive atrapado entre sus vinilos y un taller lleno de memorias. Se conocen por casualidad —con la excusa de que ella necesita reparar un tocadiscos heredado de su madre—, y lo que empieza como un encuentro del destino se transforma en una conexión tan sutil como poderosa.

Con el viaje próximo de Nan-Young, la historia se estira y nos envuelve en la curiosidad de si será el amor capaz de florecer incluso al ambos estar a 140 millones de millas de distancia. La película se desarrolla como una meditación sobre el amor a distancia, la ambición personal y la delicada gravedad emocional que une a las personas. Visualmente, está impregnada de luminosos paisajes urbanos holográficos, suaves acuarelas y paisajes oníricos interestelares: un estilo sumamente logrado que combina la calidez del diseño de personajes dibujados a mano de Studio Ghibli con el brillo cosmopolita de un atardecer al estilo de Makoto Shinkai.

La magia de Lost in Starlight está en los silencios. En las miradas que duran unos segundos más de lo habitual. En los paseos nocturnos por puentes emblemáticos de Seúl, ahora iluminados por tecnología suave y futurista, pero sin llegar a ser fría. Esta es una historia de amor en cámara lenta, que nos permite respirar y ver su maduración sin la urgencia típica de los romances prefabricados.

El estilo de Jin-Woo se distingue en cada fotograma de la cinta. Cada plano asemeja una ilustración de arte digital hecha a mano, y no es casual: Han Ji-won y su equipo apostaron por una animación meticulosamente dibujada, donde el lenguaje corporal y la atmósfera importan tanto como los diálogos. Es un cine contemplativo, lleno de detalles, que remite más a Your Name de Makoto Shinkai que a cualquier blockbuster occidental.

Y si al verla te recuerda un poco a la cinta Blade Runner, no es para menos, ya que la cineasta ha indicado en diversas entrevistas que fue una de sus inspiraciones, y que su cinta puede ser vista como una “versión limpia de Blade Runner”. La dirección de arte construye una Seúl futurista pero nostálgica, en la que el progreso tecnológico convive con una melancolía analógica.

La valentía de vivir

Mientras que Nan-Young se aventura a los confines del espacio en la búsqueda de la verdad sobre la desaparición de su madre y sanar sus traumas internos, Jay se enfrenta a sus propios temores y desafíos: conseguir el valor de ser él mismo frente a otros. Ji-Woon logra captar las magnitudes de sus visiones sin posicionar a ninguno como más importante que el otro y sin dar espacio a una jerarquía de valentía entre ellos.

En cuanto a la música, una herramienta que Ji-Woon sabe utilizar para profundizar en las emociones de los personajes, la interpretación vocal de Kim Tae-ri (The Handmaiden) como Nan-young y Hong Kyung como Jay es contenida, delicada, casi musical. Dado que Jay es un músico en busca de dar a conocer su propia voz, no es para menos que su banda sonora refleje cómo se siente al estar solo, o volver a ver a su amada a través de un holograma.

Para los amantes de la ciencia ficción y el romance, incluso de las tramas cargadas de emociones y momentos inesperados, Lost in Starlight es una gema disponible en el catálogo de Netflix y que nos da una probada de lo que se cocina en el medio de la animación surcoreana, sin estar en competencia con otros gigantes asiáticos como el anime japonés.

Por esto, Lost in Starlight es el tipo de película que no grita para ser escuchada. Es una obra que susurra al oído, con una sensibilidad que rara vez encontramos en la animación occidental. No busca reinventar el género de ciencia ficción, sino explorar lo profundamente humano desde una estética que reconcilia el pasado y el futuro. Es ideal para quienes aman las historias íntimas, los paisajes visuales de ensueño, y las preguntas que no tienen respuestas fáciles.

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