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- 15/12/2020 00:00

El renglón de la moda en tiempos de pandemia ha dado giros significativos en las áreas de creación, producción y comportamiento del consumidor.
En esta entrega damos una mirada al ambiente que viven hoy las grandes marcas internacionales y en el caso de las marcas locales, vemos el incremento en el consumo de productos locales.
Más allá de este contexto: ¿Qué tienen en común Europa y Latinoamérica? Según los expertos, ambas están apostando por la sostenibilidad, una tarea que ya venía efectuándose y ahora se ha acelerado.
Tony Vergara, diseñador, valida que en esta pandemia los hábitos del consumidor han cambiado drásticamente. Un hecho que ha despertado la adquisición de productos locales.
En 2020, aunque ha sido un año atípico, a Vergara le ha ido mejor en materia de ventas. “Este año ha sido bueno. En mi caso, me ha ido mejor ahora que en años anteriores. Creo que esto se debe al estado de conciencia del consumidor que ha decidido apoyar los emprendimientos en Panamá”.
Con respecto al horizonte en los próximos meses, opina que es impredecible, pero ve una tendencia clara del público hacia la valoración de lo nacional. “El cambio no solo se ha dado en los consumidores, sino en los diseñadores, que en la actualidad nos hemos puesto las pilas. Hemos creado productos y colecciones que se puedan vender y utilizar. Creo que esta también ha sido una de las ventajas del diseño, que ha buscado satisfacer la necesidad de un mercado y ha sabido suplirlo”.
En cuanto al ámbito internacional, el creativo considera que a las grandes industrias del diseño les ha costado adaptarse en estos tiempos porque manejan audiencias y números muy amplios. “Las pasarelas ahora son virtuales, pero finalmente la gente no termina de convencerse de cuál es el impacto de recibir un producto que ni siquiera se pueden medir en muchas ocasiones”.
En esa línea, expone que las repercusiones globales en términos de moda más adelante afectarán al istmo como a otros países. “De cierta forma la materia prima, los conceptos y el color provienen de esas áreas, especialmente Europa. El diseño latinoamericano de alguna forma toma esto como referencia, pero creo que en este tiempo la moda en la región ha recibido una atención de la prensa internacional, debido a la mano de obra artesanal que no se detiene porque puede trabajar desde casa o en un taller, mientras que en Europa se contrata mano de obra de Bangladesh que trabaja en fábricas”.
Con relación a las transformaciones que se han dado durante la pandemia, comenta que desde el diseño se han hecho aportes, donde las grandes marcas cada día aplican más la sostenibilidad en sus colecciones. “Al igual que Europa, Latinoamérica también lo está haciendo, y me incluyo, porque el hecho de contratar mano de obra artesanal y que no tengan que gastar electricidad, entre otras cosas, ya es un avance porque se está impactando de manera positiva al medioambiente, pero aún queda mucho por hacer”.
Por su parte, el diseñador y pintor Jean Decort expone que la pandemia ha permitido giros importantes en el mundo de la moda, donde el confinamiento masivo ha logrado fortalecer la conexión entre los diseñadores y clientes, gracias a las redes sociales. “Lo digital ha permitido que la comunicación sea directa y a su vez nos ha facilitado conocer aún más las necesidades de nuestro nicho. La idea no es diseñar a la ligera. Realmente hay que enfocarse en crear piezas que le funcionen al consumidor. En mi caso, estoy apostando por indumentarias que se puedan utilizar diariamente y también ofrezco piezas de alta costura”.
Decort subraya que en esta pandemia el público ha apostado por piezas versátiles, donde la comodidad es el sello principal. “Creo que en los próximos meses todo lo que viene es en esa línea, prendas cómodas que mantengan los estándares de calidad”.
El diseñador colonense remarca que. “esta transformación no solo ha abarcado a los consumidores, sino a los diseñadores. Antes se tenía una visión distinta a la de ahora, donde se veía a Panamá como un mercado pequeño y los que consumían el trabajo de los diseñadores eran un grupo reducido, pero actualmente nos hemos dado cuenta de que si nos dirigimos a un público más general, podemos tener mayor alcance”.
Alessandra Bueno, productora del Fashion Week Panama (FWP) concuerda con Decort en que la moda está cambiando por completo, y el consumidor está dirigiendo su mirada hacia las cosas prácticas. “Vemos que hoy, el público exige a las marcas productos sostenibles. La figura en donde las marcas de lujo quemaban productos para que no hubiese variaciones en el precio, creo que esas prácticas van a parar”.
Asimismo, los consumidores están exigiendo a los diseñadores que sus productos representen los valores con los cuales se identifican. “Creo que la pandemia no es lo que ha causado este cambio, pero sí lo ha acelerado. En el caso de Panamá, se está haciendo indumentaria que cuenta una historia. Se está dirigiendo hacia la sostenibilidad y la responsabilidad social”.
En adición, apunta que las marcas que no se identifican con las causas sociales, están apostando por el concepto del consumo local. “De cierta manera es una forma de ser sostenible a la hora de comprar productos. Aspectos como este demuestran que el público pide que los productos que se vendan tengan algo más que contar y que no solo sean atuendos que le hagan lucir bien”.
En temas de producción, las vicisitudes no han sido la excepción. “El sistema de la moda había estado bastante anticuado por mucho tiempo debido a la sobreproducción. Este año el FWP se realizó de forma virtual. Creo que el próximo año la moda no se quedará únicamente en formato digital, sino que volverá a la modalidad presencial manteniendo lo mejor de lo digital”.
En cuanto al diseñador Jurandir De Oliveira expresa que la moda nacional masculina ha recibido un golpe fuerte. “La ropa formal es una de las más perjudicadas, como trajes y camisas de vestir. Aunque para las videoconferencias el hombre se puede poner un blazer, en general ya lo tiene y no se ha creado la necesidad de comprar”.
Con relación a la ropa deportiva, indica que es la que mejor ha enfrentado la crisis. “Ahora mismo la mayor búsqueda ha sido de polos, t-shirts, pantalones de hacer ejercicio, medias, ropa interior y pijamas. La comodidad está a la orden del día”.
De Oliveira subraya que las empresas han estado tratando de mover su inventario y las producciones que estaban en curso, cuando todo se paralizó por la pandemia. “Poco a poco se ve mayor flujo comercial, pero se tienen que fabricar productos nuevos, sino habrá poco movimiento del inventario. Lo nuevo se está produciendo con mucho criterio, buscando productos ni excesivamente de moda ni excesivamente básicos. Best sellers podríamos decir tratándose del mercado masculino”.
En el caso del mercado femenino, señala que el maquillaje sigue siendo muy importante. “La utilización de compras en línea y la preocupación por la sustentabilidad también van en crecimiento, sobre todo entre los más jóvenes, que están más familiarizados con estos dos temas. El mercado latino es un poco más tradicional en temas de consumo y un poco más lento, digamos así, para asimilar nuevas tendencias de comportamiento como en el caso de consumir ropa usada, por ejemplo”.

En el panorama internacional opina que hay tendencias muy interesantes. “Uno de los mercados que ha tenido un crecimiento altísimo es el de la ropa usada, que se refiere no solamente a ropa para el día a día y accesorios, sino a ropa de diseñadores, carteras y artículos de lujo, como relojes y joyas, llamadas en inglés elegantemente de preowned. Inclusive en Japón hay una página web de venta de marcas famosas de maquillaje usado llamado 'Glambot'. Otros sitios interesantes son 'Mercari' y 'Poshmark'.
Otra de las tendencias en Europa es el crecimiento en el alquiler de ropa. De Oliveira explica que sitios web como de rent the runwayprometen alquilar los últimos gritos de las pasarelas de moda y también funcionan con un pago mensual. “Idea similar llamada “moda por subscripción” es lo que lanzaron algunas importantes tiendas y lonjas del mercado estadounidense, entre ellas Bloomingdale's, Macy's, Banana Republic y Urban Outfitters”.
Se trata de que, a través de un pago mensual, tienes derecho a utilizar y devolver mensualmente algunas piezas del inventario de la empresa. Otras compañías como la inglesa Miss Selfridge y la brasileña Reserva van por el mismo camino.
Todas estas tendencias están a la par con el aumento de las compras online y la preocupación cada vez mayor por la sustentabilidad. La pandemia ha potencializado estas dos vertientes.