El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
- 27/09/2013 02:00
- 27/09/2013 02:00
PANAMÁ. Una de las primeras cosas que Damián Hernández aclara sobre las fotografías que se muestran en su recién inaugurada exposición ‘Cortezas’ es que ‘son fotografías reales de árboles reales’.
Esto se debe, en gran parte, a que las personas no pueden creer que los colores y las formas que muestran las fotografías del argentino sean producto de la naturaleza y no una creación del ser humano: ‘Cuando mis colegas ven este trabajo no me creen’, dice el argentino, quien añade que ‘El photoshop es mi peor enemigo’.
Parte de esta incredulidad es el desconocimiento que hay sobre la existencia del eucalipto arcoíris, el árbol que dio origen a cada una de las fotografías de la exposición.
Hernández comenta que tenía años capturando fotos de cortezas de árboles, en parte, porque se considera ‘un pintor frustrado’. Durante uno de sus tantos viajes, esta vez por una de las tantas selvas centroamericanas, ‘ encontré en los árboles, en sus cortezas, los cuadros que hubiese querido pintar. Cuando vi esto (los colores y las formas que puede llegar a encontrarse ), me di cuenta de que en la naturaleza está todo y empecé una búsqueda incesante de distintos tipos y variedades’, comenta.
A partir de ahí se dedicó a retratar para la posteridad la variedad de colores y formas que puede presentar la ‘piel’ de un árbol. Fue desarrollando este proyecto en distintos países hasta que un día, llega a Panamá y, durante un recorrido por el Darién, da con el eucalipto arcoíris. ‘Fue el cierre de un ciclo’, comenta sobre el descubrimiento que hizo.
Y se le puede llamar descubrimiento porque, aún cuando ejemplares de este árbol se encuentran también en el Valle de Antón, en las tierras altas de Chiriquí y hasta en la ciudad capital (Parque Omar), no había documentación que registre la existencia del eucalipto arcoíris: ‘Busqué libro tras libro y no había registro del arcoíris’, lamenta.
Algo que destaca el también publicista es que el eucalipto arcoíris no es un árbol exótico u oculto en las profundidades de los bosques panameños; por el contrario, comenta que estos árboles forman parte de los jardines de las casas allá en las provincias, como cualquier árbol común y corriente, lo cual le hace no enteder cómo el arcoíris no está registrado por los botánicos y biólogos.
Damián Hernández, quien ahora se encuentra iniciando un proyecto sobre cortezas de árboles pero en fotografía nocturna, destaca que mantener las imágenes intactas y sin ningún tipo de retoque o modificación es lo que le da su valor a las fotos: ‘Si hubiese cambiado un rojo por un morado, un azul por un verde; todo esto perdería su valor, porque estaría haciendo lo mismo que ya han hecho muchos otros. Lo que tiene valor acá es que se está presentando, intacto, la obra perfecta que hace la naturaleza’, explica el artista.
Para el argentino, el presenciar el arte que nos brinda la Tierra a través de la naturaleza tiene también sus implicaciones religiosas ya que en cierta forma crea una conexión con Dios y un mayor entendimiento del universo.
A pesar del orgullo de sacar a la luz la maravilla que es el eucalipto arcoíris, comenta Damián que este mismo hecho también le afectó en demasía: ‘Esto te golpea tristemente, creo que la naturaleza lo tiene todo y no somos conscientes de eso. Lo lindo de esto es poder apreciar lo que se tiene y no todos lo hacen’.