Ante la compleja situación social y política que atraviesa nuestro país la Conferencia Episcopal Panameña, el Comité Ecuménico y el Comité Interreligioso,...
- 20/07/2013 02:00
PANAMÁ. ‘Uno no puede pensar de manera egoísta’, dice Jayson Pastor, gerente de la Caja de Ahorros (CA). ‘A mí me convendría vender esos terrenos y que en mi último año de gestión me fuera con $48 millones de ganancia; sin embargo, hay otras cosas, y queremos dejar algo que perdure’, comenta el banquero, quien añade: ‘tampoco es por un afán de inaugurar una obra, cuando el parque esté listo yo ya no seré el gerente’.
Esas eran las dos opciones: o vender o darle algún uso a esas tierras propiedad del conocido como ‘banco de la familia panameña’.
Pastor indica que, por reglamento de la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP), aunque sea estatal, un banco no puede tener terrenos inactivos, debe darles algún tipo de uso.
Dadas las circunstancias, en la CA revivieron un proyecto presentado a lo interno, de construir un parque recreativo para los colaboradores, principalmente, y la sociedad en general.
La entrada será libre, pero las piscinas, canchas y otras facilidades con las que contará el parque sólo serán gratis para los colaboradores del banco. Quienes no laboren en el banco deberán pagar una suma (indica Pastor que ‘simbólica’), una suerte de alquiler, para gozar de estos valores añadidos.
‘Por la naturaleza de nuestra institución bancaria, debemos tener ganancias y no pérdidas. El alquiler es sólo para que el parque sea autosostenible’.
Si bien el banco, indica Pastor, realizó todo en su debido proceso (encuesta para medir la aprobación a lo interno de la CA, estudio de impacto ambiental por parte de la ANAM, consulta ciudadana y los respectivos permisos de construcción), los moradores de Villas de las Fuentes 2 que estarán cerca del parque no están muy de acuerdo con la obra y por eso han alzado la voz.
Apoyados por ecologistas, los residentes dicen que no desean que se talen más árboles en este bosque cuya clasificación es de ‘secun dario intervenido’ ni que se afecte más la urbanización con mayor tráfico, carros que ocupen sus aceras y calles para usarlas como estacionamiento; así como la contaminación sonora, visual de las canchas, además de todas las implicaciones que trae el vender bebidas alcohólicas.
Ante la situación, los directivos de la CA se han reunido con los residentes a quejados, para escuchar sus observaciones y sugerencias, y tratar de llegar a un acuerdo. Tanto es así, que Pastor indicó que la obra ‘ha sido suspendida temporalmente hasta que logremos mejorar el proyecto y todos estén de acuerdo con él’.
Un ejemplo de esa búsqueda de acuerdos, indica Pastor, es que el parque ya no utilizará 6 hectáreas del terreno, sino que se hará en 4, y los arquitectos del banco están viendo qué más se puede reducir para mantener áreas verdes. Además, destaca el gerente de la entidad, ‘toda la madera útil se le donará a la Fundación Pro Niños del Darién para que construyan casas’.
Indica el ejecutivo bancario que la ley ‘nos obliga a plantar 10 árboles por cada uno que talemos: nosotros sembraremos 30 por cada uno’.
‘Nosotros daremos uso a los terrenos construyendo un parque; la otra opción era vender. Pero si lo hacemos, el que los compre va a querer recuperar su dinero y va a construir algún centro comercial, una barriada o cualquier otra cosa. Nosotros estamos brindando una opción para el sano esparcimiento, para que la gente haga otras cosas en familia, no todo es ir al mall a pasear’, concluye Jayson Pastor.
¿Y LAS DEMÁS HECTÁREAS?
Las 6 hectáreas no son todo el terreno del cual la Caja de Ahorro es propietaria. En total, la finca está conformada por 48 hectáreas, 25 de las cuales pertenecen a la Policía Nacional por una permuta, otras son inutilizables por el paso de una línea de electricidad, y hay otras más en donde está ubicada la Panama Christian Academy, con quien el banco está tratando de llegar a un acuerdo beneficioso para ambos y así el colegio adquiera el título de propiedad de esos terrenos que han estado alquilando por años.
‘Al final quedan 13 hectáreas sin uso, pero si la Superintendencia ve que estamos haciendo algo con lo demás, no hay tanto problema’. Sin embargo, esas hectáreas, ‘tarde o temprano, serán vendidas’, indica Pastor.
Esta es la razón por la que el donar no es una opción viable: ‘una cosa es donar 6 hectáreas, pero donar 48, ya es mucho. Estamos hablando de 60 millones de dólares, por lo menos. El valor de las utilidades que hace el banco en dos o dos años y medio’.