‘Aunque no lo crea la basura vale’

PANAMÁ. Si a la basura hubiera que ponerle un calificativo, Wilfredo Jordan la llamaría ‘una bendición’. Cada día, entre las 2 y las 3 d...

PANAMÁ. Si a la basura hubiera que ponerle un calificativo, Wilfredo Jordan la llamaría ‘una bendición’. Cada día, entre las 2 y las 3 de la tarde, Wilfredo recorre Calidonia y Curundú en búsqueda de algo valioso: basura para reciclar. Lleva 15 de sus 51 años rebuscando papel, hierros, cobre o acero, entre otros, y llevándolos a Reciclados Gosén, en la calle de Los Ahuevaos. Un día bueno, Wilfredo puede sacar $140; un día malo, de los de $2 o $3 dólares, ‘no vale la pena ni ir’.

Pero si en algo coincide con Pedro Ayala, administrador de Gosén, es en que ‘aunque la gente no lo crea, la basura vale mucho’.

NEGOCIO

Lo más remunerado en las empresas compradoras es el cobre, que se paga a $2.45 por libra, por eso los recolectores como Wilfredo codician la chatarra electrónica, como televisores, computadoras, o extensiones eléctricas. ‘Hay algunos que incluso se meten en el hueco de la alcantarilla para sacar cobre, por eso hay muchas muertes de algunos que se han quedado pegados a los cables, pero yo no, yo le tengo miedo a eso’, confiesa Jordan.

De acuerdo con la AAUD (Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario), mil 500 toneladas de desechos son recolectadas diariamente entre los municipios de Panamá (80%) y San Miguelito (20%), que son vertidas en Cerro Patacón.

Si estimamos los desechos electrónicos con un conservador 2%, esto representa 30 toneladas de chatarra electrónica cada día (10 mil 950 toneladas al año).

SIN POLÍTICA DE RECICLAJE

Mientras el Gobierno no tenga una política de separación selectiva de la basura y aprovechamiento de los residuos, las empresas privadas aprovechan para sacar partido de los pequeños ‘‘pataconcitos’’ que pepenadores y recolectores se encargan de llevarles.

Gosén llega a pagar unos $600 diarios por la basura que compra; sin embargo, todavía existen muchos prejuicios hacia la basura y todo el negocio que la rodea. ‘Mucha gente nos critican porque nos ven metidos en la basura, pero yo he tenido mi hogar, y lo he mantenido a base de la basura’, explica Jordan, que recuerda cómo en ocasiones ha encontrado ‘cosas buenas, tanto dinero, como basura, joyas... Una vez encontré un cartuchito con unas prendas, no estaba decidido si eran buenas o no, pero las llevé a una joyería y en total saqué como $2 mil’.

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