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Los diálogos regionales del agua como impulsores del ODS 6
- 24/02/2023 00:00

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha expresado que es posible, “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos” para el año 2030.
El organismo internacional señala que el agua está en el epicentro del desarrollo sostenible y es fundamental para el desarrollo socioeconómico, la energía, la producción de alimentos, los ecosistemas, y para la supervivencia de los seres humanos. ¿Por qué? Porque es crucial en la adaptación al cambio climático, y es un decisivo vínculo entre la sociedad y el medioambiente.
Precisamente por ser esencial para el desarrollo y concepción de la vida se ejecutaron la primera (2021) y segunda (2022) edición de los diálogos regionales del agua para América Latina y el Caribe, cuyo objetivo era identificar las acciones necesarias para acelerar el cumplimiento de las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible N° 6, es decir, garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos; y la transición hídrica en la región, respectivamente.
Los diálogos técnicos en las diferentes regiones del mundo estuvieron coorganizados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Programa Hidrológico Intergubernamental de la Unesco en América Latina y el Caribe (PHI-LAC), el Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania (BMU), y la Comisión Nacional del Agua de México (Conagua), que acompañados de todos los países miembros de la ONU aportaron sus ideas para acelerar el acceso al agua y saneamiento seguro.

Por primera vez se plantearon preguntas para alcanzar el ODS 6 por áreas temáticas del derecho humano al agua potable y saneamiento, el pago por servicios ambientales, el conocimiento ancestral, la economía circular, la gobernanza, el cambio climático, la información y la covid-19.
Preguntas como, ¿se está considerando la detección de SARS-CoV-2 en aguas?, ¿hay avances en aguas residuales?, ¿sería posible su introducción en la vigilancia ambiental de países de América Latina y el Caribe para futuras pandemias?, ¿cómo se puede gestionar y facilitar el flujo e intercambio de información desde los institutos de estadística nacionales y entidades globales para complementar las acciones para el ODS 6?, ¿cómo se están considerando las diferencias según género al acceso a los derechos al agua y saneamiento? ¿Se están tomando medidas para garantizar dicho acceso, uso y manejo?, buscaban ampliar el conocimiento entre países de América Latina y el Caribe que permitiera una línea base para iniciar la discusión que llevara al diseño de acciones a corto plazo entre países para acortar la brecha del acceso al agua y saneamiento.
Las conclusiones permitieron saber que América Latina y el Caribe (ALC) cuenta con una dotación de agua por habitante cuatro veces mayor al promedio mundial, pero sus reservas y flujos están distribuidos muy heterogéneamente y su acceso continúa sin ser universal.
Que cada vez hay más situaciones de alto estrés hídrico que corresponden principalmente a las zonas más pobladas, que concentran a la vez una importante actividad económica, y en los territorios de mayor aridez o desérticos la dotación de agua por habitante al año se ha disminuido de 28.000 metros cúbicos a menos de 500 metros cúbicos en estos casos.

Que los aumentos de la contaminación de todos los cuerpos de agua y también del borde costero ha ido incrementándose, lo que ocasiona la pérdida y degradación de ecosistemas relacionados con el agua.
Asimismo, en las últimas cuatro décadas en ALC se ha duplicado la frecuencia de los desastres relacionados con el agua.
Que en la región hay una tendencia al acople y baja eficiencia en el uso del agua, lo que demuestra la existencia de una alta presión sobre los recursos hídricos en la región. En este contexto de escasez, está aumentado la competencia por el uso del agua y su sobreexplotación.
Que en la región persisten brechas importantes de cobertura en el acceso a agua potable y saneamiento de calidad. Al respecto, una de cada cuatro personas no tiene acceso a agua potable confiable, y más preocupante todavía es que siete de cada diez no tienen acceso a saneamiento gestionado de forma segura. Que las personas más vulnerables en cuanto a ingresos tienen un 25% menos de acceso a estos servicios, y al mismo tiempo pagan por el agua hasta proporcionalmente dos veces más que los no vulnerables. Esto puede ocurrir al tener que comprar agua por no contar con sistemas de abastecimiento.
La tercera sesión de los diálogos del agua (2023) empezó describiendo los 10 principales desafíos hídricos para alcanzar el ODS 6 en ALC, entre los que se encuentran el déficit de cobertura de agua y saneamiento seguros, la infraestructura de redes deteriorada e insuficiente, la gobernanza compleja e insuficiente jerarquía de autoridades de agua, el impacto del cambio climático y desastres en disponibilidad y calidad del agua, la ineficiencia en uso sectorial y domiciliario de agua, y la información cuantitativa insuficiente para toma de decisiones y focalización de inversiones.
Es decir, ALC aún no cierra la brecha en agua y saneamiento.
La ONU indica en su informe de síntesis 2018 sobre agua y saneamiento, que la mejor manera de cerrar la brecha es a través de las tecnologías inteligentes, pues estas pueden mejorar la gestión y la prestación de servicios.
El organismo internacional agrega que si bien es cierto que ALC requiere de grandes inversiones para lograrlo, las tecnologías inteligentes apoyadas por las tecnologías de la información pueden mejorar eficazmente todos los aspectos de la gestión del agua y el saneamiento.
A su vez, indica la ONU que la combinación de las tecnologías inteligentes con las áreas de acción obtenidas como resultados en la tercera edición de los diálogos regionales del agua para ALC, en febrero pasado, lograría acelerarlas.
Es decir, aplicar los últimos desarrollos tecnológicos en las áreas temáticas de agua y desarrollo sostenible, agua y clima, agua, financiamiento y salud, agua y cooperación regional y territorial, agua, energía, alimentación y ecosistemas, lo que lograría datos para la Red y Observatorio para la Sostenibilidad del Agua (ROSA).
ALC acelerará el alcance del agua y saneamiento seguro de manera universal al reforzar la adopción de prácticas de gestión integrada de recursos hídricos (GIRH) para aumentar la resiliencia frente al cambio climático y mitigar el impacto de la ocurrencia de desastres; impulsar nuevas inversiones hídricas en cantidad, calidad y continuidad para universalizar el acceso a agua y saneamiento gestionado de manera segura, haciendo hincapié en el ámbito rural, en comunidades distantes de los centros y en zonas urbanas marginales, de manera que las operadoras públicas, privadas y/o comunitarias tecnifiquen los sistemas de agua y mejoren las capacidades técnicas relacionadas con la calidad del agua; promover la seguridad hídrica regional a través de modelos de integración que involucren a los territorios y las comunidades sujetos de derechos; generar y compartir información para la buena gestión de los acuíferos y cuencas transfronterizas, potenciando los espacios de la cooperación; fomentar la producción de información cuantitativa de acuerdo con las recomendaciones estadísticas internacionales, y el intercambio de información en materia hídrica para robustecer las políticas, planes y programas hídricos y monitorear su progreso.