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- 04/01/2013 01:00
PANAMÁ. La conservación de las especies en peligro de extinción tiene tropiezos. Hay más de tres mil animales en riesgo. De estos sólo dos tienen un plan de conservación: el jaguar y el águila harpía, que es el ‘Ave Nacional de Panamá’.
Por otra parte, el drástico declive que enfrentan los anfibios obligó a crear un plan para evitar el colapso del grupo.
El problema tiene dos partes: Uno es la falta de financiamiento para ejecutar los planes de conservación. Carmen Medina, bióloga de la Dirección de Áreas Protegidas de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) explicó que no hay recursos para ejecutar los proyectos elaborados para preservar los animales.
COSTOS
La construcción de un documento que contemple el status de una especie en riesgo y una estrategia de recuperación es costoso. Se requiere reunir a científicos nacionales e internacionales que hayan hecho investigaciones sobre la especie. Así se colectan los datos que determinan la condición y el comportamiento. Con esto se plantean las estrategias para protegerlas. La información se resume en un documento final llamado: Plan de Conservación. Su elaboración representa un gasto estimado entre $20 y 25 mil. Y ejecutarlo es mucho más costoso.
En la mayoría de las veces, el documento queda en nada porque ‘no hay plata’ para ejecutarlo. ‘Todo es dinero’ que se necesita para ir a campo, colectar... Sin embargo, Medina cree que es mejor ‘tener algo a nada’. Si tienes el plan en mano puedes pedirle a las organizaciones no gubernamentales que busquen donantes para financiar ciertas cosas.
Sumado a lo anterior los planes para conservar las criaturas son muy complicados para desarrollar. Es difícil que una persona que caza o consume una especie deje de hacerlo porque hay un papel que advierte que la especie está en peligro. Y sugerirle a un ganadero que no mate a tiros a un jaguar que se le ha comido un ternero es aún peor. ‘ Las personas los consideran como un riesgo para sus intereses’ subrayó la especialista de ANAM. Bajo este concepto la conservación de las especies se complica.
Por ello los documentos contemplan desde cambiarle la forma de vida a las personas hasta indemnizaciones para quienes han sido afectados por los animales. Y esto toma mucho tiempo y dinero para lograrlo.
Alida Spadafora, directora ejecutiva de ANCON, piensa que es necesario tener una política integral en todos los sectores de la sociedad para promover la relación de los animales con los humanos. El conocimiento moverá los bolsillos, piensa la activista.
‘ANAM elaboró planes para conservar especies que encabezan la cadena trófica. Así se protege el resto de los animales’, dijo Medina. Explicó que si se protege el área de distribución del jaguar o de la harpía se protege las plantas y otros animales que allí habitan.